Rizzoli & Isles (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2010-2016). 7 temporadas. 105 episodios. Serie centrada en el personaje interpretado por Angie Harmon, el de la detective Jane Rizzoli, y de su compañera: la médico forense Maura Isles (Sasha Alexander). Es una serie procedimental, muy parecida en su estilo a la serie Bones, pero con protagonismo de personajes femeninos, en lugar de un dúo mixto. Cuenta además con la presencia de la actriz de Los Sopranos, Lorraine Braco en el papel de la madre de Rizzoli, y está ambientada en Boston.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rizzoli & Isles (TV Series)
- Año: 2010
- Duración: 60
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Opinión de la crítica
Película
5.7
22 valoraciones en total
Cansadito me tienen estas series de investigadores implacables que van detrás de psicópatas malignos que primero se follan cadáveres y luego dejan mensajitos simbólicos para que los forenses se devanen los sesos y se sorprendan de la refinada cultura del asesino a pesar de su perversa maldad. Que sí, que a todos nos gustó El silencio de los corderos y flipamos con el final de Se7en . Pero, por favor, ya es suficiente.
Esta serie puede ser un calco de Bones, de CSI o de cualquiera de las millones de series de investigacion policial que copan las pantallas. Sin embargo debemos tener en cuenta que en medio de todas estas series que se copian unas a otras Rizzoli & Isles tiene un punto de ORIGINALIDAD: las protagonistas principales son mujeres. Este hecho es sumamente interesante en un genero en el que lo mas explotado es la tension sexual entre actores principales que busca espolear la curiosidad del consumidor. Rizzoli & Isles compensa la carencia de esta tension sexual con MUCHO HUMOR, mucha química entre sus protagonistas y un reparto que esta correcto. Obviamente los argumentos no difieren demasiado de los de otras series como Bones, sin embargo, a pesar de ser historias vistas mas de mil veces los capítulos de esta serie se ven con facilidad siempre y cuando uno solo busque pasar el rato de manera entretenida.
Los tiempos parecen que no cambian y marcan tendencias dentro de la explotación de la misma sala de autopsias. Rizzoli & Isles, la nueva serie de la TNT, ya ha sido definida como una revisión de la ganadora de varios Emmys durante los ochenta, Cagney & Lacey, y el añadido de Bones. Y es que la serie que Janet Tamaro, guionista y productora de series similares como Trauma, CSI: Nueva York y la propia Bones, no va más allá de la serie procedimental de policías y forenses, pero esta vez con protagonistas netamente femeninas. Una revisión de Cagney & Lacey pero añadiendo el enfoque forense gracias al personaje de Maura Isles: una súper- súper- súper-pija Tolosa (To-lo-sabe) fría y extremadamente metódica que es adicta, como vuelta de tuerca a su rol, a la ropa de diseño y a los zapatos carísimos y sofisticados. Fashion victim con bisturí y mucho cerebro. Simple y sencillo.
Jane Rizzoli es una detective de la policía de Boston solitaria, bastante en la onda de un cruce de Debra Morgan y Clarice Starling, pese a encontrarse con la sobreprotección de su madre (la psiquiatra de Tony Soprano), de unos de sus veteranos compañeros de trabajo y del trepa de su hermano, también policía. Ambas tienen química, se complementan y son amigas pese a sus innumerables diferencias y notables parecidos: ambas son incapaces de compaginar su inexistencia vida personal con su adicción a su vida laboral y profesional.
A la Reina de la Muerte le resulta difícil comunicarse con los vivos y se siente mejor con los muertos. Algo que está muy trillado aunque tiene cierto carisma que Isles parezca una computadora con zapatos afilados de tacón que sólo conoce los rotundos síes y noes. Cuca ella y cuca él porque peso a su sexo Rizzoli ha decidido ser lo más macho posible en un mundo de hombres. Escudo y coraza frente a la protección de todo lo que rodea y saturación de trabajo frenando cualquier debilidad amorosa o vida personal.
