Rock the Kasbah
Sinopsis de la película
Un manager musical (Murray) viaja junto a su último cliente hasta Afganistán para una serie de conciertos. Pero una vez allí se quedará tirado, solo, y sin dinero, pasaporte o transporte para volver a casa. No obstante, y cuando peor se le estaban poniendo las cosas, conoce a una joven con una voz portentosa, lo que le animará a viajar hasta Kabul para intentar presentarla a The Afghan Star, la versión local del conocido programa de televisión The American Idol.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rock the Kasbah
- Año: 2015
- Duración: 100
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes descargar una copia de esta película en formato HD y 4K. A continuación te añadimos un listado de posibilidades de descarga activas:
Opinión de la crítica
Película
4.5
45 valoraciones en total
Han pasado los tiempos de gloria de Barry Levinson, cuando hacia films muy interesantes y sugestivo como Rain man o acoso, ahora se limita a films rutinarios como el que nos ocupa, se quiere basar gran parte en la personalidad de Bill Murray, pero con un guion inconsistente y sin mucha gracia que digamos, además de irreal y excesivamente hollywodiense, una buena idea que se podia haber echo mejor.
La verdad, dudé antes de ver la película, sobre todo por culpa de las críticas que había leído previamente de los críticos de los grandes periódicos. Todas malas. Y echando pestes del nuevo trabajo de Barry Levinson. Pero es que la vi, precisamente, por tratarse de un trabajo de Barry Levinson -amo Good Morning Vietnam-. Además, el protagonista es Bill Murray. Pues con esto, me dio todo igual y la vi. Y menos mal.
¿Sabéis lo que es la Espiral del Silencio? Se trata de una teoría de Comunicación formulada por la politóloga Elisabeth Noelle-Neumann en la que las opiniones de los individuos se basarán en la opinión predominante. Es decir, si estás con siete personas y todos opinan A, pero tú opinas B, no expresarás en voz alta tu opinión o, incluso, llegarás a decir que lo mejor sin duda es A. Estoy seguro de que pasará lo mismo con esta película. Si antes de votar Rock the Kasbah lees las diferentes críticas profesionales, le vas a poner menos nota de la que te gustaría.
¿Y yo por qué os cuento esto? Porque me da todo igual y quiero expresar que a mi me gustó. Se trata de una comedia que no solo se ríe de los talibanes, sino que se ríe de todo. Con buen gusto, me parece a mi, y mezclando la emotividad de una historia real que es reseñable, por mucho que implique meternos donde no nos llaman , en otra cultura. Hablo del deseo de una joven afgana por cantar y la imposibilidad de hacerlo porque se lo prohíbe su cultura. Y, vamos a ver, es una historia en la que todo se va rizando sin querer, en la que el protagonista pasa de estar perdido a encontrado. Vale que habrá gags que puedan gustar más o menos, pero en ningún momento sentí ninguna falta de respeto. No exageremos, que si no no vamos a poder hacer nada.
Bill Murray está genial, como siempre. Bill Murray rocks! Vamos a poder ver a Bruce Willis, que siempre es un gustazo. Y nos reencontraremos con Kate Hudson. No es la mejor película del año, ni la de Levinson. Lo se. Pero está bien. Y, por favor, no le hagáis caso a la Espiral del Silencio.
Me gusta el cine de Barry Levinson, siempre me gustó, pues hacía años que no veía nada suyo como hacía muchísimos años que no escuchaba a Cat Stevens. Lo que más me sorprendió, y fué al final de la película, es que está basada en hechos reales, y desde luego una mujer en Afganistán que se atreva a ir contra sus arcaicas y muy respetables costumbres, y le dé un aire de libertad o al menos una esperanza a todas esas mujeres que sólo sirven para procrear según los talibanes y sus bárbaras costumbres, se merece el cielo.
Comedia con trasfondo musical, con una excelente banda sonora y un reparto de verdadero lujo encabezado por el siempre simpático y efectivo Bill Murray, con Bruce Willis en una parodia de sí mismo, así como las bellezas Kate Hudson y Zooey Deschanel, además de la joven palestina Leem Lubany que interpreta el papel de la joven afgana con una adorable sonrisa, que te llevará a pasar un rato más que agradable, a pesar de las críticas de los que saben de ésto, de criticar profesionalmente, que ponen la película a los pies de los caballos.
A mí personalmente me ha gustado, y tiene mi aprobado. Un 5.
