Todo irá bien (Everything Will Be Fine)
Sinopsis de la película
Un director de cine, Falk, atropella a un hombre y se da a la fuga, por miedo a que los papeleos para la adopción de su futuro hijo se compliquen. Al día siguiente, descubre en una bolsa que había recogido de la victima, secretos importantes que podrían involucrar al gobierno. La magnitud del escándalo es tal que Falk decide arriesgarlo todo para sacar a la luz toda la verdad, sin embargo no todo es realmente lo que parece.
Detalles de la película
- Titulo Original: Alting bliver godt igen (Everything Will Be Fine) aka
- Año: 2010
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
5.9
52 valoraciones en total
Es curioso que un cineasta como Christoffer Boe, que se había acercado con tanto temple y talento al cine posmoderno, decida en su última propuesta, Everything Will be Fine , olvidar todos esos recursos que tan buenos frutos le dieron (voz en off dirigida al espectador, iluminación, etc…) y decantarse por un thriller de tintes dramáticos que, con su peculiar estilo hubiese resultado una bomba, pero conservando sólo un montaje que guarda algunos de aquellos rasgos, se transforma en una propuesta densa y verdaderamente sorpresiva (dado que se aleja del terreno que demostró dominar).
De este modo, encauzando una narración paralela en su primer tramo que más bien recuerda al cine de su paisana Susanne Bier que otra cosa (incluso su historia también tiene cierto aire al de la realizadora danesa), Boe nos presenta la trama como algo sencillo pero eficaz. No se detiene en explicaciones que resultarían innecesarias, contiene una estructura normal (aun y teniendo en cuenta esa narración) y va y viene constantemente para, al final, restallar en una cinta que más bien parece contener una inesquiva tensión psicológica que otra cosa. Y digo parece, puesto que Everything Will be Fine cuando más acogida parece a las constantes propulsadas por Boe, termina desechándolas y dejando al espectador con un palmo de nariz, dado que ese thriller que tan bien podría haber terminado para esos amantes de la densidad tanto argumental como atmosférica (que la contiene, y realmente cargada), cambia su rumbo para retomar un tema que pese a dejar tocado el film (por no haber tenido el desarrollo suficiente), lo culmina con un acierto inusual en esas ocasiones donde el respetable termina quedándose a medias, y a mi esa opción me parece tan valerosa como afortunada. Valerosa debido a que dejar filones abiertos y dar un giro de 180 º en cierto momento es algo muy complicado, y afortunado por el hecho de que, aunque como ya dije su culminación habría resultado digna de elogio de seguir otras sendas, tampoco le viene nada mal la que finalmente toma Boe.
El acompañamiento de un Jens Albinus que realiza un trabajo completísimo y de un tempo, un compás, que se erigen como verdadero pilar maestro del film, dan la puntilla a uno de esos nuevos cineastas que tanto promete, y que quizá necesitaba ese punto de viraje para terminar demostrando que su potencial queda más allá de lo que muchos creyeron con Reconstruction , y que no tardará demasiado en estallar y otorgar grandes resultados, pese a no superar ni por asomo su magnífico debut.
Para gran parte de la sociedad parece que solo hay un tipo de cine, el que proviene de los Estados Unidos. En ese caso se pierden todo el abanico de gran cine que se hace a nivel mundial, sobre todo en Europa y Asia. En ambos continentes ya se hacía buen cine al mismo tiempo que la maquinaria del Hollywood clásico estaba en su apogeo, pero mientras en Estados Unidos el cine se ha estancado en los otros continentes ha evolucionado hasta estar a su altura.
En Dinamarca siempre ha habido buenos directores, desde Benjamin Christensen en el mudo hasta Dreyer en el sonoro ya eran grandes directores, pero en los últimos años nos encontramos con un cine encabezado por el genio Lars Von Trier. No solo el género Dogma, sino que se hace un cine muy variado e todos tipos de géneros, casi siempre de gran calidad.No solo en Dinamarca sino que en todos los países nórdicos el cine ha evolucionado, produciéndose películas de mucha calidad.
Jens Albinus hace una magnífica interpretación, un personaje que pasa por todo tipo de problemas y el actor danés nos hace su personaje totalmente creíble. La atmósfera que tiene que vivir este personaje recuerda mucho a la de Cary Grant en Con la muerte en los talones .
La situación cada vez se complica más, el protagonista no sabe en quien puede confiar, para ello el guión se construye en una trama casi perfecta.
El montaje nos une muy bien unas escenas con otras de personajes totalmente diferentes, al principio parece que pueden crear confusión, pero realmente no la crean sino que te va dejando todas las situaciones abiertas dentro de una narración lineal sin necesidad de usar carteles identificativos. Esa narración lineal solo se rompe en esos diez minutos finales, que aunque te aporta un matiz a la historia, podrían haberse evitado y no hubiera pasado nada.
La fotografía, que a priori parece turbia con una imagen que no es buena, en mi opinión es todo lo contrario y el director busca esas fotografías nocturnas o en lugares poco iluminados. Con eso pretende darnos un aspecto de realidad y huyendo de esas grandes producciones donde se usan colores muy llamativos y una fotografía muy limpia.
Los primeros cinco minutos durante los títulos de crédito es un claro homenaje a Von Trier, en concreto a su película Dogville . Vemos varias maquetas con muñecos, con unos personajes que luego serán los verdaderos protagonistas de la película. Ese círculo se cierra con la escena final, usando también estas maquetas.
No solo está bien Albinus, sino en general todo el reparto, destacando Marijana Jankovic que hace una gran interpretación dramática.
