Bienvenidos al Lolita (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2014). 8 episodios. Dolores (Beatriz Carvajal) regenta el Lolita Cabaret, una sala de espectáculos situada en una céntrica callejuela de Madrid. En estos momentos de crisis económica, los artistas conviven en el hotel anexo al local esperando un inversor que les ayude a levantar de nuevo el telón. Ese socio capitalista es Don José Luis (Luis Varela), un hombre de negocios conservador y provinciano que choca frontalmente con la mentalidad moderna y desinhibida de los habitantes del Lolita. Don José Luis llega a la ciudad acompañado de Alfredo (Carlos Santos), un sobrino tímido y mojigato al que acaban de plantar en el altar. El joven irá de sorpresa en sorpresa, pues el mundo que él conoce es muy distinto al del cabaret. Aunque se siente fuera de lugar e intimidado por las chicas del ballet, Alfredo establecerá una relación muy especial con Roxy (Sara Vega), una travesti divertida y audaz. La reapertura del Lolita coincide con la llegada de Violeta (Natalia Verbeke), la hija de Dolores que abandonó el cabaret para casarse y llevar una vida normal. Ahora regresa tras divorciarse, acompañada por dos hijos pequeños, Xuso y Nuri, y sin un techo donde vivir. Para Violeta el Lolita es un lugar de paso hasta que encuentre un trabajo con el que mantenerse, pero acabará quedándose más tiempo del que esperaba.
Detalles de la película
- Titulo Original: Bienvenidos al Lolita (TV Series)
- Año: 2014
- Duración: 60
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Opinión de la crítica
3.3
44 valoraciones en total
Venga va, vamos a ser buenos, que es una serie española. Vamos a pasar por alto los chistes malos al estilo Ozores como el del transexual que mea de pie, más visto ya que el ombligo de Madonna. Vamos a pasar por alto que ahora a los puticlubes los llaman cabarets con hotel. Vamos a pasar por alto que .la hija de la madamme es bienvenida por la madre al puti. Vamos a pasar por alto la incitación al Carpe Diem y a olvidar a base de circo dramas sociales como el desempleo, la inestabilidad familiar o los desahucios, no vaya a ser que nos dé por montar alguna réplica de las primaveras árabes. Mejor pasamos por alto todo esto, ya que alguno dirá, puede que con razón, que esto sólo es una serie y el rollo filosófico-moral no tiene cabida en una crítica.
Pues vale, valoremos la serie como lo que es, sólo una serie.
Una completa basura. Actores, guión, ritmo, fotografía, atractivo visual, numeritos musicales… nada de lo que se pueda decir puede valorar en su justa medida lo que han perpetrado con este engendro audiovisual. Sólo puedo decir que quien tenga estómago y el suficiente arrojo vea el episodio piloto y se pregunte a sí mismo si alguna vez llegó a presenciar algo más indigno de ser considerado como arte.
En cuanto a actores, podríamos hablar de la decepcionante Verbeke, que tampoco es que fuera una actriz para tirar cohetes antes. Pero ahora ha rizado el rizo. Ha ido ahí a cobrar el cheque de Antena3 y a vivir. Qué falta de ganas. El resto de actores no le andan a la zaga. La fotografía da para hacer un punto y aparte, porque está al nivel de un gag de Cruz y Raya. Las coreografías están a la par con lo que podemos ver en la primera semana del Mira quien Baila. Hay un exceso de personajes y todos los que aparecen son planos y sin ningún carisma. Los presuntos momentos de humor sólo logran dar pena.
De los creadores de Los Serrano o Los Hombres de Paco no se podía esperar ninguna maravilla. Pero puedo asegurar que al lado de esta monstruosidad, ambas podrían optar a los Emmy sin problemas.
Anunciada como una comedia dramática tan real como la vida misma y con personajes de la noche convertidos en personas de carne y hueso, si nos fiamos de la audiencia del primer capítulo de Bienvenidos al Lolita y la campaña en redes sociales más insidiosa de lo que llevamos de año tenemos la Mejor Serie de la Historia de la Televisión. Como poco. La vida y ese día a día de esos personajes tan humanos, creíbles, repletos de amores imposibles y que forman esa gran familia de padres, hijos, hermanos y otros parentescos. La nueva serie de Antena 3 ya ha sido definida como un puticlub de otras muchas fulanas (y series) patrias en ese cruce imposible de UPA Dance y Los Serrano. El recital de ficción casposa spanish para no dejarse ningún target posible se convirtió en las ladillas de la crítica televisiva y el lubricante de la plebe adicta a este tipo de traumáticas experiencias. En la propia serie dicen que un cabaret es un puticlub encubierto, pero Bienvenidos al Lolita es un puticlub de los malos. ¡Hasta la película porno de Carmen de Mairena tiene más clase y glamour! Parece hasta Casablanca comparado con esta defecación catódica.
Me niego a comentar algo más del primer capítulo más allá de lo que dicen los personajes o la propia audiencia. Nos dicen que los huevos pequeños y apretados al culo, como un tigre porque, efectivamente, así se te quedan viendo este engendro que es más malo que esnifar heroína. Con frases intelectuales como «Puede orinar donde quiera» y una clara incitación al suicidio de la propia audiencia, el número musical es para subir a una azotea y saltar gracias a ese cúmulo de lugares comunes, situaciones de vergüenza ajena y ese nuevo torso argentino de Rodrigo Guirao como carnaca para las marujas y las moja-bragas habituales en estas series tan inteligentes, originales y cercanas. Éstas luego son las mismas que hablan de belleza interior, de no criticar por las apariencias y todas esas soplaflocheces varias… Así nos va.
