Retrato de un amor
Sinopsis de la película
Cuando la famosa fotógrafa Christina Eames muere inesperadamente, su hija Mae Morton (Issa Rae) se queda confundida, enfadada y llena de preguntas. Cuando encuentra una fotografía escondida en una caja de seguridad, Mae comienza a investigar la vida de joven de su madre, comenzando al mismo tiempo un apasionado e inesperado romance con un periodista, Michael Block (LaKeith Stanfield).
Detalles de la película
- Titulo Original: The Photograph
- Año: 2020
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
Película
5
92 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Chanté Adams
- Chelsea Peretti
- Christopher Cassarino
- Courtney B. Vance
- Issa Rae
- Jamaal Burcher
- Jasmine Cephas-Jones
- Kelvin Harrison Jr.
- Ken Holmes
- Kenneth Kynt Bryan
- Kingsley Ben-Adir
- Lakeith Stanfield
- Lil Rel Howery
- Marsha Stephanie Blake
- Maxwell Whittington-Cooper
- Rob Morgan
- Rylee Gabrielle
- Teyonah Parris
- Tonya Maldonado
- Wakeema Hollis
- Ylan Noel
La famosa y conocida fotógrafa Christina Eames muere de forma súbita e inesperada. Su hija Mae Morton (Issa Rae) queda en una especie de shock, desorientada y con muchas interrogantes en su interior. En una caja de caudales, Mae encuentra sendas cartas manuscritas de su madre, una para ella y otra para quien fue el amor de su vida, lo cual que la joven emprende una labor de investigación para conocer la vida de su madre cuando era joven. Al hilo de esta búsqueda comenzará un imprevisto y pasional idilio con un periodista, Michael Block (Keith Stanfield).
Cuarta película de la afro-canadiense Stella Meghie, con un guión de la propia Meghie que por vez primera confecciona el libreto ella sola. La película, no sin esfuerzo y excesos consigue llevar a puerto la historia, tanto a través de las imágenes, acompañadas de una fotografía excelente de Mark Schwartzbard, como con la sustancial y en ocasiones excesiva banda sonora de Robert Glasper. S. Meghie transpone y trenza las vidas sentimentales de una madre y una hija a lo largo de los años ochenta hasta el momento actual, desde los orígenes en un sur pobre, al sofisticado Manhattan. Es una cinta de múltiples capas, con un lenguaje visual exuberante y preciso, que pretende invitar al espectador a mirar debajo de la superficie, lo mejor y más bonito de un encuentro azaroso y providencial. Pero no siempre lo logra.
Se trata de un film de verano un tanto meloso, donde un un periodista que se siente guapo, se cruza con la historia de la recién fallecida fotógrafa y la de su hija, a la sazón una conservadora del Museo de Queens en New York, muchacha de color plan pija con ropa cara y bolsos de Prada en ristre, que confluirá en un amor almibarado que acaba siendo digerido mejor que peor, gracias entre otras a la banda sonora firmada por el pianista y productor Robert Glasper, una música sensual y envolvente que acompaña bien la historia, aunque en ocasiones tanto jazz envuelve de más, y música de la cultura afroamericana, que va desde Al Green a Kendrick Lamar, pasando por los temas de Mos Def o Anderson Paak.
La historia de amor entre los protagonistas, Mae y Michael, entre el joven egocéntrico y carismático y una muchacha bien, amor a primera vista, una relación que Meghie no acierta a dibujar bien, el romance carece de ímpetu y exaltación, y a la mitad del metraje ya se hace aburrido. Unos personajes confrontados a unos miedos un tanto triviales que finalmente pueden unirse plenamente de manera forzada en la cual la protagonista cede ante el apuesto galán que se ha marchado a Londres llevado de su ambición (como antaño hiciera su madre).
