Once (Una Vez)
Sinopsis de la película
Glen Hansard es un cantante y compositor que interpreta sus canciones por las calles de Dublín, cuando no está trabajando en la tienda de su padre. Durante el día, para ganar algún dinero extra, interpreta conocidos temas para los transeúntes, pero por las noches, toca sus propios temas en los que habla de cómo le dejó su novia. Su talento no pasa desapercibido a Marketa Irglova, una inmigrante checa que vende flores en la calle. Ella tampoco ha tenido suerte en el amor y, para sentirse un poco mejor, escribe canciones sobre el tema, pero, a diferencia de Glen, nunca las interpreta en público. Glen y Marketa, acaban de improviso haciendo un dueto en una tienda de música, y será entonces cuando descubran que algo les une…
Detalles de la película
- Titulo Original: Once aka
- Año: 2007
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
7.2
71 valoraciones en total
Puede que éste sea el mejor musical que he visto en mis treinta y un años. Y he visto bastantes.
Recuerdo cuando, en las Navidades de finales del año 2002, fui a Madrid para ver expresamente el musical La bella y la bestia en el teatro Lope de Vega, que tanto éxito estaba cosechando. Nunca se me olvidará la sensación de maravilla que me invadió durante toda la representación. Fue como volver al misterio de la infancia, a aquellos años dorados en los que yo creía que existía el polvo de hadas y de estrellas que transformaba el mundo en el escenario de un cuento sin fin.
Pues así he vuelto a sentirme viendo Once .
Ningún otro drama (o comedia) musical ha atrapado mis fibras como si supiera exactamente cuáles tenía que tocar para extasiarme. Como esos músicos que componen y tocan por puro instinto, que sin que nadie les enseñe saben pulsar las cuerdas o las teclas precisas, Once va directo a mis cuerdas y mis teclas y obtiene de mi alma una melodía que yo ni siquiera sospeché que estuviese ahí.
Once es más que un musical. Es la vida escrita en partituras e interpretada bajo los sones de una guitarra y de un piano y las voces dulces de dos personas repletas de luz. Es el amor que nunca se podrá expresar con palabras y que jamás será tan bello como cuando fluye a través de una canción. Es el desengaño diluido en magia. Es uno de los medios más hermosos de remontarse hasta el cielo, de abarcar el océano y caminar sobre los rayos de la luna.
Mientras yo bebía cada escena y escuchaba con veneración, sentía que el don de la música es un milagro. ¿Quién puede sustraerse a su embrujo? Yo, que no sé tocar una sola nota, quisiera ser capaz de acariciar las teclas de un piano y extraer de ellas sonidos que trasciendan las barreras del mundo. Sonidos con los que tocar la eternidad, aunque no sea más que un sencillo e insignificante ser mortal. Tal y como ellos, los protagonistas de esta historia, lo hacen sin esfuerzo.
Me he enamorado de esas personas consagradas, tocadas por la musa Euterpe. Esas personas corrientes que, en los húmedos días de Dublín, convierten la cotidianeidad en prodigio.
¿Y qué mejor hechizo existe para un amor naciente que una banda sonora de primera mano, de la que los propios enamorados son los artífices? ¿Puede ser suficiente tal hechizo para unir para siempre dos almas lastimadas?
Bellísimo, sublime drama musical cotidiano que nos conduce por las calles de Dublín y las historias sencillas que laten en ellas. Que nos muestra la rutina de unas personas que no han abandonado sus sueños. Que pone divertidas sonrisas en nuestros rostros y nos llena de esperanza.
Y una de las mejores bandas sonoras desde que el cine existe.
Hay películas que desprenden sensibilidad desde el primer fotograma. Once, es una de ellas. Sin alardes técnicos y sin demasiado bombo, John Carney consigue llevar a cabo un proyecto lleno de momentos inolvidables. Alejándose de lo que se considera un musical al uso, Carney escribe y dirige una historia que sin buscar pretensiones nos arrastra canción tras canción, a la búsqueda de esa cosa –en muchas ocasiones bastante abstracta- que llamamos amor.
Aunque en un principio, Carney pensó en Cillian Murphy para la película, tras la negativa del actor, al proyecto le fue difícil encontrar una financiación. Con poco dinero y muchas ganas, Carney tiró de amigos y ha conseguido un poquito del corazón de cada espectador. Carney sabe como, sin caer en la ñoñería, hacernos felices y salir de sala con la sensación de encontrarnos con un mundo mejor.
