Costa Esperanza
Sinopsis de la película
Año 1984, en la RDA. Conny (Alexander Fehling) y Andreas (August Diehl), dos amigos íntimos que trabajan en el puerto marítimo de Rostock, ciudad considerada el símbolo de la recuperación de la Alemania Oriental, saben que la única forma de salir de su país es en barco. La libertad de la que carecen los habitantes de la Alemania Oriental está al alcance de su mano, destinados a trabajar como polizones y así viajar por el mundo, quizá planear su fuga. Pero para ello tienen que demostrar su fidelidad al Gobierno, que les pondrá a prueba a través de los servicios de espionaje de la Stasi. Enfrentados a un dilema moral, los caminos que emprenden ambos protagonistas están llamados a reformular conceptos en torno a lo que significa ser un héroe, un villano, un traidor, un converso o, quizá por encima de todo, un superviviente en un entorno de paranoia y decadencia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Wir wollten aufs Meer
- Año: 2012
- Duración: 117
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Opinión de la crítica
5.4
100 valoraciones en total
Hebbeln nos invita en su segundo largometraje a revivir un pequeño trozo de la historia de su país. En la Alemania Democrática, la Alemania del Este, muchos sueñan con ir a un lugar mejor, con cruzar la frontera y descubrir mundo, o simplemente huir del lugar en el que les ha tocado vivir. Ese es el punto de partida que nos encontramos en Costa Esperanza. Desde el puerto de Rostock zarpan nuestros dos protagonistas, Conny y Andi, con ese sueño de huir a mar abierto. El cineasta alemán se basa en una historia real, biográfica, que narra de una forma más que correcta. Ya casi desde el principio nos atrapa, nos sumerge en un mundo de traición, de preocupación, de fantasías alcanzables, y todo ello a través de los ojos de sus dos protagonistas, además de Mai, la joven amante vietnamita, y de Schönherr, el capataz de ambos y compañero de anhelos. Entre los seis (director y guionista incluidos), consiguen transportarnos hasta sus vivencias.
Precisamente el reparto es el punto más fuerte de esta Costa Esperanza, una esperanza que está presente de principio a fin. Conny, interpretado por Alexander Fehling, es, sin duda, el que se lleva la palma. No sólo sus diálogos son enérgicos e inspiradores, sino que además actúa a través de su cuerpo y de su rostro. Es una actuación completa y muy vivida, tan real que hasta asusta. Los secundarios no se quedan atrás, aunque de todos, creo que merece mención aparte August Diehl, que interpreta al inseparable amigo de Conny, Andi, un personaje que no sabemos si engaña a todos, si se engaña a sí mismo o si engaña al espectador. Es la viva imagen de un ser sibilino, aunque, como todo, está abierto a interpretaciones contradictorias. Ahí es donde radica la grandiosidad de su papel.
En fin, Costa Esperanza resulta ser una película muy enérgica, brillantemente interpretada y adaptada, aunque en el fondo no resulta del todo novedosa, y en el espectador podría estar demasiado presente la oscarizada La vida de los otros, con una temática principal bastante parecida a una de las subtramas que subyace en la película de Hebbeln. Aún así, es bastante recomendable: por la trama en sí, por las interacciones entre sus personajes, con unos diálogos bastante fluidos e inteligentes, y porque creo que no dejará a nadie sin reacción o comentario, ya sea a favor o en contra.
Aunque los años de la RDA empiecen a quedar cada vez más lejos, ilustrados por las polvorientas enciclopedias y los desfasados atlas que quedan en algunas estanterías, no hace tanto tiempo de aquella nación impermeable de la que nadie podía escapar. El control político y social, tan intenso que sobrepasaba la paranoia, suponía un desgaste entre los más desfavorecidos que les conducía a situaciones moralmente complejas.
En este contexto tan duro, el principal objetivo es el de emigrar a occidente, y es aquí donde entra en juego la traición a los valores personales. ¿Hasta dónde seríamos capaces de llegar para conseguir nuestros objetivos? ¿Merece la pena el sacrificio, cuando ni siquiera la ley del más fuerte garantiza la supervivencia?
En Costa Esperanza no se juzgan estas cuestiones, sino que se plantean de múltiples formas. Resulta imposible posicionarse sobre los caminos que en cada momento atraviesa cada uno de los personajes. El conflicto interno, presente en toda la obra, trata de compensar los actos menos nobles mediante pequeñas acciones que calmen la mala conciencia. Al final de la locura persecutoria fomentada por la Stasi solo queda la decadencia moral que condujo a la caída del Muro de Berlín.