Rock the Kasbah es una de las pelis con peores críticas que he visto. Una pena, porque seguro que hacen que mucha gente no se acerque a una peli simpática que se ve con una sonrisa constante. Auqnue es una comedia, no deja de ser agridulce, muy heredera de la anterior de Bill Murray, Vincent. No será una gran película, pero a mi me ha satisfecho y me ha hecho simpatizar con esa chica afgana a la que su cultura no la quiere dejar cantar. Dirige un gran director, Barry Levinson, con pelis en su haber como Rain Man, Sleepers o Good morning, Vietnam. Y entre los actores, aunque destaca y protagoniza el gran Bill Murray, que se lleva la peli de calle, tenemos al mismísimo Bruce Willis rememorando su época de tipo duro, y una Kate Hudson que está, como diría Homer Simpsom, ummmmmmm ñammmmm. Que nadie espere un películón, no lo es, solo es una simpática peli de Bill Murray, con sus gracias y sus movidas de buscavidas. Las críticas a ésta película me hacen reflexionar sobre algo que está sucediendo últimamente, como también pasó con la pelí El Francotirador de Clint Eatswood, por ejemplo. Hablo de las críticas políticas y sociales a una peli, que nada tienen que ver con sus cualidades fílmicas o narrativas, sino puramente de contenido. No son críticas a la película, sino a que no les gusta lo que muestran, o que lo que muestra no es políticamente correcto y entonces se pone la peli a parir. En Rock the Kasbah se muestran situaciones como la venta de munición a diferentes grupos, entre ellos extremistas, por parte de señores de la guerra que hacen negocio en ambos lados. Se muestran los mercenarios buscavidas que trabajan como freelance en terrenos de conflicto. En la pasividad del ejército y lo poco que pintan en ciertos lugares y en ciertas situaciones. Y como está tratado de forma ligera y con cierta comicidad se está valorando críticamente y usándose para meterse con la película. Críticos serios diciendo que la película es sexista cuando solo muestra lo que hay y que algunos no quieren ver. Si la población agfana es sexista no tiene porque serlo la peli, o si hay señoritas que van a ganarse la vida con la prostitución aprovechando que la mayoría del ejército está compuesta por hombres con las hormonas a tope, la peli no tiene por que serlo. Se confunde lo que se muestra con lo que es una película. Si El Francotirador muestra a un soldado que defiende a sus compañeros matando a distancia a posibles atacantes, que a veces no lo son, no hay porque acusar a la película de fascista o de apología del asesinato. Es como acusar a la novela de Lolita de apología de la pederastia, que se ha hecho. Pero últimamente lo estoy viendo mucho más. Y no solo entre la gente sino entre la prensa y los críticos, que se suponen que deberían saber diferenciar entre valores cinematográficos y prejuicios morales propios. Menuda chapa he metido, pero me ha jodido leer cosas como Sexista, racista, demasiado larga, aburrida, fea visualmente dicho por Michael OSullivan de The Washington Post. ¿Qué es eso de fea? ¿Acaso quería ver la idílica Afganistán de Las Mil y una Noches? O Una chapuza condescendiente que cree respetar a la cultura afgana pero sólo consigue ser otro insulto más a sumar a los innumerables daños infligidos a ese país. Si fuese peor podría ser proyectada como prueba en el Tribunal de la Haya. dicho por Ty Burr del Boston Globe. Toda una crítica cinematográfica políticamente correcta. o Una guerra en curso no es marco para una comedia musical, especialmente para una comedia necia y simplista como ésta. dicho por Rafer Guzmán de Newsday, cuándo ha habido grandes comedias bélicas e incluso musicales centradas en la 1ª y 2ª Guerra Mundial, por ejemplo. Ahora mismo se me ocurren como 10 o 15 títulos de comedias ambientadas en conflicto, sin necesidad de pensar mucho. Bueno, centrándome, que es una peli maja que se deja ver con un sonrisa contínua.
A estas alturas, el calentón no se va ni frotando… ni falta que hace, porque en pocos minutos vas a descargar (que ya toca), y la sangre dejará de acumularse ahí abajo (ídem). Estás en ese punto vital en el que para follar, admitámoslo, tienes que pagar. Es esto o recurrir a una agenda de viejos contactos que… eso mismo, está ya muy vieja. Que tenemos una edad, vale, pero también dignidad… ¿no? ¿No? Total, que toca apoquinar, y como dijo el genio, lo que sobre, pal taxi. Además, tu instinto y pillería te han conseguido una de esas ofertas que no se pueden rechazar. Resulta que en un tugurio de mala muerte, ha aparecido, como de la nada, la hembra más hermosa que has visto en muchísimo tiempo. Y tú que ya habías entrado ahí con el calentón de marras. Esto era el destino. Te miró, la miraste, te ignoró, pero tú a ella no. Ésta no se iba a escapar. Le diste al viejo pico-y-pala, a lo de comerle la oreja, hasta que, por pura saturación, cedieron las defensas. Era cuestión de tiempo, de llegar a un mutuo entendimiento. Tú querías echar un clavo y ella quería cobrar. Total, que quedasteis en que ella se bajaría las bragas a cambio de tu reloj edición limitada flik flak. Win-win.
