Sin vergüenza
Sinopsis de la película
Un guión basado en una historia de amor real cae casualmente en manos de Isabel, una profesora de interpretación. Al leerlo, descubre que es el romance que vivió ella misma 21 años antes con el director Mario Fabra, precisamente el autor del guión: un romance que duró sólo 17 horas, pero que ella no ha podido olvidar. Isabel y Mario se citan, ella se siente ridícula y finge no reconocerlo, él reacciona de la misma manera. Ambos tienen amantes jóvenes. Mario tiene a Cecilia, una actriz de teleserie con problemas de autoestima. Isabel tiene a Alberto, un profesor de expresión corporal, tan primario como dependiente. Como Mario necesita actores para su película, decide contratar a Isabel y a sus alumnos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Sin vergüenza
- Año: 2001
- Duración: 116
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Opinión de la crítica
5.7
85 valoraciones en total
Disparatada comedia que adolece de un frenesí interpretativo sin sentido aparente. No me quedó claro que pretende esta pedante visión irónica del mundillo de detrás del telón , el fin no cuadra con la finalidad. Eso si, mientras algunos de los actores mantienen el tipo, la cosa marcha sobre ruedas.
Como digo en el título, no puede ser más adecuado para lo que debió de sentir el director al hacer esta película. Además parece ser un homenaje a los actores de este país. y supongo que a los noveles. Pues, mira por donde, no me parece la mejor forma de celebrar algo, o de reconocer algo.
La entrega la he querido analizar desde distintos puntos, pero, verdaderamente, no encuentro ninguno donde se pueda sostener. La mayoría de interpretaciones me parecen lamentables, ojo, no digo que los actores sean lamentables, pero sí su papel, y sobre todo, como lo gesticulan y la sobreactuación, por no decir que la película es un grito continuo, una alarde de gente vociferando. Y el caso es que de esta historia se podía haber sacado una película muy atractiva.
Detesto los actores que no vocalizan bien, como Daniel Giménez o el afamado Jorge Sanz, es como el albañil que no sabe amasar, sin embargo reconozco que la trama se mantiene por dos actrices que son magníficas, la Forqué y la Sardá y, en menor medida, porque su papel es más pequeño, Candela Peña. Ellas 3 mantienen en pie la entrega hasta que llega ese final histriónico que no hay por donde pillarlo, ahí ya se cae del todo. Un 3 es una valoración más que piadosa.
Antes de que se me olvide quiero criticar a la actriz que salió unos instantes con un diálogo brevísimo y se hizo pasar por majorera, la verdad es que si quieres que tenga acento canario, es mejor hacerlo bien a intentar interpretarlo, que uno que es de aquí, lo nota a la legua.
Después, quiero criticar los cambios de humor que tienen todos los personajes, parecen estar todos embarazados… tan pronto están tirándose trastos a la cabeza, como les viene un rayo de lucidez y se llevan de forma espectacularmente bien.
La verdad que el título es lo único que le viene al pelo, porque hay que tener muy poca vergüenza para llamar a esto película .
Lo bastante divertida para perdonarle sus irregularidades y la cutredad de algunas actuaciones, Sin vergüenza disecciona con cariño pero sin piedad el mundillo actoral español, haciendo hincapié en rivalidades, putaditas, neuras, pisotones, celos y otras delicadezas que a pesar de lo que todos creemos, no sólo existen en los trabajos aburridos, puesto que también las padecen y practican los que viven de lo que les gusta.
Combina con acierto buenos diálogos (alguno de ellos impagable: ¿Kiarostami? ¿Y ése quién es? ¿Un pokémon? ), un buen montón de interpretaciones frescas de veteranos y jóvenes, una historia entretenida y simpática y una crítica que intenta ser ácida, aunque se queda más bien en agridulce. Aquí hay más cariño que voluntad de análisis y se nota.
Resulta bastante recomendable para salirse un poco del baremo de mediocridad habitual del cine comercial en España y por la mala leche que destila, además, destaca entre lo más potable de Oristrell.
P.D.: Dedicada a Grandine 🙂
Pues sí, viendo su filmografía y cómo ha ido cayendo en picado hasta hacer televisión, hay que remontarse a principios de siglo (aún hablan en pesetas) para encontrar el mejor trabajo de Oristell como director, eso sí, pues también es guionista y productor, con mejor éxito. El maromo de la Balagué gusta, sobre todo, de dirigir comedia. Comedias humanas, de muchas emociones, de esas que entretienen pero que nunca llegan al olimpo de las mejores.
Y Sin vergüenza es otra de ellas, una comedia fresca y entretenida llena de diálogos elocuentes (la psiquiatra no tiene desperdicio, Elvira Lindo) e imágenes que hacen que encuentres un detalle nuevo con cada visionado. Lo malo, es que está lleno de un nivel interpretativo bastante bajo. Razón, puede, de que la actuación de Verónica Forqué y Rosa María Sardá (ganadora del Goya, si la ven por primera vez, o si vuelven a verla, hagan un recuento de todo en alcohol y drogas que toma su personaje desde que aparece en su primera escena) destaque tanto. Sin duda son dos asombrosas actrices, pero su nivel es tan alto en esta película que sólo cabe pensar que todos los demás son muy mediocres. Tiene su explicación, pues, según me he enterado, los actores que interpretan a los alumnos son, en efecto, alumnos de último curso de interpretación, luego el rollo amateur es verdadero en esta película. Tal vez si hubieran dejado que la mayoría de ellos tuvieran más rodaje, las escenas donde acaparan todo el protagonismo no hubieran llevado al traste la película.
Y ahí es donde viene el punto flojo de la película, cuando cae el protagonismo de la Forqué y la Sardá y se centran en los pupilos, más concreto, en las escenas de interpretación de los de cuarto y el final de la misma. Hace que la película (que te está encantando) se te haga demasiado larga, y eso que sólo dura 116 minutos. Al menos podían haber dejado a Shakespeare en paz y centrarse sólo en los clásicos españoles, que los hay y muchos. Puesto a estropear clásicos, al menos dejar los foráneos en paz.
Se puede llegar a decir que es una crítica-homenaje todos los actores y actrices, pero demasiado edulcorada y con demasiado final feliz para que se tome en serio.