The Last Flight
Sinopsis de la película
Cinco pilotos, veteranos de la Primera Guerra Mundial, se muestran temorosos a afrontar su devenir diario tras el término del conflicto. Todos los horrores que han vivido les hacen adoptar un nihilista estilo de vida y esconderse en la ciudad de París bebiendo sin parar.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Last Flight
- Año: 1931
- Duración: 76
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Opinión de la crítica
Película
7.3
72 valoraciones en total
Primera película rodada por Dieterle en EEUU que muestra la desesperación ahogada entre continuas fiestas y alcohol de unos jóvenes oficiales americanos con secuelas físicas y psicológicas tras la primera guerra mundial. Aunque interesante, no ha envejecido bien este retrato de la generación perdida estilo Hemingway, pese a su buen planteamiento y desenlace pero con un nudo bastante repetitivo que no profundiza demasiado en el vacío de unos personajes que no aciertan a rehacer sus vidas anulados por el trauma de la gran guerra. Paseos alcohólicos por Paris y Lisboa acompañados de una rica flapper completan un cuadro interesante pero lejos del nivel de obras posteriores de Dieterle.
El punto de partida es la conversación del médico militar con un colaborador al lado de una ventana, vistos desde el exterior de ella. Esos aviadores licenciados, amigos entre sí, que acaba de pasar consulta para recibir el alta médica, son spent bullets , seres socialmente inútiles, preparados para matar y no para vivir. Son devueltos ahora a la civilización en paz, a las puertas de los felices veinte, pero traumados por la violencia y la destrucción devastadoras de la Gran Guerra, que acaba de concluir. Y vemos deambular al grupo por los night-clubs, hoteles y cafés de París en compañía de una joven rubia de ojos claros, dulce y enigmática en su aparente docilidad, que sólo desea jugar y divertirse sin hacer daño a nadie. El nihilismo de la historia evita el énfasis y avanza entre sucesos intrascendentes, bañados en un romanticismo suave con un toque absurdo ligero y mundano realmente cautivador. Los acontecimientos van destacando a la pareja protagonista cuya conversación final, encantadora, melancólica, una vez más divertida, es una hermosísima declaración de amor mutuo a despecho de las tristes pérdidas que han sufrido juntos y sin un futuro despejado por delante.
Film sorprendente, donde unos aviadores supervivientes de la primera guerra mundial, pasan el tiempo en Paris, bebiendo de bar en bar, donde conocen a una jóven rica, Nikki, que les sigue la corriente y comparte con ellos las copas y las frases ingeniosas. (Ill take Vainilla). Un brillante guión con frases humorísticas y absurdas, próximo al teatro de Mihura como Tres sombreros de Copa (1932) y al E. Neville de los años 30 cuando viaja a Hollywood. El fondo trágico es el leitmotiv que se adivina en todas las esenas. La utilizacíón de una corrida de toros como colofón cómico-trágico y la muerte es la nota final de este curioso film. A destacar la interpretación de Helen Chandler que marca el tono absurdo de la historia. Una buena realización de W. Dieterle, donde hay que hacer notar que el tono del absurdo hubiera sido un handicap para otro director, pero donde él se maneja con gran soltura. Una grata sorpresa.
Personalmente, encuentro reminiscencias de este film en la obra maestra de Hawks, Sólo los ángeles tienen alas y en la maltratada por la crítica Bésalas por mi de Stanley Donen.