Pero realmente mi crítica es una excusa para copiar y pegar, como hace (generalizando) la ficción española, un comentario en vertele de un tal Juan con el que sentí completamente identificado:
«Lo han conseguido. Creí que la época de las series horrorosas había acabado, pero siempre hay alguien que da el do de pecho y se supera. Y con Bienvenidos al Lolita, se han superado con creces. Mira que he visto series regulares, malas y muy malas. Pues ésta es aún peor. Sin pies ni cabeza. Personajes planos, un guión extraordinariamente malo, las mismas situaciones de siempre pero dadas la vuelta para parecer originales. ¿Y el ‘casting’? Sin palabras… Así que, en 90 minutos, el Lolita está cerrado (Beatriz Carvajal, haciendo casi el mismo papel que Gregoria en La que se avecina, pero un poco más seria), aparece el gran Luis Varela (el único que se salva) junto con su sobrino (qué fácil era convertirlo en pueblerino haciéndolo pasar por gallego, ¿verdad?), abandonado por su novia en el altar, para salvarlo (¡pero ojo!, no es para salvarlo, es para otra cosa), mientras tanto, aparecen por allí personajes como Roxy (la hermana de Paz Vega haciendo de Paz Vega), el camarero guapetón, dos intentos de suicidio, una hija abandonada y desahuciada (Natalia Verbeke es malísima, y si canta, doblemente mala), dos niños, un exnovio (Roberto Álamo, un pedazo de actor desaprovechadísimo)…¡qué agotamiento!, y, por supuesto, el Lolita, con todos estos ingredientes y alguno más (ah, sí, la chica que se lía con el padre de su exnovio, que deja de trabajar en un hospital para regresar al Lolita), ¡¡¡se salva!!! Y ahora, ¿qué? Mejor me lo contáis vosotros, o mejor que nadie la vea, que cierren la serie, y que nos lo cuente Antena 3 en un post».
P.D.: Gracias Juan.
Esto no os lo esperábais, ¿eh?: voy a votar y a criticar habiendo visto SOLO EL ANUNCIO con el que Antena 3 nos tortura sin descanso. Podeis llamarme lo que querais, que lo asumo, pero la ficción española se haya inmersa en tal ciénaga (salvo contadas excepciones) que mis posibilidades de acertar son máximas y me arriesgaré. Bienvenidos al Lolita, al igual que una larga lista de antepasados detrás de ella, nunca supieron a que juegan: meten torsitos para ganar al público mojabraguitas (o forracarpetas, según la generación), pechugas para conquistar a adolescentes de mente calenturienta, actores… veteranos para que los mayores de la casa se queden enganchados y, como no, unos cuantos infantes repelentes para que los benjamines del hogar no quieran irse a la cama. Esta combinación conduce, en el 100% de los casos a un producto políticamente correcto y visualmente cercano a la caspa. ¿Alguien sigue creyendo que teniendo un público potencial del 100% de la humanidad se va a introducir algún elemento mínimamente interesante de conflicto psicológico, violencia o sexo?. ¿Van a permitir que haya escenas adultas (las de verdad, no las de Daniel Écija) en este batiburrillo de abuelos y niños?. Siendo serios, nadie que tenga acceso a la despensa HBO, AMC, etc va a acercarse a menos de cien metros de este chopped audiovisual, de modo que aguantaran estoicamente todos aquellos que desconozcan que el mundo no se acaba en la TV generalista.
Esta nueva ficción cae en los mismos topicazos tragicómicos de siempre que yo ya creía salvados, lo del suicidio del principio del capítulo me pareció un pelin forzado, el padre que se enrolla con la novia del hijo, vamos a meter en la serie un transexual que da luz y color… En fin. Me hubiera gustado una presentación de las tramas mucho mas natural y coral, todos los protagonistas con su desgracia personal y llega el lolita cabaret a salvarles la vida? Venga hombre!! Un poco de naturalidad al escribir una trama, luego ese intento de parecerse a upa dance… por supuesto no podía faltar el momento niños y niñas monas sin camiseta… Le falta mas verdad… Menos intensidad forzada , y menos aire lastimero y mas frescura y humor de verdad y no del facilon. El gran problema de la serie, el guion… Y es su pilar fundamental. La serie no hay por donde cogerla, da el aspecto de ser muy amateur, la mayoría de las actuaciones son bastante nefastas, solo se salva Beatriz Carvajal. Los chistes no hacen gracia, los momentos que pretenden ser emotivos no emocionan. Las actuaciones musicales están metidas con calzador… y para colmo a estos de globomedia no les basta con un intento de suicidio en el primer capítulo, tienen que hacerlo por partida doble ¡Con dos cojones!. Una pena que en España se tenga este mal gusto en las series cuando tenemos buenos actores, directores, guionistas y demás.
Estando viendo yo la serie le pregunte a mi abuelo: abuelo te parece mala la serie , a lo que mi abuelo respondió: me parecería mal si llegara a pensar en ella .
Pues eso, lo mismo digo…