Spinning Out (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2020). 10 episodios. Una grave caída pone en peligro la carrera de patinaje artístico de la joven promesa Kat Baker. Y, cuando le surge la oportunidad de perseguir su sueño olímpico, no duda en aprovecharla, aun a riesgo de perderlo todo. Spinning Out narra la lucha de Kat contra sus demonios y sus problemas dentro y fuera de la pista.
Detalles de la película
- Titulo Original: Spinning Out (TV Series)
- Año: 2020
- Duración: 45
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Opinión de la crítica
Película
5.8
69 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Adriano Sobretodo Jr.
- Amanda Zhou
- Arlene Duncan
- Bart Badzioch
- Bradley Van Rooi
- Brielle Robillard
- Catherine Saindon
- Charlie Hewson
- David James Elliott
- Deanna Jarvis
- Dylan Moscovitch
- Elisa Campanella
- Evan Roderick
- Grayson Long
- Hannah Gordon
- Heidi Lynch
- Jamie Champagne
- Jane Luk
- January Jones
- Jennifer Gibson
- Jillian Crane
- Jim Chad
- Johnny Weir
- Jon Champagne
- Jonathan Van Ness
- Josh Horvath
- Kaitlyn Leeb
- Kaya Scodelario
- Keara Graves
- Lindsey Connell
- Lucy Margey
- Marcus Le
- Markjan Winnick
- Mitchell Edwards
- Morgan Kelly
- Nataliya Rodina
- Natasha Bromfield
- Rebecca Chan
- Sarah Wright
- Sima Fisher
- Stuart Dowling
- Svetlana Efremova
- Vinson Tran
- Will Bowes
- Will Kemp
- Willow Shields
- Zahra Bentham
Effy corredora (El corredor del laberinto),
Effy nadadora (Infierno bajo el agua)
y ahora…
Effy patinadora (Spinning Out).
Spinning Out es un CULEBRÓN en mayúsculas. Una telenovela que tiene como telón de fondo el mundo del patinaje artístico. Podrían haber escogido el baloncesto, el atletismo o incluso el salto de pértiga, pero se decantaron por el glamour del patinaje artístico. Punto. Tramas previsibles y de muy corto recorrido, decisiones absurdas por parte de los personajes y problemas por aquí y por allá. Las contadas ocasiones en las que esta serie brilla (esperemos que solo miniserie) las encontramos en la pista de hielo, cuando se nos logra transmitir el riesgo y la dificultad que conlleva la práctica de este deporte tan bello y peligroso.
Lo más destacable es su protagonista, Kaya Scoledario, que siempre es un placer verla en pantalla. Desde su descubrimiento en Skins con su magnética interpretación de Effy Stonem, Scoledario todavía sigue esperando un papel con el que lograr un buen salto y un aterrizaje perfecto.
¡Qué pena!
A mí me gusta mucho el patinaje artístico y esperaba ver una serie interesante y amable, como es este deporte. Ya sabía que no iban a aparecer secuencias espectaculares de patinadores en acción, porque para eso ya están los campeonatos de verdad. Pero sí esperaba conocer mejor por dentro las técnicas y los esfuerzos atléticos de estos deportistas en sus entrenamientos. Y también sus relaciones no siempre fáciles con los compañeros, los familiares, los periodistas, las federaciones, etcétera.
Todo eso aparece en la serie de una manera muy extremista y, por tanto, poco creíble. En lugar de sentirte identificado con los protagonistas, o admirado de sus virtudes humanas y atléticas, llegas a sentir en muchas ocasiones una especie de desprecio o hastío hacia sus incomprensibles reacciones anímicas. No hay ni un solo personaje, principal ni secundario, que termine por caerte bien. Y además, ¡cómo no!, los guionistas se ven obligados a introducir algunas escenas innecesarias de tipo racista o de temática homosexual.
Patinaje, competición, drama y amor
La nueva serie de Netflix, protagonizada por la siempre increíble Kaya Scodelario (Skins, Crawl) es totalmente adictiva y es que cuenta con unos actores de lujo para una historia bastante interesante y que engancha rápidamente por los dramas que viven los protagonistas. Si a eso le añadimos unas vistas impresionantes de pistas de esquí, montañas nevadas, pueblo con encanto, equipo de patinadores, glamour mezclado con el día después de una borrachera… la terminas en tres noches y lo mío no ha sido placer con culpa, porque lo he disfrutado al máximo. Se nota la química de los protagonistas (no sólo de los principales, hablo de todo el equipo) y se notan las ganas de hacer algo decente. Reconozco que me ha dado pena terminarla (entendedme, tampoco es Mad Men, aunque salga una de sus protagonistas), pero estoy deseando que llegue una segunda temporada. Tiene un formato algo telenovelesco, pero que no es malo. Recuerdo cuando veía Cristal con mi abuela (yo era una enana y no entendía nada, pero ahí estaba, enganchadísima), pues a Spinning Out, salvando las distancias, le pasa eso.
