¿Qué puede un cuerpo?
Sinopsis de la película
Un humilde trabajador, varios jóvenes ladrones al amanecer de la violencia, el sueño de un presente mejor que choca con la más cruel discriminación, un carro que avanza recolectando los desechos de la ciudad postmoderna.
Detalles de la película
- Titulo Original: ¿Qué puede un cuerpo?
- Año: 2014
- Duración: 64
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Opinión de la crítica
Película
5
64 valoraciones en total
…por qué adolescentes, casi niños, de las villas miserias de nuestro contemporáneo capitalismo global empuñan un arma para salir a delinquir? ¿Qué necesidades los empujan? ¿Qué dolores les ocasiona a ellos esto? ¿Cómo viven el día a día en las villas en donde se los margina? Estas son algunas preguntas que pueden ser respondidas en ¿Qué puede un cuerpo?, el tercer filme de César González.
Y es que el director de esta peli, tiene mucho para contar al respecto, antes de dedicarse a la literatura (tiene tres libros de poemas editados) y al cine (tiene 4 películas realizadas) César González (con 29 años en la actualidad, nacido en Morón, una villa de Buenos Aires) vivió en carne propia la vida de un pibe chorro, apelativo con el cual son conocidos en la Argentina los menores marginales, dos veces baleado por la policía, estuvo a punto de perder la vida incluso, aún así confiesa salía a robar en muletas hasta que finalmente fue capturado y pasó 5 años tras las rejas, ahí conoció a una persona que impartía talleres de magia, quien lo ayudó a salir de la espiral de violencia y marginación a través de libros y películas.
¿Y lograste salir de la villa? le pregunta una periodista en una entrevista, no, yo soy director de cine y escritor, no jugador de fútbol, no soy Tevez contesta irónicamente la pregunta y agrega además lo que yo hago es un cine crítico, no comercial
En este film, que no es documental, César muestra la realidad de las villas en Argentina, el lunfardo, la falta de oportunidades, la exclusión, las drogas. Todo con mucho respeto a los protagonistas de la historia, que son los propios pobladores de estas villas: Marcelo Chavez, Esteban Rodriguez (El As), Lucas Garribia (Fili Wey), Mariano Alarcón, Nadia Rodríguez, Nazarena Moreno, Alan Garvey, Hernan Paz, Debora González, Nazareno Alderete, Elías Zacovich entre muchos otrxs. Fotografía y Cámara: César González-Ezequiel Briff. Montaje, César González. Música: No hay Sonido: Joel Paez- Patricio Montesano, Mariano Mazitelli Producción, Joel Aguiar- Facundo Castillo.
Definitivamente esta peli no es para cualquiera, no es para aporófobos, esa gente que no puede ver personas ni lugares empobrecidos.
Una de mis escenas favorita de la película,
Dos jóvenes delincuentes juegan al GTA San Andreas, la cámara está ubicada como si fuera la pantalla del televisor donde está el juego, el joven delincuente mira el juego, es decir a la cámara, es decir a nosotros los espectadores, le dice a su compañero que está al lado suyo:
-¿Sabes porque me gusta este jueguito?
-No ¿Por qué?…,
-Porque parece la vida real.Podes robar, matar caes preso, te mata la policía…
En el cine de César González habla la calle con su propio lenguaje pero ese lenguaje no se conforma solo con ser un lenguaje diferente y hace filosofía. Hechas casi sin presupuestos y casi sin recursos más que una cámara digital, sus dos primeras películas son grandes y valientes ficciones que pueden ser tomadas como profundos ensayos sobre la actualidad. Están los pibes chorros, la droga, los fierros, el mundo carcelario, pibes que en la vida real fueron baleados o estuvieron en la cárcel actuando de ellos mismos pero dirigidos con sensibilidad y conocimiento de causa (González es de una villa y estuvo 5 años preso) que nunca se deja caer en un punto de vista librado al azar o al moralismo fascista reinante sobre estos temas. La violencia tiene un nombre claro, se llama CAPITALISMO, los pibes roban para pertenecer a un sistema que los excluyó desde el momento en que nacieron, ese pertenecer dicen ellos que no lo van a lograr trabajando 50 años de albañiles, sino robando o muriendo en el intento, acá los pibes roban para sentir la gloria de tener unas zapatillas Nike o una cadena de oro. Son los que la sociedad llama monstruos, pero que se cuidan entre ellos, y entre ellos exhiben toda su humanidad. González complejiza a los personajes que cometen delitos.