En el reparto destacan los protagonistas Keith Stanfield e Issa Rae que aunque sintonizan o mejor, tienen eso que se denomina química en la pantalla, sin embargo acaban por resultar impostados y artificiales, con un exceso de gestos manuales y falta de repertorio para los matices. Para mí, los mejores actores del film son la importante actriz Chanté Adams, que consigue dotar a Christine de una incandescencia de mujer encantada, y Y’lan Noel, que encarna el eterno amor de Christine y pescador de cangrejos en el sur. Acompañando con nivel y profesionalidad actores y actrices como Chelsea Peretti, Kingsley-Ben-Adir o Courtney B. Vance, entre otros.
Una sentida y entrelazada historia de querencias y arrumacos, algunas pinceladas de calidad, un guión al que le falta un hervor cuando poco e historias de amor, la antigua agridulce tirando a amarga (la mejor), y la de los protagonistas jóvenes, predecible y dulzona como para disfrutar durante las vacaciones, sobre todo a los de corazones de delicados.
*Christine y Mae
Una de las premisas con la que arranca Retrato de un amor y que en parte la hace tan interesante, es el hecho que se narre la historia de la madre de la protagonista, a través de una carta que le escribió antes de morir. En un momento dado, la protagonista se pregunta porque su madre fue incapaz de contarle, lo que dejo escrito en la carta, antes de que ella falleciera. Probablemente decidió despedirse así, para que entendiera su historia desde la perspectiva de una mujer y no desde la de una madre.
Christine era una joven afroamericana de Luisiana, que deseaba ganarse la vida como fotógrafa. Una mujer con tantas ambiciones como ella, lo tenía difícil por muchos motivos. Por un lado, por el mero hecho de haber nacido en un estado como Luisiana, en la década de los ochenta. Por otro lado, por ser una mujer afroamericana, ya que por aquellos años era aún más latente el racismo en Estados Unidos, de lo que es hoy en día.
Era tremendamente difícil para una mujer como ella, tener grandes sueños como el de ser fotógrafa. El hecho de que la criara una madre ultra-conservadora, también le afecto en la manera de percibir su entorno. Christine quiere que de esta manera, su hija vea de porque ha actuado con ella de determinada forma. Una mujer que por ciertas razones, fue incapaz estando en vida, de amar a su hija tanto como a su trabajo. Es interesante como la directora pretende mostrarnos, el lado más frágil o vulnerable de este personaje.
*Christine e Isaac
Otro aspecto interesante, es que la trama relacionada con Christine, nos muestra únicamente su época de juventud. Mae al momento de leer esa carta, tiene la misma edad que su madre, en el periodo que describe en su carta, desligándose en cierto modo, de la figura materna y mostrándose ante su hija, desde el plano amoroso que ha vivido.
Es aquí, donde se nos muestra el amor que tuvo Christine, con un hombre llamado Isaac. Una historia de amor atípica, que sobrevivió al paso del tiempo, pese a no haber sabido nada el uno del otro durante décadas. No es una historia con un final feliz, ya que cada uno tomo caminos diferentes, pero es hermoso de ver como después de tanto tiempo, estos dos personajes seguían sintiendo lo mismo el uno por el otro.
¿Somos capaces de seguir amando, a alguien que no hemos visto en mucho tiempo? Es el tema principal que indaga la directora, en lo que respecta, a la relación entre Christine e Isaac. Al igual que escribe una carta para Mae, también escribe una carta póstuma para Isaac. Para explicar todas aquellas decisiones que tomo en vida, de las que nunca dio explicaciones a ninguna de la gente que la amaban.
Es una manera de excusarse, pero también una forma para que puedan empatizar con su persona. Demostrando que hizo lo que pudo de la mejor manera posible, teniendo en cuenta las situaciones adversas por las que tuvo que pasar siendo joven. Es un claro ejemplo, de como nunca es demasiado tarde para redimirse de los errores del pasado.
*Mae y Michael
Se puede decir que la historia de amor entre estos dos personajes, constituye la trama principal de Retrato de un amor. En la Nueva York actual, un carismático y algo egocéntrico periodista llamado Michael, conoce a la joven Mae, que trabaja en el Museo de Queens de Nueva York. Estos dos personajes llegan a conocerse, por un compromiso laboral. Mae está queriendo llevar a cabo una exposición, que recoja las mejores fotografías de su madre y Michael está escribiendo un artículo sobre la historia de amor, de un anciano llamado Isaac. La historia de amor entre Christine e Isaac, es el motivo por el que surge este flechazo a primera vista, entre los dos protagonistas.
