Starbuck
Sinopsis de la película
Aunque David Wozniak donó mucho semen en su juventud, nunca pudo imaginar que llegaría a tener 533 hijos. Veinte años después, 142 de ellos quieren conocerle, y emprenden una acción legal conjunta para averiguar la identidad de su padre biológico, de quien sólo se sabe su nombre en clave cuando era donante de esperma: Starbuck
Detalles de la película
- Titulo Original: Starbuck
- Año: 2011
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
Película
6.4
72 valoraciones en total
No termina de cuajar. Tiene como punto de partida una idea original y con chicha para ser una comedia de cierta profundidad, pero se pierde una y otra vez en giros edulcorados que recuerdan algo a ese cine italiano actual bastante repelente tipo Perdona si te llamo amor, sobre todo en una parte final que en mi caso acabó con mi paciencia y terminé de verla con el piloto automático.
Es entretenida y se deja ver(el protagonista funciona, las situaciones tienen su atractivo…), en ese aspecto es muy parecida a las comedias norteamericanas actuales del estilo Apatow(el tema central, el paso de la pubertad a la madurez mental, es el mismo),aunque tomándose mucho más en serio,sin su punto de mala leche ni su humor algo cafre, así que sólo la recomendaría a los que tengan un día especialmente blandito y no tengan nada más a mano que ver.
Imagínese usted que un buen día los frutos de sus donaciones de esperma quieren conocer al padre biológico. Y como en este caso (y en otros muchos… no me hagan hablar…) la cantidad si que tiene que ver con la calidad, no es que nos falten dedos para contarlos, no!
Hordas de adolescentes de lo más peculiares a la caza del nombre y apellido del suministrador!
Premisa muy disparatada, lo sé, lo que no quita para que si se desarrolla tan brillantemente como en este caso, el cine se llene de carcajadas.
Y ojo! porque nunca la definiría como la típica película de risa facilona, sin sustancia, porque es todo lo contrario!.
Tiene un toque intimista con grandes dosis de ternura (grande momento lacrimal la conversación con el padre en la cocina…snif!) que hace que la recomiende con más ganas, a lo que añado toda una envoltura estética (desde la carnicería como centro de operaciones a lo desaliñado del protagonista) que me conquistó.
Me gustó especialmente el papel de su amigo (un abogado campechano que también sabe lo que es la paternidad!) y me resultaron más flojas las intervenciones de su novia embarazada.
Pero del notable no baja, queridos usuarios!
Quien pueda que aproveche el segundo pase en la Seminci, por si no aparece más tarde por la cartelera.
Comedia que parte de una pequeña historia, un echo improbable pero al que sabe sacarle gran partido.
Su primera mitad, es sencillamente excelente, en esta se nos presenta al protagonista, y su forma de enfrentarse a su pequeño problema. Llena de buen humor, agradable sin caer en el humor zafio que tanto se estila hoy día. Estupendamente dirigida e interpretada, podíamos estar hablando de una pequeña joya, de una gran comedia, pero su segunda mitad baja el listón.
En esta segunda mitad se decanta, sorprendentemente, por el sentimentalismo, deja a un lado el humor, solamente para casos puntuales y se vuelve tristona, lenta y apagada, haciéndose un tanto larga. La película no sabe muy bien hacía donde transcurrir, parece que su historia no se puede, o no se sabe, alargar más, por lo que acaba metiendo personajes sin mucho sentido, que son abandonados posteriormente -el gótico- o situaciones innecesarias -la deuda-, para poder encarrilar la película, la lástima es que pasa por alto situaciones que podían dar mucho de sí -el juicio, especialmente con ese personaje estupendo del amigo abogado-. Pese a ello, la segunda mitad se ve con agrado y complicidad, si bien se hace algo cansina.
Starbuck es una comedia agradable, honesta y muy amable, que deja un buen sabor boca al salir del cine.
Si tuviera que recomendar este largometraje lo recomendaría principalmente por dos razones, la primera razón seria la originalidad de la propuesta y la segunda por la empatía que transmite el protagonista. La película es entretenida, divertida y en ningún momento se hace pesada. Posee imágenes de gran belleza (como la puesta de sol en el lago) y una acertada banda sonora.
Este largometraje nos plantea un tema como es la política de privacidad de las clínicas de donantes de semen respecto a los donantes, el único fallo si así se le puede llamar es que se deja llevar por un espíritu paternalista proteccionista.
Es una lástima que este largometraje pase casi desapercibido por las salas de este país, pero si tenéis la oportunidad de poder verla en vuestra localidad, no os decepcionara.
Una película que empieza con una paja y un banderín del Barça no puede ir mal. Ese fue el pensamiento de muchos en el inicio de STARBUCK (que nada tiene que ver con la cafetería especializada en guiris), película con que debuta su guionista y director Ken Scott.
El planteamiento es perfecto y su conflicto, sin ser demasiado original, sí es de lo más divertido en su primer desarrollo. Con un humor macarra que acentúa la buena mala leche, Starbuck clava cada punch que lanza al aire. Pero cómo: ¿una comedia en francés que además funciona? Sí, sobre todo porque es canadiense y mezcla lo mejor del humor francés y norteamericano hasta conseguir un producto entretenido y simpático.
El lenguaje cómico está perfectamente dominado desde la primera secuencia resumen hasta el último gag por repetición, al menos durante una primera hora donde todo va como la seda. Después se deja envolver incomprensiblemente por un sentimentalismo pomposo difícil de asimilar.
La cinta pega un bajón estrepitoso al abandonar la comedia y abrazarse al drama de forma descarada, pegándose en todos los morros y desvaneciéndose casi totalmente. Una lástima porque la película llevaba camino de ser algo grande. Menos mal que los minutos finales logran resucitarla un poco y salvarla del abismo.
Lo mejor de Starbuck es que el director se enfrenta a un montón de mitos y no salta ni esquiva las escenas más comprometidas de resolver. Lo peor es cierto tufillo ultracatólico y pro-vida en el mensaje que nos tiene todo el rato con la mosca detrás de la oreja. Las buenas comedias son aquellas que mantienen el pulso al drama, pero en esta ocasión la risa dio su brazo a torcer.