Wonder Women y el profesor Marston
Sinopsis de la película
Basada en la vida del Dr. William Marston, psicólogo y teórico de Harvard, quien ayudó a crear el detector de mentiras y el famoso personaje ficticio de la Mujer Maravilla. Esta película muestra parte de la relación poco convencional que compartió con dos mujeres: su esposa Elizabeth (Rebecca Hall), y Olive Byrne, una alumna de William que invita a la pareja a una hermandad femenina, en donde exploran y comparten ideas sobre sexualidad y sumisión. A partir de este evento, William, Elizabeth y Olive forman un triángulo tanto amoroso como intelectual: la química entre los tres fue la clave para crear a la famosa heroína y dotarla de sus propios ideales feministas. Luchando contra aquellos que intentaron censurar la historieta por considerarla violenta y llena de perversión, el trío defendió firmemente la presencia de un personaje femenino que sirviera de inspiración para las mujeres de todo el mundo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Professor Marston & the Wonder Women aka
- Año: 2017
- Duración: 108
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Opinión de la crítica
6.4
39 valoraciones en total
Si hay una historia de esas que merecen ser contadas es sin duda la vida del Dr. William Marston, psicólogo y teórico de Harvard, quien ayudó a crear el detector de mentiras, desarrollo el modelo teórico DISC y creador del famoso personaje de cómic Wonder Women. Pero el aspecto más polémico en la vida Marston fue haber mantenido una relación poligámica junto a su esposa y una joven alumna, hecho que no paso desapercibido y sin consecuencias en la conservadora sociedad Norteamérica de primera mitad del siglo XX.
Y es precisamente en ese triángulo amoroso entre los personajes principales donde enfoca la lente de su cámara la directora Angela Robinson, ofreciendo un relato cuyo eje argumental será el desafío de estos a los convencionalismos en defensa de su libertad sexual, teniendo como resultado una historia que se vende como Biopic pero que en su estructura resulta un drama románico bastante al usos en su Introducción, nudo y desenlace. Solo con una particular variante, de ser tres y no dos los personajes que están en pugna por consumar su relación.
Otro aspecto que resaltar en la cinta es la sexualidad, elemento que nos indican fueren clave para Marston en la creación del personaje de Wonder Women, pues Marston identificaba su modelo teórico DISC (por sus siglas en inglés: Dominación, inducción, sumisión y obediencia) en prácticas de sadomasoquismo como el Bondage y esto lo patentaba en su personaje de cómic, algo que a postre terminaría ganándole la censura. Mas, el tratamiento que hace del mismo Angela Robinson en la película, si bien no está excepto de lo explicito, logra alejarse del porno soft gratuito de cintas como 50 sombras de Grey, al justificar la carga sexual como un elemento clave en el entendimiento de los personajes, sus motivos y sus decisiones.
Mención especial para el buen trabajo de los actores, en especial de Rebecca Hall (quien recordamos en cintas como The Town o The Prestige) a la cual ya se le aprecia un gran nivel actoral, acompañada de unos muy correctos Luke Evans (Fast & Furious 7, la saga de El Hobbit) y la hermosa Bella Heathcote (The Neon Demon). Amén de un muy evocador diseño de producción y fotografía, aunado a las decisiones técnicas de montaje que incluye la directora como el Cross-cutting con el cual logra narrar de forma sincronizada diferentes tiempos de la historia, otorgándole gran dinamismo a la narrativa.
En resumen, una cinta bien ejecutada pero que no se aparta muchos en el desarrollo de otros dramas románticos que hayamos visto antes. Y en partícula echo de menos no nos ofrezca más detalle de las motivaciones de Marston en el desarrollo del cómic de Wonder Women (queda como un agujero de guion el acercamiento del mismo al mundo de los cómics) o su detector de mentiras, aspecto que se obvian en pro de resaltar más los elementos de romances (y sadomasoquismo) en la historia.
El profesor Marston, mientras daba clases de Psicología en Harvard, mantenía un idea: emocionalmente, las mujeres están más predispuestas al amor y al cuidado de otros que el hombre, quien es más violento. Por tanto, son las que deberían mandar.
De haber conocido a la zorra de Buchenwald (quien despellejaba a los presos tatuados del campo de concentración donde mandaba su marido para coleccionar dichos tatuajes), a Margaret Thatcher, Esperanza Aguirre o Imelda Marcos (y eso, solo pensando diez segundos), quizá habría cambiado de opinión.
Y no, no estoy equiparando a unas con otras. Solo señalo que las mujeres, en puestos de mando, pueden ser igual de crueles, incompetentes, estúpidas y corruptas que los hombres.
De hecho, su tesis sobre sumisión y seducción no cosechó apenas éxito, al contrario que el detector de mentiras que su esposa y él codescubrieron y con el que experimentaron, entre otras, con las alumnas de Harvard que se inscribieron. Allí es donde conocen y se enamoran de una de ellas para comenzar una relación poliamorosa que duraría casi toda la vida y dio a luz a tres criaturas.
