Secuestro
Sinopsis de la película
En pleno Océano Índico una banda de secuestradores somalíes secuestra el carguero mercante danés MV Rozen. Comienzan entonces unas largas negociaciones entre los secuestradores y la empresa propietaria del barco encabezadas por Peter C. Ludvigsen, el director general de la firma, que intenta regatear el importe del rescate. Por su parte Mikkel, el cocinero, atrapado entre los piratas somalíes y el consejo de administración de la empresa para la que trabajan la tripulación, tendrá que superar una serie de acontecimientos de enorme tensión durante las negociaciones.
Detalles de la película
- Titulo Original: Kapringen (A Hijacking)
- Año: 2012
- Duración: 99
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Opinión de la crítica
6.4
63 valoraciones en total
Sorprendente drama-thriller danés, se destaca bastante la buena economía del director a la hora de analizar las actuaciones y el uso de locaciones.
Básicamente la película trata del secuestro de un barco carguero danés, por parte de un grupo de piratas Somalís que piden un rescate millonario por el barco y su tripulación, la cual no dudaran en someter a un gran maltrato físico-psicológico.
La película, en los diálogos, hace un muy buen manejo de los 3 idiomas que hay en ella (danes-ingles-lo que sea que hablen esos muchachos con ak-47´s) ya que nosotros tendremos la misma información que los secuestrados, poniéndonos en el lugar de incertidumbre que tienen ellos a la hora de las amenazas del día a día, debido a que los diálogos de los piratas en somalí no están subtitulados. Este es un aspecto que está muy bien trabajado y pulido, no hay diálogos que estén de más o que no generen cierto interés.
Hay que destacar las actuaciones de los protagonistas, que saben llevar los personajes con bastante altura.
El tratamiento sonoro es bastante interesante, llegando a tener escenas o secuencias de silencio total pero sin dejar de lado los efectos y focalizaciones, que por momento nos pueden tomar un tanto desprevenidos.
También el tratamiento de color es destacable (además de una muy buena fotografía) teniendo un contraste de luces claras en la oficina de los jefes que negocian (sentados desde la empresa) mientras que vemos una imagen un tanto oxidada en el barco donde la tripulación lidia con los piratas.
Solo me hicieron ruido un par de cosas del argumento que paso a poner en spoiler y recomiendo que no lean si no vieron la película.
A estas alturas del año uno espera que vayan apareciendo títulos de cara a la carrera por el Oscar y poco a poco van haciéndose notar.
Una de las películas que creo pueden luchar por estar entre las candidatas es Capitán Phillips , que ya ha sido estrenada con Tom Hanks a la cabeza de un buque carguero secuestrado en aguas internacionales, pero no es de esta película de la que quiero hablar.
Kapringen es el espejo danés de Capitán Phillips , unas situaciones similares, los nervios a flor de piel, la tensión que desborda a los protagonistas y las emociones encontradas de una tripulación que está a la deriva.
Cada una tiene historias diferentes pero el trasfondo es prácticamente el mismo.
Este es el segundo largometraje de Tobías Lindholm, aunque no es nuevo en este mundo pues ha sido guionista de la serie Borgen , Jagten (La caza) y Submarino , por citar algunos títulos destacados, y ese talento se nota en sus trabajos.
Con este thriller dramático podremos sentir la tensión, a la danesa, de un trabajo que resulta bastante interesante siendo su punto fuerte las relaciones sociales/sentimentales entre todos los protagonistas: secuestradores, secuestrados y directivos, quedándose en algunas partes del metraje un tanto hermético y frio.
De todas maneras, y como tema actual gracias a la película de Hanks, podremos pasar un rato muy disfrutable con un film que no tiene nada que envidiar a otras producciones teniendo en esta un enfoque más nórdico.
Tobias Lindholm es un nombre que, en los últimos años, no está pasando nada desapercibido entre el mejor cine que nos está llegando del norte de Europa, y más concretamente de Dinamarca. Ha alcanzado notoriedad internacional al emparentarse como guionista de las últimas películas de Thomas Vinterberg, Submarino y La caza. Reflejos de relatos contundentes y comprometidos sobre personajes sufrientes y veraces a los que les asolan la injusticia y la violencia, los libretos de Lindholm rebosan de riqueza temática y de una gran cantidad de matices que caracterizan el soslayado de su tendencia al realismo exacerbado.
Este mismo componente de primer orden se da cita en la sobria A Hijacking, donde también firma la dirección, que sostiene su solidez en un relato de un acabado rudo y grueso que se enmarca en el género de la supervivencia, muy en la línea de la legendaria cinta dirigida por John Boorman, Deliverance. Trazando referencias con ella, la angustia existencial y corporal de esta propuesta está concebida como un vehículo reivindicativo de grito virulento sobre las entrañas de nuestra condición humana y su actitud aversiva cuando la comodidad de la civilización se pone en jaque, y con ella las convencionalidades urbanas, dando paso a un mundo de pesadilla en el que la humillación y el miedo nos hace perder nuestra voluntad y libre albedrío.
