The Bread, My Sweet

Dominic (Scott Baio) lleva una doble vida, por un lado es un hábil empresario cuyo desempeño linda lo moralmente cuestionable para triunfar, por otro es quien se hace cargo de su hermano mayor con problemas mentales y administra la panadería en donde este trabaja. Con la crisis de los cuarenta se da cuenta que su crianza italiana de familia numerosa los encuentra a ellos dos solos, pero a una familia extendida formada por la gente que ronda la panadería, empleados, clientes y el matrimonio dueño del local que vive encima del mismo, por lo que se decide dejar su otra actividad y dedicarse a pleno a ellos. Cuando la anciana dueña se enferma, él siente el deber de hacer cumplir su deseo de toda la vida, traer a su hija trotamundos a su lado y verla casada.