También nos presenta la otra cara de ese mismo hábitat de donde salen los malos , la cara del cartonero que intenta remarla pero que no es apoyado por su sociedad sino todo lo contrario, es ninguneado. Se muestra y se cuestiona que las únicas alternativas al delito para los jóvenes pobres sean los trabajos más forzosos, de menor salario y menos calificados.
En González a diferencia de cineastas argentinos que también retratan el mundo marginal como Pablo Trapero, Adrián Caetano o Celestino Campusano hay una búsqueda en la forma de filmar. Ellos hacen cine de género o similar, en González hay un sutil trabajo con la cámara y el montaje, hay lugar para los símbolos y para la poesía (Vale recordar que lleva publicado 3 libros de poemas).
Se promueve la empatía del espectador con el marginado, ejemplo, En ¿Qué puede un cuerpo? hay varios planos secuencias del cartonero tan solo llevando el carro, donde nos vemos obligados a ir por varios minutos sintiendo el peso de su carga, deambulando todo el día por la ciudad hasta que cae la noche. En sus dos películas González realiza explícitos homenajes cinematográficos, en esta podemos hablar de escenas que inmediatamente nos remiten al Caballo de Turín de Béla Tarr (Plano secuencia del cartonero y su carro) , Reservoir Dogs de Tarantino, (Los limpiavidrios caminando viniendo de frente a la cámara) Todo el mejor cine de R. Bresson (Mucho primer plano de acciones de manos). Podemos hallar referencias del Neorrealismo italiano en las locaciones naturales y en los actores no profesionales y con experiencia de vida terribles, de lo directo y la crudeza de los diálogos en el cine de Larry Clark, de los encuadres fijos de Amat Escalante, la cámara en mano siguiendo por la espalda a los personajes de los hermanos Dardenne, la ironía de Lars Von Trier, etc.
En esta película hay un gran trabajo con la fotografía en la noche de la villa miseria que nos recuerda al expresionismo alemán o a Orson Welles. A pesar que todos son actores no profesionales González le saca momentos de silencio a cada uno de una hermosa lírica visual. También se usa la elipsis y de una forma correcta, sin abusar.
Hoy al 2016, González tiene 26 años, solo un miserable puede negar que estamos ante una de las grandes promesas del cine, pero quizás su edad y biografía no lo ayudan en ese cometido (es de una villa miseria, no estudió cine oficialmente, y estuvo 5 años preso por robo, secuestro y tirotearse con la policía). El tiempo dirá.
Pero su presencia vino a poner en jaque todo un extraño fenómeno que viene sucediendo hace ya varios años en el cine argentino, y es el hecho de directores pequeño-burgueses que eligen filmar la vida de los marginales, llámese delincuentes o presos. Es para analizar filosófica y psicológicamente de donde nace esta fascinación que tienen los directores de clase media y alta por representar mundos que le son ajenos. No es que sea condición sine qua non ser villero para filmar una villa miseria, sino Los olvidados del maestro Luis no sería una pieza sagrada de la historia du cinéma , ya que Buñuel no provenía de la extrema pobreza mejicana, pero en él se nota que hay sensibilidad y sobre todo respeto por el mundo de la calle que retrata. Observa la marginalidad sin caer en puntos de vista básicos de los grandes medios de comunicación y sin mirar a los pobres como anormales.
Muchas películas sobre la marginalidad fueron concebidas y realizadas como una salida al zoológico.
Por eso la importancia del cine de César González, es la mirada del zoológico pero desde los animales.
Es como si fuera que uno de Los olvidados de Luis Buñuel, se hizo director de cine…
César González no solo es precursor del cine villero y tiene mucho para decir, sino que también está en continua formación. Es un golpe de aire fresco para el cine nacional y retrata la marginalidad desde un ángulo interno y avasallador, pero a su vez pobre de guión y dirección de cámaras a mi parecer.
Tiene mucho para decir, rescato las ideas que busca mostrar, pero el desarrollo de esta película en particular es bastante flojo, principalmente se siente la falta de motivación y construcción de las decisiones de los personajes o del desarrollo, con prejuicios muy simples y desmotivados, tal es el caso de la acción en la oficina.