Ante todo hay que recalcar, que no estamos ante la típica historia de amor pastelosa, que recurrentemente se nos vende desde Hollywood. La historia entre estos dos personajes carece de exaltación, pero no por ello deja de ser entrañable. Es una comedia romántica que cuenta con un mayor grado de honestidad, que la mayoría de historias de amor de Hollywood.
La directora ha conseguido llevar a cabo uno de sus trabajos más personales, que se llega evidenciar claramente a lo largo del metraje. Los personajes deben primero hacer frente a sus miedos e inseguridades, para poder entregarse plenamente al otro. Temas como la confianza dentro de una relación o las relaciones a distancia, son algunos de los elementos narrativos que se indagan en este idilio romántico.
*Conclusión
Retrato de un amor, es una comedia romántica que destaca por el grado de madurez que presenta a la hora de mostrar las relaciones personales. Es una interesante propuesta que consigue a través de sus dos historias de amor, cautivarte con su forma realista y honesta de contarlo. Un comedia romántica, que va más allá del plano romántico, ya que consigue ahondar en diversos temas de una manera muy sofisticada. Una historia de amor universal, con la que muchos de los espectadores se verán reflejados, de una manera o de otra.
Por último, también es necesario destacar la increíble banda sonora con la que cuenta la cinta. Música perteneciente a la cultura afroamericana, que va desde Al Green a Kendrick Lamar. En definitiva, una película recomendada para todo aquel que quiera disfrutar de una comedia romántica distinta a lo que está acostumbrado normalmente.
Escrito por Daniel Jiménez
No me ha convencido nada este drama romántico bastante convencional, con unos personajes y diálogos poco convincentes, desarrollándose la historia con gran falta de pasión e interés y algo de confusión.
La película mediante flashbacks alterna historia de amor de Mae y Michael en Nueva York en la actualidad y una historia de amor en 1984 en Louisana de Christina e Isaac que son los que encuentran una fotografía que hará de nexo de unión. Existen algunas similitudes y errores que podrían repetirse, algo que aunque no te cuenten en los saltos temporales llegas a imaginarte.
La música de jazz es constante en todas las escenas y llega a resultar agotadora. Los protagonistas Keith Stanfield e Issa Rae intentan darle el carisma que necesitan los personajes, pero un guion algo torpe no consigue darles la fuerza y romanticismo que necesita la historia.
Dirige y escribe Stella Meghie, que intenta encajar las dos historias románticas a la vez con un resultado mediocre, perdiendo totalmente el enfoque de las tramas, eso si, se salva la estética del film puede resultar medianamente agradable.
Destino Arrakis.com
Con la que hay preparada con el Coronavirus, dudo mucho que la mejor forma de reflotar el cine sea con propuestas como esta, la verdad. El caso es que uno termina picando porque el tráiler estaba muy bien montado y resultaba lo suficientemente llamativo como para que la echara un ojo, algo que ha sido un tremendo error.
Porque, sinceramente, uno ya no está para estas pasteladas del montón. A lo mejor es que ya no soy el público objetivo de este género, pero creo que es más que la película es un tostón importante. Chico, periodista con el guapo subido, se interesa por la historia de una fotógrafa recién fallecida y de su hija. Luego está la conservadora del Museo de Queens en New York, a la que no-pero-sí, le mola. Sumadle momentos melosos con música de piano alternada con jazz, cultura afroamericana y tenemos todos los ingredientes de la película.
El caso es que tantas idas y venidas dentro del romance, termina haciendo que pierda el interés en saber si acabarán juntos o no (porque, en el fondo, sé cómo acaban estas cosas). Además, los diálogos sobre Drake tampoco me atraen en exceso y, aunque los protagonistas no están mal, no me caen excesivamente bien los personajes.
En resumen, una de esas de las que pintaba mejor de lo que, en realidad, termina siendo.
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