Muy recomendable para personas que les guste el cine de suspense, pero sobre todo a los amantes de ese cine innovador y transgresor en donde muchas situaciones no te las esperas.
Es un retrato de la situación social actual, donde se refeja la corrupción política-periodística-policial.
Historia de una pérdida, de como un hecho traumático puede provocarte una completa mezcla de recuerdos hasta no saber distinguir unos de otros, los reales de los inventados o de los que te creas como coraza para poder superar dicho hecho.
El protagonista, Jens Albinus un actor fiel de Lars Von Trier, sabe transmitirnos la angustia de la historia, haciendo que la trama se vaya densificando cada vez más hasta ahogarnos en su final.
El director plantea el guión obligando al espectador a que piense en cada historia que se cruza, cada personaje si es o no real, fruto del guión que su protagonista trata de escribir a lo largo del film como parte de su trabajo, si es una conspiración contra él o si los que tienen razon son los que le rodean.
Trata de descubrirlo descifrando la historia hasta su final
Con un póster que recuerda al de Vértigo (Entre los muertos), Everything will be fine es la apuesta más accesible de Christoffer Boe, un director que tal vez por influencia de Hitchcock ha diseñado su cuarta película a modo de thriller desasosegante. Boe sigue fiel a sus mundos oníricos y a las historias de mensaje ambiguo. Si en Allegro teníamos el tormento de un pianista famoso, aquí el protagonista es un director de cine a punto de entregar el guión de su nueva película. Obviamente las cosas se complican, el relato se bifurca en varias direcciones y Boe vuelve a dejarnos pegados a la butaca.
De nuevo es difícil distinguir qué sucede en realidad, qué forma parte de la paranoia de su protagonista (excelente Jens Albinus) y qué parte va antes o después en el tiempo que las otras. Sin buscarle tres pies al gato, la película fascina por su atmósfera y una historia que se vive con tensión e interés. Se agolpan tantos géneros y subtramas que Boe, más que dibujar una historia, parece trazar los bocetos de mil y una excusas argumentales para otras tantas cintas. Everything will be fine es la historia de un cadáver que desaparece, de un complot militar, de una pareja que espera un hijo en adopción y de un recuerdo traumático que planea sobre toda la historia y que no descubrimos hasta el final.
Las cintas de Boe empiezan y acaban en lugares diferentes, y aún así se niegan al final cerrado, por lo que Everything will be fine puede verse en un loop constante: los mismos títulos de crédito, una enigmática cortina inaugural de serie televisiva de lujo, gana en matices al verlos por segunda vez. El cine de Boe abraza la experiencia visual y la libertad de interpretación, se despliega como un cubo de rubik tridimensional a medio hacer, se siente muy cómodo en la etiqueta de título de culto, se presenta como un reto a la inteligencia sin ser sesudo (bebe del cine de acción norteamericano y de la estructura narrativa de series como Perdidos), es un cine joven que ha llevado las formas del Dogma a géneros poco explorados por el cine danés como la ciencia ficción o el terror.
Si son espectadores que se dejan llevar por lo que ven sin realizar juicios prematuros, esta Everything will be fine les atrapará: justo en el momento que pongan en duda la solidez del guión estarán demasiado enganchados como para abandonar su visionado. Boe es el Hitchcock danés del siglo XXI: hay que descubrirlo.
Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
En Todo irá bien nos encontramos ante una película muy hitchcockiana en su concepción (con macguffin incluido). Un hombre atropella con su coche a una persona en mitad de la noche. Ayudar o no ayudar, he ahí el quid de la cuestión.
Su director y guionista, el danés Christoffer Boe, va desarrollando los acontecimientos con respecto a ese incidente. En tiempo presente la parte del protagonista, la del conductor, interpretado por un sólido Jens Albinus. Y mediante flash-backs la situación que desemboca en el atropello del militar danés, Igor Radosavljevic, en mitad de la carretera. Este militar posee un secreto terrible del que Albinus, tras el accidente se adueña y por ello se verá en una situación comprometedora.
Albinus tiene tanto problemas personales como profesionales. Su pareja, Marijana Jankovic, y él quieren adoptar a un niño y están preocupados por el papeleo correspondiente. Por otro lado, en su trabajo como guionista está teniendo problemas de creatividad para crear un guion que le han encargado y por ello es presionado continuamente por el director. La combinación de ambos aspectos va a conducir al protagonista a una situación de estrés desencadenado por el accidente y el secreto del militar. Y hasta ahí puedo leer. Desde entonces, la historia girará en una espiral de intriga y conspiración que el protagonista tendrá que tratar de resolver y que por momentos parece que vaya a acabar con él.
Como decía antes, es una historia que el propio Hitchcock podría habernos contado en una de sus películas. Sin embargo una de las características del inglés era que el espectador sabía más que el protagonista. Boe, por su parte, hace uso de no darnos ninguna pista o indicación de lo que está sucediendo en pantalla hasta su desenlace. Mantiene el interés dejando en la ignorancia al espectador, que es un de los recursos más empleados y a la vez fáciles, en las películas de suspense de hoy en día. De ahí la gran diferencia entre las joyas de Sir Alfred y películas como esta otra.
Lo bueno que tiene la película es la forma en la que Boe va jugando con el tiempo presente y pasado para contar la historia. Ambas partes de la película están bien entrelazadas, haciendo que la película avance sin problemas. Ello hace que desde el comienzo, la desesperación y ansiedad que sufre el protagonista te vaya sumergiendo más y más. Lástima que para contarnos todo el danés recurra a hacer trampas en el solitario.