Para los que no queréis spoiler, os invito a verla, como mero entretenimiento está muy bien.
Aviso de SPOILERS porque no me entra todo en la zona correspondiente:
Spinning Out se adentra en un mundo bastante jodido como es la bipolaridad. Para los que no conocen esta enfermedad quizá es complicado adentrarse en esas mentes tan complicadas. Que las dos protagonistas, madre e hija, tomen Litio me dice que tienen una bipolaridad tipo I, aunque en realidad hay cuatro subtipos (lo sé porque lo he estudiado). La medicación es bastante radical, aunque es cierto que conozco a una persona que lo tiene que tomar…y es terrible lo que hace en el cuerpo y en la mente, aunque mejore los brotes maníacos. En parte, por mis estudios, en parte por el drama, pero sobre todo porque lo primero que vi es que Kaya era la protagonista, la empecé, y creo que refleja muy bien los efectos destructivos de una enfermedad que persigue a los que la tienen durante el resto de sus vidas, siendo muy incapacitante, destrozando vidas, relaciones, sin hablar de las hospitalizaciones –esto es otra historia-. Kaya es Kat Baker, su madre (Carol) es la maravillosa January Jones (Betty Draper en Mad Men), Willow Shields (Los Juegos del Hambre) es la hermana de Kat, Serena, Johnny Wier (el patinador gay y que es patinador retirado de patinaje artístico sobre hielo, compitió en dos olimpiadas, sufrió ataques homófobos dentro del mundo del patinaje y lo dejó por una lesión en la cadera), Katilyn Leeb es la pareja de competición de Wier, Sara Wright es la madrastra de Justin, Wiiliam Kemp (Reign) –inciso para un…aysss- es el entrenador de Serena, Michell Edwards es el amigo y compañero de trabajo de Kat, Svetlana Efremova (La Isla), aquí es Dasha, una adorable rusa, como ella misma, David Jamnes Elliot (JAG) es el padre de Justin, Amanda Zhou es Jenn, la mejor amiga de Kat, por último Evan Roderick es el famoso Justin.
Ese segundo movimiento de la séptima de Beethoven anticipaba algo no solo emocionante, sino de dimensiones épicas. Craso error, y me voy a explicar.
Había leído las tres críticas publicadas en Filmaffinity, y me dije a mí mismo: Vaya, no está mal, y a veces un `3´ como el voto de un usuario en realidad puede significar algo bueno (En esto de los gustos la cosa es peliaguda).
La verdad es que me desilusionó conforme pasaba capítulo tras capítulo.
Scodelario hace un trabajo a su altura (magnífico, y desaprovechado). Algún que otro personaje también, en su salsa. Pero el resto es para olvidar mirando hacia otro lado sonrojado.
La temática es fantástica y campo fértil para emociones fuertes. Lamentablemente no pasa nada y de patinaje hay bien poco. Raya en lo tacaño. Y aquí viene.
La trama, el drama, las situaciones, los diálogos, son vergonzantes en el mejor de los casos. Hace mucho, mucho tiempo que no veo un despropósito como este. Las peleas y reconciliaciones surgen porque… pues porque toca, porque les viene en ganas, porque te tienes que joder. Hay situaciones que me llevaron a la carcajada por lo ridículas que son. Parecen un grupo de razas peleándose y reconciliándose una y otra y otra vez sin goyete alguno, y sin otro trasfondo que no sea la inmadurez de todos sus personajes. Se enojan por tonterías y se reconcilian por lo mismo. Un rato se están mimando, y al rato están invocando que todo el averno y sus demonios caigan sobre la osamenta de su adversario (adversario muy momentáneo). Y claro, tampoco podía faltar el inclusivismo…………………. ¡¡TELA!!
Meter a un negro para trollearlo me parece bajo (y digo negro porque en Estados Unidos es ofensivo decir afroamercano según tengo entendido).
Vamos viejo, ¿por qué no se dejan de hinchar las pelotas y dejan de una vez de trollear a los negros en las películas y de paso a nosotros? Están a punto de, y siempre hay algo chapucero metido a último momento. Los guionistas estaban pasados de esnifados o el cine se está yendo a la damier (perdón por mi Suizo).
Los últimos tres capítulos clamaba al cielo que ya terminaran, y solo terminé de verla para tener una opinión con base (aunque subjetiva, por supuesto) y no escribir a bocajarro .