De modo que sales del antro… para meterte en otro. Oiga, que tampoco vamos a andarnos con demasiadas exigencias, que como se ha dicho, la causa bien lo vale. Aquí hemos venido a mojar, cualquier queja que pueda uno hacer, es pura mariconada. Y vas. Y giras la esquina, y esquivas a una banda armada, y a otra, y el mástil sigue erigido, y el reloj en su puesto, y ya falta menos… y menos… y menos aún. Hasta que llegas al sitio acordado, una caravana que enciende todas las alarmas de tu instinto de supervivencia. Aquí, en condiciones normales, no entrarías ni con el traje aquel anti-infecciones de Dustin Hoffman en Estallido… pero es que hay hambre. Mucha. Ya habrá tiempo luego para preocuparse por las venéreas. Ahora toca santiguarse. Una, dos y tres veces. Respirar hondo y que sea lo que el Santo Nabo quiera. Apoyas la mano en la puerta y empujas. Sin llamar, que ya te esperan. ¿Pero quién? Este es… ¿Bill Murray? Espera, ¿qué es esto? ¿Qué cojones está pasando aquí? ¿Dónde está la tía? ¿Qué diablos hace Bill Murray en su lugar? Pero vamos a ver… el tío tiene atados brazos y piernas a cada extremo de la cama… y lleva una peluca rubia de bote… y está maquillado como una furcia barata. Vale, ¿esto qué coño es?
Silencio en la sala, roto al final por las risas de esa dignidad que, efectivamente, se escapa. Estás acabado. Así lo atestigua la cara de tonto que se te ha quedado, que no se va ni con lejía, y que ahora mismo sólo te deja articular la más patética de las quejas: Pero-pero… esto no es lo que se me habían prometido Ya, bueno, pues es lo que hay. La escena, que está prestada de Rock the Kasbah, explica, precisamente, lo que le pasa a la propia película. En el mejor de los casos, la broma, por así llamarla, se salda en una decepción sangrante que, como no podía ser de otra manera, se desangra. A lo largo de cien interminables minutos en los que las fronteras de la incorreción política se saltan a la torera para hundirnos en los violentísimos territorios de lo desafortunado. La mala leche, cortadísima, tiene un mal gusto que espanta. Pero-pero… esto no es lo que se nos había prometido ¿No habíamos venido aquí a follar? ¿No? ¿Ni a reírnos? Pues no. Ni esto. Se jodió el trato… hay que joderse.
Veamos, ¿qué ha fallado? O para terminar antes, ¿qué no lo ha hecho? Pasapalabra. Más silencio, y ahora sí, la seguridad de que ahí va otra temprana (y solidísima) candidata a peor película de la temporada. Cosas de jugar tan descerebradamente con material de potencial tan ofensivo. Para entendernos, lo nuevo de Barry Levinson (que no es un novato, precisamente, que ya debería saber mejor lo que se hace) gira entorno a una única idea: Afganistán, aparte de ser un Estado fallido (patrocinado por los Estados Unidos, no lo olvidemos), es también un chiste. Con todas las dimensiones que implica dicho calificativo. Dicho de otra manera, nada más empezar, y si queremos seguir por el camino propuesto, ya nos toca saltar alguna que otra barrera moral. Entonces, ¿de qué podemos reírnos? De todo. Faltaría más. Pero por el amor de Allah, siempre con un mínimo de fundamento. Por ejemplo, y sin alejarnos demasiado de las latitudes en las que ahora nos encontramos, tanto Armando Ianucci como Christopher Norris demostraron con In the Loop y Four Lions respectivamente que nos podíamos reír a gustísimo tanto con las chapuzas bélicas yankees como con el terrorismo islámico. Y sí, por supuesto que en un primer momento tuvimos que carraspear, pero la incomodidad se superó rápidamente al darnos cuenta que la carcajada era empleada a modo de híper-efectiva y sanísima arma de denuncia.