Lo sorprendente, al igual ya ocurrió en La caza con un resultado muy notable, es que Lindholm sabe aprovechar a la perfección los lugares fríos e inhóspitos, carentes de armonía y de estados emocionales, para crear su particular atmósfera in crescendo de turbiedad y desasosiego. En este sentido, el film es, atendiendo a su plasticidad, sucio, áspero e incómodo, como no podría ser de otro modo atendiendo al drama existencial que se está tratando. Una contundencia que se reafirma en la potencia de su reparto, que transmite con veracidad y honestidad un dramatismo tan elevado como el horror ante la reclusión en contra de la voluntad.
Es de agradecer, así mismo, que una base argumental ya consabida en su mundana naturaleza, que a veces nos implica y nos conmociona tan a flor de fiel como el caso español del buque atunero Alakrana, no haya sido tratado con los cánones de escaso y vulgar entretenimiento comercial de telefilme, algo que sí ocurrió con el susodicho caso. Los intereses generales de adaptación de unos sucesos de dominio e interés popular se nublan y dispersan con los criterios del star-system nacional y con el exhibicionismo paroxista de las miniseries de TV, vehículos más para la entronización de algunos de sus creadores y del entretenimiento a costa del sufrimiento ajeno en pos de una radiografía solidaria que justifique las experiencias de dolor de nuestros iguales.
En su justa medida, que excede los patrones de evasión dionisíaca del cine comercial, A Hijacking plantea una mirada física y desoladora, pero fascinante, a un mundo en el que las leyes de la comodidad de nuestra rutina se quiebran y solo la fuerza de la voluntad y la supervivencia más primitiva nos pueden mover para continuar subsistiendo. El nervio incesante de su realización se combina, y contrapone, con momentos de calma tensa, y en ese juego de apariencias y perspectivas se adereza una trama cuya tensión e implicación terminan por alcanzar un desasosegante y efectivo clímax.
Lejos de los ejercicios de superación personal y lucha contra las adversidades que sirven de mero vehículo para el espectáculo de cara a la galería, el danés Tobias Lindholm prefiere meterse bajo la piel hasta un punto fisiológico y metafísico, mostrando el hueso de la fatalidad sin histrionismos ni gratuidades. Un ejemplo más que confirma que Dinamarca es y seguirá siendo una industria cinematográfica a la que habrá que escuchar con atención cada vez que se deciden a hacer ruido.
Crítica para http://www.cinemaldito.com
@weisguerrero @cinemaldito
Para no reiterar lo expresado por otros, sobre la película solo diré que es muy atrapante, de un suspenso sostenido y angustiante, de principio a fin. Cinematográficamente de alto nivel.
Sus protagonistas principales también lo son de Borgen , la magnífica serie televisiva danesa.
Y respecto de su contenido, además de presentar una historia que constituye un shock al hedonismo pequeño burgués, también hace aflorar una estructuralmente trágica pregunta: ¿cuánto vale un ser humano? (en este caso, siete personas) ¿cómo debe abordar un privado – en este caso una empresa naviera – una situación límite como esta? ¿debe estimarla a priori y tomar recaudos, como p.e. seguro ante secuestro, o correr el riesgo – muy bajo, es cierto – de que algo así le ocurra y lo obligue a tener que negociar la vida de su gente dentro de los límites de sus posibilidades y recursos financieros? Un complejo interrogante.
En cualquier caso, mi impresión es que A Hijacking es una profunda reflexión sobre la contradicción entre lo invaluable de la dimensión metafísica de cada ser humano y su valor de mercado , por cierto mucho menos idealista.
Muy buena película, la recomiendo.
Buena película. Trata un tema peliagudo y muy dado a todo tipo de excesos y manipulaciones. Y lo hace sorteando todas las trampas con elegancia y habilidad, sin perderse en tonterías ni olvidar lo importante. Se evitan con tiento varias tentaciones: sensiblería desatada (solo hay la justa y necesaria con los familiares), denuncia maniquea de las injusticias del mundo en la que secuestradores pobres y buenos luchan contra empresarios ricos y malos (la mirada se centra en la horrible situación, sin juzgar, mostrando los padecimientos y exponiendo los hechos de forma, más o menos, objetiva), historia de acción descerebrada y tópica con raptores atroces y secuestrados valientes, justos y santos (nada que ver, se trata de observar y comprender desde un punto de vista casi documental ) y heroicidades chuscas (son todos bastante grises y poco heroicos).
Va al grano, dosificando la información, explicando bien los acontecimientos. Y utiliza con muy buen criterio el contraste entre el barco y las oficinas, entre el Océano Índico y Dinamarca, entre el calor y la suciedad del encierro y la fría angustia de los negociadores con corbata, entre el tercer y el primer mundo, unidos en un regateo ominoso y desesperado, un menudeo eterno de cifras y dolores, donde el tiempo se estira hasta lo indecible y un absurdo crispado asoma en una relación tan artificial como inevitable. También está cuidado el crescendo dramático, la degradación que sufren todos, la evolución de los personajes, superados ante la dimensión de la desgracia, ante el callejón sin salida en el que se han metido.
Solo encuentro un pequeño problema: hay cortes demasiado bruscos que a veces resultan forzados, provocando escenas un tanto inverosímiles, reacciones poco convincentes de tan súbitas y poco desarrolladas.