Si a alguien le gusta este tipo de series con tantos vaivenes, no seré yo el que los juzgue (el gusto es algo muy personal). Pero para mí este pastiche de situaciones para la carcajada sardónica ya me insufló mucho aire en las balls. El feminismo y el inclusivismo están haciendo mucho mal a las series y películas.
¡¡Pésimo!!
Netflix sigue creando sin parar. Era el momento de hacer una serie sobre patinaje artístico y por qué no añadirle a algo que da de por si engancha un aire más dramático aún metiendo de por medio una enfermedad mental presente en algunos de sus protagonistas.
Todo lo que dice ser
‘Spinning out’ tiene desde luego un título acertadísimo. Un juego de palabras en inglés que nos sirve de preaviso, no solo vamos a ver piruetas complejas sobre el hielo, vamos a ver como sus personajes, uno tras otro choca y se enfrenta con su realidad, arrasando con todo lo que hay a su alrededor.
Eso es ‘Spinning out’, un drama con más de una compleja historia de amor de por medio que se ve marcada por la enfermedad mental que es el eje de acción de la serie. La trama sigue a una familia monoparental que se dedica en cuerpo y alma al patinaje artístico. La madre tras haber tenido que dejar atrás su sueño de llegar a las olimpiadas hace todo lo posible para que sus hijas lleguen a su meta.
Hielo, patines, sueños…
Hasta aquí todo más o menos como en las películas a las que estamos acostumbradas en este formato. Añadamos bipolarismo a la ecuación y llega el caos. Tanto la protagonista principal como su madre padecen esta enfermedad. Junto a ellas la hermana pequeña padece el secreto que se guarda por todos los medios. Nadie puede saber que Kat es bipolar, su carrera estaría terminada, o al menos, esa es la percepción que en su hogar se tiene.
‘Spinning out’ pone de relieve tanto en su guion como en sus imágenes cómo afecta esta enfermedad a quien la padece. Se habla de los efectos de la medicación, qué hace sentir, cómo ayuda y como, también nubla los sentidos. La confianza en uno mismo, en lo que cree y lo que siente o al menos cree sentir se reflejan en las escenas y diálogos de forma clara, puede que más acertados o menos, pero al menos lo presenta y lo hace sin tapujos frente al espectador, quien conoce el secreto y lo padece con sus protagonistas.
La serie es compleja en los aspectos que ya hemos mencionado, en lo demás es corriente y algo plana, pero el drama y las relaciones personales enganchan. Está bien rodada y montada, no cansa a pesar de ser un espacio muy reducido en el que tiene lugar la trama. Los personajes se presentan con una cadencia cómoda lo que hace que nos hace conocerlos poco a poco.
Personajes y protagonistas
Entre sus protagonistas se encuentran Kaya Scodelario en el papel protagonista. Una joven que no solo tiene que luchar contra su enfermedad sino contra sus propios demonios, su madre y la presión acuciante de no poder competir en solitario.
Junto a ella encontramos a Willow Shields quien da vida a la hermana pequeña de Kat, Serena. Una patinadora portentosa cuyo mayor problema es no haberse criado en un ambiente estable. Es inocente solo para algunas cosas, aprovecha las pocas veces que las cosas caen de su lado y no pide disculpas por ello.
Evan Roderick interpreta a Justin Davis, quien será la pareja de dobles de Kat, un joven adinerado que lleva toda su vida persiguiendo el sueño para el que su madre lo había encaminado. Es clave en la historia romántica y aporta a la trama general su propio drama.
David James Elliott es James Davis, el padre de Justin, dueño de todo el complejo hotelero de ski donde se lleva a cabo la acción. Junto a el encontramos a Sarah Wright Olsen como Mandy Davis, la madrastra de Justin. Un personaje clave para unir las dos facciones familiares que se presentan en la historia.
El reparto se completa con Svetlana Efremova como Dasha Fedorova, la entrenadora cuya vida personal toma un giro interesante en la primera temporada. Amanda Zhou, otra patinadora de gran talento que sufre una dañina lesión en la cadera. Es la mejor amiga de Kat. Ella junto a Mitchell Edwards en el rol de Marcus Holmes, serán los apoyos emocionales de Kat.
Finalmente y en papeles de tremenda relevancia encontramos a Will Kemp como Mitch Saunders, el entrenador de Serena y January Jones. Esta actriz da vida al personaje más controvertido de todos, Carol Baker, la madre de las dos jóvenes protagonistas.
Si te gusta un buen drama o el patinaje artístico tienes una excusa perfecta para ponerte una maratón de la primera temporada de esta serie. Si la empiezas estamos seguros que la terminarás.
Crítica para Magazinema.es
Nota 3.2/5