The Night We Got the Bird
Sinopsis de la película
Cecil Gibson, el propietario corrupto de una tienda de antigüedades, fallece en un accidente de tráfico. Su viuda Julie se casa de nuevo con Bertie, el socio inocente e ingenuo de Cecil. Uno de los regalos de boda, anónimo, es un guacamayo azul sudamericano que habla y parece ser la reencarnación de Cecil cuyo objetivo es hacerle imposible la vida matrimonial a Bertie.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Night We Got the Bird
- Año: 1961
- Duración: 83
Opciones de descarga disponibles
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Pais
Directores
Actores
- Basil Lord
- Beryl Ede
- Brian Rix
- Charles Cameron
- Denis Shaw
- Dora Bryan
- Elspet Gray
- Frank Atkinson
- Geoffrey Colville
- Gerald Cross
- Gilbert Harrison
- Grace Denbigh Russell
- Hazel Douglas
- Henry B. Longhurst
- Hubert Cross
- Irene Handl
- Jennifer Phipps
- John Le Mesurier
- John Slater
- June Broughton
- Kynaston Reeves
- Leo Franklyn
- Lionel Ngakane
- Liz Fraser
- Merylin Roberts
- Penelope Honor
- Ray Cooney
- Reginald Beckwith
- Roberta Tone
- Ronald Shiner
- Sheila Mercier
- Terry Scott
- Thomas Muschamp
- Toby Perkins
- Tony Hilton
- Vera Pearce
- Vincent Harding
- Wally Patch
- Wynne Clark
Dirigida por Darcy Conyers, The Night We Got The Bir es una irregular comedia británica de serie B basada libremente en la obra de teatro de Basil Thomas The Lovebirds y adaptada para la pantalla grande por el especialista en farsas Ray Cooney.
Bertie (Brian Rix), un joven algo ingenuo experto en antigüedades, trabaja en la tienda del corrupto Cecil (Ronald Shiner) que se dedica a timar a sus clientes restaurando artículos corrientes y vendiéndolos como si fueran valiosas antigüedades. Cecil, después de verse involucrado con un gánster local (John Slater), muere en un accidente de camioneta, y su viuda Julie (Dora Bryan) se casa de nuevo con Bertie. Pero entre los regalos de boda hay uno anónimo que es un guacamayo azul de Sudamérica que habla y que supuestamente es la reencarnación de Cecil que pretende hacerle la vida matrimonial imposible a la pareja.
El guión en si no es excesivamente ingenioso y sólo funciona en algunas escenas divertidas, como aquella en la que los anticuarios venden un asiento de inodoro como si fuera un espejo francés antiguo de gran valor. También tiene gracia la sátira que se hace a un juez bastante inepto que confunde las cosas en un juicio. Pero en el resto del film abundan sketches un poco anticuados sobre caídas de pantalones y bromas de cariz sexual que hoy en día resultan bastante ridículas.
En resumen, una comedia de humor británico que a ojos actuales se ve bastante anticuada pero que resulta entretenida por momentos, gracias principalmente al buen hacer de todo su reparto.