Pero al ser descubiertos, son despedidos. No es spoiler. Es historia conocida. Entonces los tres deben ganarse la vida. Una de secretaria, otra cuidando niños y el otro… se pone a hacer guiones de cómics porque nadie hace caso de sus ideas y quiere que estas lleguen al público de una forma u otra. ¿Por qué a través del cómic? No se explica, lo que es un punto flojo de la cinta. No sabemos si le gustaban los cómics, la razón de ese medio, ni nada. Solo que se le ocurre la idea y quien publicó Superman, también le publica a él. Y se convierte en todo un éxito… hasta que llega la Liga de la Decencia Americana. Los puritanos, vaya.
Y este es el punto fuerte de la película: muy bien narrado el puritanismo y la moralina occidental de entonces vs una relación poliamorosa prohibida y magníficamente desarrollada. Muy bien contadas también las represiones sexuales de la época (el masoquismo, bondage, lesbianismo y la homosexualidad creían que eran enfermedades o perversiones) y cómo son manifestadas en el cómic de Wonder Woman, personaje inspirado en la forma de vestir, las personalidades de las dos mujeres de las que estaba enamorado y sus propias ideas y tesis académicas.
Es una película muy recomendada por la forma narrativa, la magnífica fotografía, el diseño de producción, la ambientación y la actuación de Rebeca Hall. Y porque el mensaje necesita ser lanzado más que de vez en cuando para recordar lo que es ético aunque esté prohibido y lo que es antiético aunque esté legalizado.
Espero que os guste.
La nueva película de Angela Robinson, tras más de diez años de dedicarse a la televisión, es más que una biografía al uso del creador de una figura icónica en el mundo de los superhéroes, es un acertado compendio de temáticas que van desde el comportamiento humano, la libertad sexual, la tolerancia y el empoderamiento femenino, entre algunas otras.
William Moulton Marston (Luke Evans) es profesor de psicología en el Radcliffe College, él, junto a su esposa Elizabeth (Rebecca Hall) ha creado un dispositivo detector de mentiras, además es un fervoroso feminista y un estudioso del comportamiento humano.
Junto a Elizabeth reclutan para sus investigaciones a una alumna de nombre Olive Byrne (Bella Heathcote), una bella joven que primero despierta en la mujer celos y después en ambos una pasión que los lleva a vivir a los tres juntos como familia con varios hijos procreados, y que será motivo para que les expulsen de la universidad, dando paso a una relación que será inspiración para que Marston le de vida a la Mujer Maravilla, personaje basado en la admiración hacia sus mujeres y en su creencia de la superioridad intelectual del sexo femenino.
Tomando como hilo argumental las sesiones donde La Liga de la Decencia le cuestionaba a Marston el alto contenido de violencia y las múltiples referencias sexuales del cómic, donde aspectos de su vida personal se veían reflejados, Angela Robinson va encadenando el proceso de conformación de una relación poliamorosa que debe luchar contra los tabúes y prejuicios ajenos y propios.
Robinson narra con sutileza y elegancia una historia que se enriquece gracias a un sólido guion donde el trazo de sus personajes y su posterior desarrollo se ve fortalecido por las vigorosas interpretaciones de, sobre todo, las protagonistas femeninas, Rebecca Hall y Bella Heathcote, quienes brindan un vibrante duelo actoral que eleva el nivel del relato.
A pesar de la temática el relato no cae en amarillismos y si logra insertar varios temas dentro de la historia, tales como el respeto y tolerancia a la libertad de decisión de los demás y a la vez la vuelve más interesante al mostrar como Marston le fue dando vida a un personaje de ficción dotándolo de varios elementos tomados de su particular vida.
http://tantocine.com/el-profesor-marston-y-la-mujer-maravilla-de-angela-robinson/
Se nota que Angela Robinson es la directora y guionista de este biopic sobre la creación de uno de los iconos de la historieta: Wonder Woman. Ante el reciente éxito del film de la amazona, muchas personas temíamos que surgiese un ejercicio de encargo de la productora, una forma de sacar taquilla fácil y con una lectura superficial. En lo absoluto es el caso de Robinson, una mujer que se nota maneja muy bien las biografías de las tres personas responsables del surgimiento de este icono feminista repleto de paradojas: liberadora y pin-up sexual, rompedora en su época y luego cortada por la censura, etc.
El tridente protagonista es muy talentoso. Luke Evans da vida al profesor Marston, quien es presentado en su ambivalencia: por un lado, un firme defensor de los derechos de las mujeres en tiempos donde el machismo imperaba incluso en las refinadas aulas universitarias de Harvard, pero también un oportunista con un gran sentido de la publicidad de su propia persona. Fruto de su relación de poliamor con dos damas excepcionales, terminó haciendo el primitivo guión de Suprema, la futura princesa de Temiscira.
