Tallo de hierro
Sinopsis de la película
Son los años de la Gran Depresión. Tras sufrir un trágico accidente, Francis Phelan, un antiguo jugador de béisbol, abandona a su familia y se convierte en un borracho errante. Tanto él como su novia y compañera de borracheras, intentan escapar del doloroso recuerdo de un pasado que los persigue.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ironweed aka
- Año: 1987
- Duración: 144
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Opinión de la crítica
Película
6.1
55 valoraciones en total
Las conmovedoras actuaciones de Jack Nicholson y Meryl Streep nos transmiten perfectamente esa triste sensación de estar perdido en el mundo, sentirse aislado o abandonado, pero en este caso mediante la terrible historia de dos personas cuya vida se trunco a causa del alcoholismo. Uno de los vicios por exceso del ser humano.
Las representaciones son tan naturales que el mismo espectador puede llegar a sentir la angustia que los protagonistas sientes y esto puede lograrse gracias a su pareja protagonista. Actuaciones dignas de un premio de la academia.
En 1938 los rastros de la Gran Depresión que se sucedían desde nueve años atrás se han perdido en el olvido. En las calles de la ciudad de Albany solo se dejan ver vagabundos por la noche acolchados en cartones o, con mejor suerte, en coches destartalados. Francis Phelan (Jack Nicholson) es uno de ellos, arrastrado por el alcoholismo y el drama familiar de haber perdido a su hijo recién nacido mientras lo tenía en brazos. El sentimiento de culpabilidad sigue mellando en él veinte años más tarde y solo encuentra estabilidad en Helen, otra vagabunda que necesita de su valerosidad como hombre de principios para no hundirse, y Rudy (Tom Waits) un disminuido psíquico que olvida su condición del alma también con la botella. La diferencia que tiene entre ellos y el resto de indigentes es que Francis ha perdido algo de gran valor que es la familia debido al trauma que no pudo superar. Junto con Helen, aquejada de fuertes dolores, volverán a sentar cabeza regresando al pasado y viviendo de pequeños trabajos. Sus defectos de juventud y la presencia inhospitada de fantasmas del pasado se irán borrando a poco a poco.
El director de El Beso de la Mujer Araña se basó en el libro del ganador del Pulitzer William Kennedy (que también ejerció de guionista en el film) para poner en escena la vida de unas gentes marcadas para siempre por la ilusión pero enterradas en el abismo del alcohol y la vida perra. Menciones aparte para Nicholson y Streep, el cantante Tom Waits borda a la perfección como secundario en el papel de Rudy y deja, en un momento u otro, tararear alguna canción que le viene en mente, por lo que es imprescindible su visionado en versión original.
Dicen que no es fácil ponerse en los zapatos de otros, la verdad es algo tan subjetivo que sin duda nunca sabremos lo que los demás sienten. Eso no cambia el que al ver a otro sepamos si está en una situación superior o inferior a la nuestra. Al ver El amor es un eterno vagabundo (título latinoamericano) sientes, sin llegar a ponerte en sus zapatos, como es ser propiamente dicho un vagabundo, y de alguna manera empiezas a ver diferente a los indigentes, a los que seguramente más de una vez tildaste de vagos, no todos los casos son iguales.
Streep y Nicholson son un caso totalmente aparte. Aquellos que los consideren los dos mejores actores en activo puede que hasta tengan total razón y esta película tiene el acierto de juntarlos. Nunca en la historia del cine verás dos vagabundos mejor interpretados, desde la forma en como caminan hasta como hablan, sencillamente perfectos. Incluso ella tiene un sólo musical que lo borda con creces.
Un pena que la obra del argentobrasileño se quede en eso: dos grandes interpretaciones. El film se queda en un mero retrato de personajes, no tiene mucho más para contar y el exceso de metraje la vuelve reiterativa. Falla al intentar con esos flashbacks al estilo de Érase una vez en América (Sergio Leone, 1984) retratar el pasado de los protagonistas, falla porque nunca termina de dibujar esa foto del pasado y al final no conoces mucho más de lo que conocías al principio cuando Nicholson estaba en el cementerio.
Como decía, tiene exceso de metraje, sobran muchas escenas, sobre todo cuando Nicholson visita a su familia donde solo la Venora actúa de forma racional porque el resto de la familia parece perdonar fácilmente 20 años de abandono.
Destacable la puesta en escena, la fotografía, y sobre todo el logradísimo maquillaje.
Lo mejor: Streep y Nicholson.
Lo peor: las flaquezas de un guión con pocas ideas.
Hay culpas que no se pueden llegar a sicatrizar tan fácilmente, por el contrario llevamos con ellas el resto de la existencia. Estamos tal vez acostumbrados a criticar a muchas personas por sus apariencias, pero detrás de ellas existen, en algunos casos, historias realmente desgarradoras, tristes, dolorosas que las han llevado a esconderse en el mundo del alcohol, de las drogas sin tener presente que las consecuencias son más graves que la misma culpa. El desconocimiento social, la pérdida de la identidad social son apenas algunas de las serias consecuencias por la falta de valor al asumir las culpas o errores en la vida.
Magistral actuación de Jack Nicholson y Meryl Streep. Realmente son dos maestros de la actuación, dos grandes fenómentos del séptimo arte.
El mundo de Tallo de hierro no es bonito, aunque está rodeado de cierta magia, de amistad y amor distintos a como los conocemos. Inmersos en calles sucias, malviviendo de los exiguos sueldos, conviviendo con locos y prostitutas, y perseguidos por espíritus de recuerdos pasados, Phelan y su particular grupo ahogan sus penas en el alcohol, tratando de combatir al frío y huyendo de la policía y de las palizas de los grupos de vigilantes de ferrocarriles.
Tallo de hierro va más allá de la Depresión y de las culturas, pues en las calles de las grandes ciudades hay también esquizofrénicos, vagabundos, borrachos, y otras gentes que parecen pertenecer a otro plano distinto, a otro mundo que se entremezcla con el nuestro. Cada persona tiene su historia, y en la calle esa realidad es más verdadera que nunca. Seguro que en más de una ocasión nos hemos cruzado con algún Francis Phelan que hablaba a algún fantasma que nosotros no podíamos ver. Tallo de hierro es una película incómoda, triste, por momentos desgarradora, pero no exenta de belleza y cierta esperanza, en forma de esos conceptos que comúnmente llamamos amor y amistad.
Los dos actores principales, tanto Jack Nicholson como Meryl streep, bordan sus papeles y nos entregan unas interpretaciones notables que elevan la película a un nivel superior.
Sobre Jack Nicholson se ha dicho y escrito mucho, y se ha hablado de su sobreactuación y sus gestos, pero algo innegable es que posee el carisma de las viejas estrellas, y que su sola presencia basta para llenar toda una pantalla. No me cabe duda de que Francis Phelan es uno de sus más emocionantes papeles. Merecida nominación al oscar para el versátil Jack.
Por otra parte, Meryl Streep nos regala una triste y perdida Helen Archer, en la línea dramática a la que nos tiene acostumbrados esta espectacular actriz. Otra merecida nominación al oscar para la demasiado perfecta Meryl.
En conclusión, Tallo de hierro o Ironweed , no es una película para ver en días depresivos, pero contiene una historia que aunque triste engancha al espectador por su pequeño toque de realismo mágico que resulta delicioso, y esa pequeña bella historia de amor entre Francis y Helen que ayuda a sobrellevar los momentos más duros del film. Tallo de hierro, un buen drama de los que ya no abundan.