Hay un amago con parecidos razonables a lo Clarice Starling y un personal Hannibal Lecter que la dejó huellas interiores de difícil curación… pero su carácter procedimental aleja casi cualquier evolución de sus previsibles tramas episódicas. Parece que por Boston no sólo habita su conocido estrangulador y legado sino numerosos asesinos en serie y crímenes de difícil resolución. La adaptación de la novela de Tess Gerritsen podría dar para más o para menos pero Rizzoli & Isles se me antoja como un pasatiempo demasiado vivido y las mismas soluciones que anteriores entregas. Si a esa wikipedia andante llamada Isles le preguntasen sobre su serie enlazaría con otras tantas que el colapso neuronal acabaría en avería. Sinceramente paso de abrir y explorar el cadáver de una serie que ya está muerta y en un depósito de cadáveres desde su primer y último suspiro.
Si hay algo que se prodiga en el panorama televisivo son las series de investigación criminal y, mea culpa, lo cierto es que me gustan casi todas, pero últimamente siguen patrones tan parecidos que una no sabe si Bones le hace las autopsias a Grissom o si Chris Diaz es primo segundo de los Reagan.
Precisamente por eso, le he cogido el gusto últimamente a Rizzoli & Isles, que en lugar de apostar por la parte policial del asunto, se ha decantado por el punto cómico. Y menos mal que lo han hecho, porque después de leerme un par de novelas de Tess Gerritsen -en las que está supuestamente basada la serie- no puedo sino agradecer que me hayan cambiado a la resentida y desagradable Jane Rizzoli de los libros por las gansadas, los caretos y la ironía de Angie Harmon (cómo consiguen rodar algo con esta mujer suelta por el plató si que es un misterio) y a la aburrida Maura Isles por su alter ego televisivo, con todas sus manías, despistes e ignorancia total frente a lo más básico de las relaciones humanas. Por no hablar de Korsak y sus afición por los animalillos, Frost y sus frikadas, el adorable Frankie en el papel de mejor hermano del mundo y, por supuesto, Lorraine Bracco haciendo de matriarca italiana metomentodo.
El argumento de partida es el mismo de la novela El Cirujano : mientras investiga a un asesino en serie al estilo de Hannibal el Caníbal, pero con tendencias quirúrgicas en vez de gastronómicas, Rizzoli -que no se caracteriza por su paciencia- se adelanta a rescatar a una de las víctimas sin esperar refuerzos y acaba crucificada con bisturíes sobre el suelo del sótano, lo que duele por doble: en lo obvio y en el orgullo, que de eso Jane tiene un rato. Y ahí se habría acabado la serie si en el último instante no hubiera aparecido su compañero Korsak -que se ve que ya le tiene práctica a localizar a Rizzoli cuando se le escabulle- y derribado al tipo de un tiro -al que sobrevive, así da más juego-. Jane consigue recuperar el uso de las manos, vuelve al tajo, cambia de compañero y acaba haciendo pandilla con la forense del distrito, que viene a ser su completo opuesto y le da el contrapunto perfecto.
Al que le gusten los libros de Gerritsen no creo que le haga mucha gracia la serie, porque en lugar de centrarse en crímenes gore y retorcidos -que para mi gusto llevan muchísimo mejor que ella Thomas Harris o James Ellroy-, se centra en un grupo de gente poco convencional que se apoyan en su relaciones familiar -y en una buena dosis de humor- para afrontar situaciones que van de lo dramático a lo absurdo, muchas veces en el mismo episodio. Ah, y de paso resuelven crímenes, por qué no.
Sí, la tiene. Es una serie del subgénero detective-forense, sin nada tremendamente original pero con cierto gancho. Angie & Sasha forman una pareja de contraste que funciona bien, incluso juzgadas desde el prejuicio de ir a ver lugares comunes, y topicazos. No es que no los haya, pero como ocurre en algunas ocasiones, el casting, el guión, la dirección, la puesta en escena… se combinan de forma que todo funcione por encima de la media.
Se ve con agrado, y dudo que nadie pretendiera mucho más.