El juego de la verdad
Sinopsis de la película
El juego de la verdad es una comedia de enredo que cuenta las aventuras más o menos cotidianas de dos parejas de amigos que acaban de entrar en la treintena. Una serie de circunstancias casuales hará que afloren viejas rencillas y así, por primera vez, se digan las verdades a la cara.
Detalles de la película
- Titulo Original: El juego de la verdad
- Año: 2004
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
5.1
97 valoraciones en total
Película para pasar el rato sin más, con demasiados enredos incoherentes, algunas buenas escenas de humor y un guión demasiado previsible incluso para una comedia romántica. Las interpretaciones son muy irregulares y muchos diálogos se muestran forzados al no realizar una mayor espontaneidad el elenco. En definitiva, largometraje ideal para ver solo o con la pareja un domingo a la hora de comer.
De la mano de Álvaro Fernández Armero, Tristán Ulloa realiza su primera intervención en una comedia. Dos parejas de amigos forman un grupo de cuatro personas, que funciona en tres planos diferentes: como colectivo, como dos parejas con vida propia (una de perdedores y otra de ganadores) y como cuatro personas individuales. En el marco de una vida normalísima, sujeta a las incidencias intrascendentes del día a día, el grupo se ve conmocionado cuando a Ernesto el médico le diagnostica una enfermedad terminal. De componente obscuro y algo marginal del grupo pasa a polarizar la atención colectiva, a condicionarla y, en cierto modo, a liderarla. Desde la posición límite en la que se encuentra, una noche en la playa propone a los amigos jugar el juego de la verdad, algo que siempre es peligroso. La respuesta de Ernesto va a alterar los equilibrios del grupo, de las dos parejas y de sus componentes, con consecuencias imprevisibles. La película es entretenida y distraída.
Álvaro Fernández Armero demuestra que tras la excelente El arte de morir sigue estanto en plena forma y cambia de género radicalmente demostrando su versatilidad con una comedia de enredo con ciertos aires yankis.
Las comedias de enredo son una fórmula peligrosa ya que en España en numerosas ocasiones se cae en el alargamiento sinfín de la trama, con resoluciones imposibles que acaban cansando al espectador ya que éste nunca sabe en que momento se terminará la película ni cuando se encuentra en su recta final. Pero este no es el caso, ya que desde el primer gag de la Esteve entramos en el juego que nos propone Armero. Los perfiles de los personajes están muy bien construidos y desde el principio nos importan sus relaciones. Si miramos detalladamente las escenas vemos que todas son útiles y no se cae en la morralla por lo que finalmente la duración de la cinta es escasa. Destacamos el diseño de producción, en general se nota que el aspecto está cuidado.
En el reparto contamos con cuatro protagonistas absolutos que dan vida a unos personajes muy carismáticos, algo fundamental para que la historia funcione. Destaca la siempre hábil María Esteve que a mi juicio protagoniza los momentos más divertidos del film con sus continuas mojigangas, Natalia Verbeke plasmando un peinado moderno para que la cinta no envejezca y Tristán Ulloa y Oscar Jaenada, un recién llegado al mundillo que está dando mucho que hablar.
Una propuesta muy recomendable que revitaliza la salud de nuestro y que siempre apetece ver, es muy amena.
Lo mejor: María Esteve
Lo peor: Los prejuicios antes de verla
Comedia, española y con estos actores, me motivó a verla, aunque no soy gran fan de la comedia española. Parece que no vaya a ser gran cosa, pero luego te sorprende con alguna que otra carcajada. Se deja ver, la historia no mata pero está entretenida. Los personajes lo hacen bien y el desenlace te deja qué pensar.
Fernández Armero es un tipo que me cae bien. Desde luego no es Billy Wilder, pero empapa sus películas con un sentido del humor muy estimulante, y a la española.
Con el excelente cortometraje El Columpio ya jugaba a adivinar que pensamos de las relaciones, cómo nos volvemos ridículos y predecibles cuando se trata de enamorarnos, y en esta película vuelve a lo mismo. Una comedia romántica sobre la sinceridad en la que Tristán Ulloa está estupendo. Un tipo que se conforma con lo que tiene y no se para a pensar en lo que de verdad quiere. pero la que de verdad sobresale es María Esteve, una actriz que ha nacido para la comedia (¡cómo suelta sus frases!) y que aquí se come la pantalla con cada mirada, con cada gesto y con cada línea de guión.
Seamos sinceros, no es la mejor comedia de la historia, pero tiene algo que engancha, y pese a la previsibilidad del guión y a su ligera falta de ritmo (qué bien hubiera resultado todo más rápido, con más energía) os la recomiendo a todos los que queráis pasar un rato muy divertido. De verdad