Sirenas
Sinopsis de la película
Años 60. Rachel Flax (Cher), una excéntrica y sexy madre soltera, tiene dos hijas. La mayor, Charlotte (Winona Ryder), una adolescente que se avergüenza de las extravagancias de su madre, se propone ser la mejor católica del mundo. La pequeña (Christina Ricci) sueña con llegar a ser nadadora olímpica. Rota su última relación sentimental, como de costumbre, Rachel se muda con sus hijas a una nueva ciudad. Allí, Charlotte descubre el primer amor, y Rachel conoce a un peculiar vendedor de zapatos (Bob Hoskins).
Detalles de la película
- Titulo Original: Mermaids
- Año: 1990
- Duración: 115
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Opinión de la crítica
Película
5.8
78 valoraciones en total
En una ocasión le preguntaron al alcalde de Los Angeles:
-¿Que es lo que más ha cambiado en la ciudad durante estos últimos cuatro años de su mandato?
-Evidentemente, CHER -Fue su respuesta.
Sirenas es un trabajo para admirar a Cher, sus dotes interpretativas, pero sobre todo su magnífica voz y su retocada imagen. Cher brilla en Sirenas y su luz oscurece todo aL alrededor, por lo demás se trata de una película correcta, bien dirigida e interpretada, que asume lo que es y hacia donde se dirige. Su meta está clara, no busquemos más allá.
Siempre me había llamado la atención esta película pero nunca me había dado por conseguirla y por fín me he decidido y la verdad es que merece la pena. Es una de esas películas con encanto que reúnen a una serie de artistas que la hacen aún más especial. Antes de que a Winona Ryder le diera por robar en las tiendas, en una década dorada para su cine, la ex de Johnny Depp no paraba de hacer buenas interpretaciones y ésta es una más de las muchas que nos regalaría por aquel entonces. El personaje que le toca aquí es el de una quinceañera ingenua que no puede con la excéntrica de su madre, interpretada a su vez por Cher, la mujer mil veces operada, que se lleva de calle un personaje que parece estar pensado para ella. Cher no es santo de mi devoción, ya lo he comentado en otras ocasiones, pero aquí se encuentra como pez en el agua interpretando a una madre soltera irresponsable que se niega a madurar. Parece ser que la muchacha puso bastantes problemas a la hora de rodar. De hecho, el director Frank Oz era el que debía dirigir la película pero fue despedido según se rumorea por la presión que Cher hizo a la productora. Algo parecido pasó con la actriz Emily Lloyd, quién era la elegida para interpretar el papel de Winona y que fue despedida tras quejarse Cher de la poca credibilidad que tendría como hija suya, ya que Lloyd es más bien rubia. La actriz denunciaría posteriormente a la productora y le ganaría el juicio. En fín, cosas de los rodajes. Junto a estas dos consagradas actrices tenemos el debut de una jovencísima Christina Ricci, encantadora, directamente para comérsela. Increíble cómo pasa el tiempo. Para rematar este interesante elenco de actores tenemos al pequeño gran hombre Bob Hoskins, quién como siempre está francamente bien. La ambientación conseguida de los años 60 es ideal y la banda sonora formada por canciones de la época, inmejorable, así que no puedo dejar de recomendar que la veáis, merece la pena.
La mayoría de las películas de 1990 están casi olvidadas: demasiado recientes para ser clásicas y demasiado viejas para ser actuales. Sirenas es una de esas películas que no me cansaría nunca de ver porque lo tiene todo: Actuaciones impagables, una maravillosa banda sonora y una familia de lo más atípica liderada por la excéntrica Cher. Presenta el enfrentamiento entre madre e hija, (Cher y Winona Ryder) una chica que no comprende a su madre y una madre que no comprende a su hija. No tiene precio. Pasa de la comedia más desenfadada a ser un drama de lo más sensible. Pero al final es una reivindicación de la familia como uno de los pilares de toda persona. La mejor de su director, Richard Benjamin, que juntó a un plantel de lujo para una película inolvidable.
Bob Hoskins pinta por pintar.Lo hace porque se divierte (aunque él sabe que lo hace bastante regular). Bob Hoskins cuando se enfrenta al estrés y a los problemas humanos no se esconde en una cueva ni se sube a un campanario. No: él habla porque le importan las relaciones afectivas. Bob Hoskins es un zapatero rechoncho que se liga a una Cher que por aquella época estaba para mojar pan y va uno y se lo cree. Y luego va encima el tío y se integra en un universo femenino ajeno, a tres bandas y sin calzador.Eso hay muy pocos hombres que lo consigan. Bob Hoskins se disfraza de pirata y hasta el zarcillo le queda bien.
Al Bob Hoskins de esta película habría que hacerle un monumento. Yo , si fuera mujer, me enamoraría de él ipso facto porque por mucho que Tom Cruise sea más cazabombardero y Daniel Craig más asaltaduchas ninguno de ellos es tan adaptativo ni tan sorprendente. Por eso, si quieren que sus hijos sean mejores y más sensibles varones, olviden los libros de autoayuda y pónganles esta película. Aprovechen porque ya no se hacen películas de actores donde el tema principal sea algo tan serio como el cariño y el respeto que todos deberíamos profesarnos.
Hay producciones que no cuentan ni con un gran presupuesto ni con un director de renombre (algunas son mal conocidas como películas menores), pero cuyo sencillo argumento o encantadores personajes nos tocan la fibra sensible. Más o menos eso es lo que a mí me pasa con esta película, algo a lo que ayuda su guión e intérpretes, que la hacen diferente y muy recomendable.
La historia nos presenta a una familia disfuncional, compuesta por la señora Flax (Cher) y sus dos hijas: Charlotte (Winona Ryder), una joven puritana y virginal que sueña con ser moja y Kate (Christina Ricci), una dicharachera niña cuya afición es la natación. Las Flax deambulan sin rumbo fijo, ya que cada vez que la cabeza de familia finiquita una relación arrastra a sus dos hijas hasta otro hogar. Durante su último traslado Charlotte conocerá al atractivo Joe (Michael Schoeffling), mientras que su madre iniciará un romance con el entrañable Lou (Bob Hoskins). Pero los caracteres opuestos de madre e hija pronto harán que la estancia no sea todo lo agradable que debiera.
Su aire retro (la acción transcurre durante lo sesenta), la correcta dirección y el magnífico trabajo de los actores son razones suficientes para su visionado. Resulta especialmente destacable la labor de Ryder, así como su química con el resto de intérpretes (atención a sus tira y afloja con el personaje de Cher). Puede que en el fondo Sirenas sólo sea otro melodrama bienintencionado (con ciertas dosis de moralina), que se deja ver con simpatía y que goza de ciertas virtudes (las anteriormente descritas), pero para mí es más que suficiente. Además, cada vez que la han emitido por televisión no he podido evitar quedarme embobado contemplando las vivencias de este peculiar trío de féminas, lo cual, y teniendo en cuenta que ya la he visto un buen puñado de veces, dice mucho a su favor.