Las canciones compuestas por Glen Hansard (solista y guitarrista de The Frames), que van hilando la historia de dos personas: un chico (el propio Glen Hansard) y una chica (Markéta Irglová). Hay química, ternura, y deseo entre estas dos personas. Hay un algo que te clava en pantalla y te hace respirar más fuerte. La música, de una fuerza avasalladora, nos produce algunas de las mejores escenas de la película.
No se corta el director, en tenernos tres minutos de canción en la escena. No se azora en buscar planos sensacionales y en hacernos recordar que en el cine… hay que disfrutar.
Once es una película difícil de catalogar. Podría decirse que es un musical, pero encajaría mejor dentro del género drama . Protagonizada por Glen Hansard, líder del grupo irlandés The Frames , la pianista y también cantante checa Markéta Irglová, y dirigida por el ex-miembro de The Frames John Carney, no puede presumir de tener muchos medios a su favor pero cuenta con algo mucho más importante, y es carisma y alma. Es una obra que reflexiona sobre muchos temas y lo hace tan, tan bien, desde un argumento a priori sencillo: la búsqueda del triunfo, a modo de sueño en lugar de para enriquecerse.
Así, se nos muestra la historia de Glen, un canta-autor que se dedica a tocar sus canciones por las calles de Dublin con la intención de sacarse un dinero extra para facilitar su vida y la de su padre. Una preciosa joven, Markèta, hace migas con él a raíz de un encargo -arreglar una aspiradora- y se van haciendo amigos. Ambos tienen una pasión común y es la música, y nos regalarán momentos sencillamente brillantes, como la primera vez que ambos tocan Falling Slowly en la tienda de pianos.
El doble sentido de la historia se añade al ver cómo la relación entre ambos personajes se hace más fuerte, pero no desde la sensiblería, sino desde un punto de vista racial y político: Glen es irlandés y Markèta checa, y la vida de ambos difiere totalmente pese al denominador común. La forma de abordar este tema tan escabroso es muy acertada, dando lugar a un final precioso. La búsqueda de ese sueño, la forma de lograrlo y la música como denominador común.
Once es una película pequeña, indie al extremo, pero tan bonita y tan llena de vida que es difícil no dejarse llevar por ella. Y la BSO es, como en todo gran musical, brillante. Eso sí, muchas canciones se repiten y se intentan aplicar al contexto de las escenas que van mostrando, por lo que en ese sentido es algo reiterativa. De todas formas, escenas como la previamente mencionada, el final, o el plano secuencia de Markéta caminando por la noche mientras canta son dignas de ver. Recomendada.
Once es una historia sencilla que fluye a través de la música. La BSO compuesta por los dos protagonistas del film, Glen Hansard cantante de The Frames, y Marketa Irglova es simplemente deliciosa.
La música de Once es en sí el hilo conductor del film y de la historia, y también funciona como diálogo, ya que nos cuenta las historias de amores rotos de los protagonistas. Hansard es un joven que toca su guitarra en la calle para ganar dinero cuando no ayuda a su padre en la tienda de reparación de aspiradoras y Marketa es una joven checa que vende flores en la calle. Ella se percata de su talento y comienzan a fraguar una relación musical, de amistad y de amor.
El film no esconde su romanticismo pero no es cursi en absoluto, todo lo contrario. Es una hermosa historia de amor del siglo XXI con escenas bellísimas y canciones muy buenas. Pero Once tampoco renuncia al humor, no hay más que ver la primera escena con el heroinómano, a Marketa con la aspiradora o la canción del autobús.
Es un film muy recomendable, tan sencillo como hermoso. No se la pierdan y descubrirán una pequeña maravilla y una excelente Banda Sonora Original.
Hay veces que una película te hace recordar episodios de tu vida…
Hay veces que te ves reflejado…
Hay veces que igual la película no es objetivamente muy buena pero te toca una fibra…
Hay veces que te cuesta entrar en una historia pero luego no puedes salir…
Hay veces que tu vida tiene un punto y aparte…
Sí, hay veces que el cine refleja uno de estos aspectos. Pero que una sóla cinta los refleje todos, yo sólo lo he visto… una vez.