Retrata en esta película los caminos que encuentran los pibes en las villas, es dignificante y vindicador, mostrarlos del plano más humano, con una sensibilidad que pocos pueden lograr, aunque le esté faltando solidez argumental.
Interesante la designación de identidades de los personajes, al simplemente no darles nombres, sólo personalidad y hablar por sus decisiones, tan jóvenes tienen que tomar decisiones que nos pregunta ¿Qué puede un cuerpo?.
César González tiene una de las filmografías más prolíficas,y a mi parecer puede ser un grande de nuestro cine .
Disponible en Youtube.
Intenso, profundo y absolutamente realista drama argentino hecho por un realizador salido de la humildad extrema, que fue ladrón y que encontró en el cine y la poesía una forma de encarar un camino diferente para su vida.
Vida de villeros contada y actuada por villeros, un mérito poco hallable que se convierte en una nueva joyita de un mundo fílmico no muy transitado, donde no hay buenos y malos, ubicados en los adentros o las afueras, pero donde todos buscan sobrevivir como pueden.
El segundo largometraje del director y guionista César González es una nueva patada a la mandíbula, un golpe de efecto que desborda de realismo filmado desde la entrañas. Es mucho más cruda y cruza barreras más intensas que la primera (Diagnóstico esperanza), aunque tiene menos poesía y no alcanza gran evolución fílmica, pero muestra que el pibe villero (que se pasó cinco años preso por robar y tirotearse con la policía) sabe lo que quiere contar, tiene pasta e ideas, sólo le falta encontrar el camino para crecer sin alejarse de sus bases creativas. Si lo logra posiblemente no tenga techo.
La historia se mete en las vidas de dos grupos en paralelo. Por un lado el pibe cartonero que se rompe el lomo arrastrando su carro por las calles para poder ganarse unos magos, morfar, comprarse unas llantas Nike y con suerte poder ver y darle unos pesos a la mamá de su hijita. En la otra vereda del mismo mundo asoman los pibes que no dudan en salir a robar para darse algunos gustos, incluyendo la infaltable droga.
Una película realista sin magia y con mucha crudeza verosímil de la vida impuesta, nada elegida, discriminada y violenta, pero en la que hay que rebuscárselas y sobrevivir, con lo que se pueda y como se pueda, porque en la miseria y la villa la vida es corta. Una propuesta a la reflexión y comprensión, como emergente del capitalismo y su barbarie, más aún en tiempos de justicia por mano propia y reclamos de mano dura en un mar de desigualdades y odios.
Calificación Fanaseriecine: 7 sobre 10
¿Qué puede un cuerpo? narra historias de villeros contadas por un villero. La palabra es fuerte (sobre todo en Argentina), pero es la que los propios habitantes de barrios humildes usan para llamarse a ellos mismos sin la condescendencia con la que los trata el periodismo y la gente políticamente correcta.
Están el cartonero, los que van de caño, los que están arreglados con la policía, los más pibes que quieren robar… Es una especie de relato coral, pero lleno de agujeros, de historias truncas que no se entienden no por una suerte de recurso de la elipsis, sino por simples fallas en un guión endeble poblado de estereotipos, subrayados y lugares comunes. Sólo para tomar un caso, la escena de la oficina, en el que el chico de limpieza es basureado por todos los chetos que trabajan allí es de una pobreza narrativa pocas veces vista en el cine argentina, e incluye también las peores actuaciones de la película.
El film es interesante por mostrar aquello que otras películas no se animan o mostrar o, mejor aún, por mostrarlo con los ojos de un director que se crió en ese ambiente y que es uno más de los personajes y los actores que componen esta obra.
Uno podría decir que qué bueno lo que hacen estos chicos , qué lindo cómo intentan salir para adelante sin robar , cómo leen y se foguean con la alta cultura (la imagen del libro de Deleuze junto con los cartones es patética), pero eso sería pensar que César González es menos, que no da la talla para hacer cine en serio, para ser considerado un director más entre otros directores de cine argentino. Y eso no me parece justo. Creo que ¿Qué puede un cuerpo? es un buen título sumado a un interesante paneo por la vida en la villa y no mucho más, por eso el 4 me parece generoso para un film con tamañas deficiencias de guión, actuación y desarrollo narrativo.