Save Me (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2013). 13 episodios. Tras una experiencia cercana a la muerte, Beth (Anne Heche) se da cuenta de que tiene línea directa con Dios. Su marido Tom (Michael Landes) es muy escéptico y la amante de su marido (Alexandra Breckenridge) se da cuenta de que la mujer de su amante ahora es una profeta.
Detalles de la película
- Titulo Original: Save Me (TV Series)
- Año: 2013
- Duración: 20
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes descargar una copia la película en formato 4K y HD. Seguidamente te citamos un listado de opciones de descarga directa disponibles:
Opinión de la crítica
Película
4.2
23 valoraciones en total
¿Por qué no imaginar que, después de casi morir atragantada por comerse un bocadillo gigante durante una borrachera, Beth (Anne Heche) recibe órdenes directas de Dios y que se convierte en una profeta? De aquí parte Save Me , serie sin chispa y sin convicción acerca de una mujer que trata de enmendar sus errores siguiendo las directrices que le manda el Divino. Ella, una alcohólica son oficio ni beneficio, se ha labrado una reputación a base de escándalos y meteduras de pata. Su marido tiene una aventura y su hija no confía en ella para nada. De no ser por la apatía que se demuestra capítulo tras capítulo, podríamos estar hablando de una historia más o menos decente, pero no es el caso. Por otro lado, la decisión de optar por ese Bien supraterrenal le quita más si cabe cualquier simpatía que en algún momento se pudiera obtener de una acaparadora Anne Heche, obsesionada por controlar cualquier momento de la serie (por algo es una de las productoras de la misma).
No es de extrañar que la NBC abortara el proyecto tras siete capítulos, no es para menos. Los personajes mostrados no tienen el menos carisma: desde la propia Beth, con sus saltitos y su puesta en escena forzada y artificial, pasando por un marido (Michael Landes) absolutamente torpe emocionalmente y que se dedica a pasear por los escenarios con cara de no comprender muy bien de qué va todo o la hija del matrimonio (Madison Davenport), una adolescente que abre la ventana del cuarto a su novio (el cual es cuanto menos, irritante) como que juega bien al ping pong, hasta los secundarios que a medida que avanzan los capítulos, se van colando más y más en la serie con la misión de compensar las visiones tontunas de la Heche: la ex-amante del torpe emocional (Alexandra Breckenridge) y la mejor amiga de Beth (Heather Burns) que tiene una tienda de cupcakes, para más INRI.
Desaconsejable se vea como se vea, Save Me es una serie penosa, olvidable y que pasará al enorme cementerio de la NBC con más pena que gloria. Dios nos salve.
Polémicas de plagio aparte con la webserie The Book of Dallas, Save me podría llegar como una versión religiosa y mainstream de Iluminada al servicio esta vez de Anne Heche. Paradójicamente, la comedia creada por John Scott Shepherd necesita de un milagro para poder echar raíces en la NBC después de su flojo estreno vía capítulo doble. ¿Merece la pena? No. ¿Resulta, al menos, divertida/entretenida? Pregúntele a su Dios interior… El argumento de la nueva sitcom de la cadena del pavo real (sí, esa que hay fulminado TODAS sus comedias menos sus series de culto como Parks and Recreation y Community) no aporta inteligencia ni brillantez al redentor argumento. La protagonista —un alma descarriada, cuya familia está rota, su matrimonio está al borde del divorcio con una amante por medio y sus amigos le han dado la espalda por sus continuados escándalos debido a su alcoholismo desmedido— comienza a escuchar la voz de Dios desde una noche en la que debería haber muerto asfixiada por un macro-sándwich que se estaba metiendo entre pecho y espalda en plena borrachera e intento de asesinato de su esposo.