En esta ocasión, son Rebecca Hall y Bella Heathcote quienes se llevan los dos papeles más golosos, los correspondientes a Elizabeth Marston y Olive Byrne. Lejos de ser meras inspiradoras o musas, ambas eran intelectuales de primer orden con una fuerte raigambre (incluso genealógica) en la lucha por la equidad. Fruto de la fusión de sus dos personalidades podemos entender mejor al hoy icono de la editorial DC, la cual conforma junto a Superman y Batman la santísima trinidad de esa fábrica de viñetas tan rentable.
Un choque de personalidades muy curioso y que plantearon un nuevo modelo de relaciones que hoy todavía resultaría chocante en muchos sectores de la sociedad del siglo XXI, es decir, lo que hicieron en el contexto de su época era visto como una marciana, muy adelantada a su tiempo.
Por ponerle un pero al magnífico ejercicio de síntesis de Robinson, se echa en falta alguna mención a Harry G. Peter, quien no solamente fue el primer dibujante de la colección de la Mujer Maravilla, también era hijo de un editor de periódico que siempre abogó por las sufragistas. En el film, pareciera que la gestación de la protagonista fue solamente responsabilidad de tres personas cuando hubo muchos más agentes implicados.
El público aficionado al cómic y que quiera saber más sobre la Diana tiene una cita ineludible con esta historia.
Siempre existe el reflejo en la creación.
No se puede evitar proyectar en la propia obra lo que se arrastra y, de hecho, cualquiera diría que ese es el fin último de cualquier obra.
Pero a veces sucede algo más, un sacrificio o casi un exorcismo: lo que se crea adquiere vida propia, y te permite mirarte en un espejo limpio, donde existe esa mejor versión de ti mismo a la que puedes aspirar.
‘El Profesor Marston y las Wonder Women’ es la historia de dos mujeres maravilla, Elizabeth Marston y Olive Byrne, el afortunado profesor que las pudo contemplar, y el valiente espejo que, con ese reflejo, quería colocar ante toda la humanidad.
Que se dice pronto.
En realidad, esto podría ser la enésima recolección de datos curiosos sobre la creación de Wonder Woman, pero hay algo más, un cierto idealismo a prueba de balas, heredero de esa heroína de papel, que por un momento alza el trío romántico por encima de los simples mortales que eran en realidad.
En concreto, una escena entre las bambalinas de un teatro, en el velo entre fantasía y realidad, da la clave de todo lo demás: Olive se enfunda en una vaporosa túnica griega con brazaletes adornados, Elizabeth se abriga en una piel de leopardo que resalta su fiereza, y William se transforma en el pobre general de uniforme que no manda nada ante las dos mujeres mitológicas que le tienen seducido y dominado.
Diana, Cheetah y Steve Trevor toman carne, conciencia, se hacen sentimiento y se quedan en el imaginario compartido por los tres, como versiones ideales de lo que a estos académicos les gustaría llegar a ser.
O en otras palabras, la fantasía deja de ser inalcanzable, y se convierte en una realidad tangible.
Ese dilema habita en el centro de este romance a tres bandas, que en principio se niegan William, Elizabeth y Olive, como estudiosos supuestamente racionales que son, dando la réplica de formalidad que la sociedad del momento les obligaba a tener.
Pero entonces entra en escena un elemento mágico, un detector de mentiras desarrollado por la pareja de profesores que deja al descubierto las verdades del corazón, como aquel lazo dorado de amazona que impide mentir, y se abre la puerta a un imposible que no parecía correcto: ¿si nos amamos, por qué ocultarlo? ¿si queremos estar juntos… porque vivir la pantomima de una vida separados?
Lo más hermoso de esta biografía semi-ficcionada es la manera de tratar este punto concreto: esto no es una relación desequilibrada donde una de las partes se aprovecha de otra, tampoco es una prueba de lo inviable que sería amar a más de una persona… sino, simplemente, un romance natural entre tres personas que, se nota, se dedican un afecto puro y genuino, dónde nadie es gurú de la propia causa y todos son alumnos de las emociones de todos.
La dificultad no es permanecer juntos, si no esas pesadas cadenas que nos atrapan en la vida cotidiana, ejerciendo una presión muy diferente al lazo de un amante que nos finge dominados, pero en realidad nos quiere siempre libres.
William reflejó todo eso en su heroína, la pionera en una época en la que las señoritas superhéroes no vendían, y desde su voz nos mandó un mensaje: que otra sociedad, dominada por el amor y la valentía, es posible y deseable.
La transformación de Olive, de ingenua sometida a brillante superheroína dominante, marca ese cambio de pensamiento en una estampa rojizo-dorada que se diría salida de un cómic, pero la cual queda muy lejos de la ficción: está teniendo lugar en ese parámetro de realidad donde las cadenas se han roto, y todo lo maravilloso se puede experimentar.
Quiere la casualidad que esta historia coincida, en el mismo año, con el salto definitivo al cine de la imbatible amazona, y su reafirmación como icono popular.
Qué mejor legado a lo que William Moulton Marston quiso lograr, que el ver cómo su vida, y las dos mujeres con las que pudo compartirla, han alcanzado categoría inmortal.