La redención va a ser obvia y también el sentimiento de que en cualquier momento puede aparecer una ambulancia para colocarla una camisa de fuerza. La explicación médica pasa por la estimulación del cerebro —en la parte izquierda de la frente— que hacen los monjes tibetanos y que les permite tener un canal de conexión… ¿divina? Save me juega en un campo lleno de minas: el creyente puede considerar blasfemo su argumento y una burla a su religión, mientras que el ateo/agnóstico eludirá la sitcom al pensarse que es propaganda religiosa. Es precisamente en ese punto en el que la comedia no alcanza el equilibro que pretende: ni resulta irreverente porque parece demasiado comedida, ni tampoco reflexiva de cara al espectador al no empatizar para nada con ninguno de los personajes. Entre una ex alcohólica adicta al escándalo público y que resulta insoportable desde que ha ‘visto la luz’, un padre adultero y una hija listilla en plena edad del pavo, es imposible que alguien pueda querer a alguno de los protagonistas. Sobre todo teniendo en cuenta que las malas lenguas indican que la serie debería haberse emitido hace ya un año, pero la NBC no ha encontrado un ‘hueco’ hasta ahora para ‘liquidar’ el encargo lo antes posible.
Realmente la ficción monopolizada por Anne Heche habla de la redención personal y anímica gracias a una voz interior propia. Pero, aquí, la combinación de penitencia y locura no está al tono celestial pertinente. ¿Funcionará mejor la serie con una personificación de esa voz divina en la figura de un personaje… o no sería más de lo mismo con esa figura angelical al lado del oído dictando sentencia? En esta comedia el diablo es el pasado de la protagonista… ¿y guiño a la propia actriz? Ser mejor persona y los intentos de conseguirlo parecen el relleno anímico, sentimental y familiar para conseguir las carcajadas al otro la de la pantalla. Unas carcajadas que, obviamente, no aparecen por mucho que rece la protagonista en plena taza del váter. No sé si Save me puede llegar a albergar alguna sensación de futuro en un conjunto en el que parece prácticamente todo profetizado en sus primeros dos capítulos… La serie debería ser menos familiar y más metaficcional con esa conexión con el mismísimo cielo. Creo que funcionaría mejor si el personaje que interpreta Anne Heche fuera una guionista que intenta vender una comedia a la NBC y su voz interior no para de repetirle: ¡NO LO HAGAS! ¡NO LO HAGAS! ¡NO LO HAGAS! O realmente no nos interesa la redención de los personajes más allá de un desenlace. Save me sería, por lo tanto, muy divertida si la voz fuera del Diablo en vez de Dios. Una especie de cruce de Mary Eunice de American Horror Story: Asylum con una de las protagonistas de Mujeres desesperadas… porque, seamos sinceros, ¿desde cuándo fue divertido hacer el bien?
Peculiar serie producida por la propia Anne Heche, su protagonista principal, y emitida por la NBC, que aunque en casi todos lados aparece como formada por 7 capítulos, en realidad son un total de 13 y lo puedo asegurar porque los he visto al completo. Eso sí, es posible que la NBC sólo haya emitido los 7 primeros. En cualquier caso se trata de una sitcom con un aire a Mujeres desesperadas (2004-2012), que versa sobre una mujer alcohólica que tras arruinar su vida familiar y sufrir una experiencia cercana a la muerte, afirma hablar con Dios o para ser más exactos, que Dios le habla y le pide cosas. Así de entrada tiene un argumento que bien podría ser de un drama pero lo cierto es que es una comedia pura.
A mí la idea me parece bastante buena porque es indudable que la comunicación presuntamente divina va a ser fuente de comicidad, como efectivamente es entre la incomprensión de su familia y amigos, la burla de los desconocidos, la exigencia de los mandatos celestes y también por el carácter histriónico de Beth (Anne Heche). Por este lado, la ficción funciona aunque se meta en un terreno delicado de las creencias. De hecho, algunas agrupaciones la han considerado anticristiana, pidiendo su cancelación, lo cual es un poco raro que una ficción que asegura que el Dios cristiano existe, aunque lo dibujen con un tono más bien desenfadado, pueda ser considerada como anticristiana. Es obvio que no lo es.
Sea como fuere Save Me resulta más o menos divertida, aunque es cierto que esa visión conservadora y moralista con la que aborda todo el asunto, incluida la vida familiar-afectiva, le puede restar algo de comicidad. Como apunta el usuario Maldito Bastardo, hacer el bien nunca ha sido divertido. Es más, también suscribo su idea de que la serie no resulta irreverente porque parece demasiado comedida, ni tampoco reflexiva por ser demasiado comedia. Así que se queda en un término medio, correcto pero no espectacular. Ahora bien, Save me se guarda un reclamo definitivo, con permiso de la joven y atractiva Madison Davenport, que es la requetebellísima Alexandra Breckenridge, que sí, al final sale mucho.