Demonlover
Sinopsis de la película
Diane trabaja para el Volf Group, una multinacional que está a punto de comprar una firma japonesa (Tokyo Anime), que está revolucionando el mercado con sus dibujos animados porno en 3-D. Una de las dos compañías que se disputan los derechos de difusión por Internet del material recién adquirido por Volf contrata a Diane como espía industrial. La otra compañía está involucrada en varias websites ilegales dedicadas a la ultraviolencia y la pornografía. Diane pronto se verá sumergida en una trama de amenazas y enrevesados intereses.
Detalles de la película
- Titulo Original: Demonlover
- Año: 2002
- Duración: 129
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes descargar una copia la película en formato HD y 4K. A continuación te mostramos un listado de fuentes de descarga directa disponibles:
Opinión de la crítica
5.6
33 valoraciones en total
Assayas, se nota su pluma detrás de todo esto. Para bien y para mal. Demonlover se ajusta, como toda buena peli francesa, a esa descripción precisa del interior de los personajes. En este aspecto la podemos ubicar como peli pseudo intimista, pseudo porque en este caso particular la obra zigzagea entre lo que ellos sienten y lo que sucede: asuntos que están lejos de ser los más convenientes para siquiera esbozar un dilema intimista. Intentaré explicarme.
La cámara se pasea por los personajes, intenta abordarlos, los sigue, amaga con penetrar en ellos sin hacerlo realmente. Pero la trama no busca experiencias específicas, se vuelca en forma evidente hacia los planos genéricos: tal empresa compite con tal otra, la rapacidad y el salvajismo se encuentran allí, en esa inmoralidad humana por lograr el buen producto. Que el producto radique en la fabricación de material triple x, desde Animé hasta video juegos es otra forma más de resaltar esta actitud humana.
Pues bien, la segunda hora abandona todo intento intimista y se borronean un poco las marcas autorales del director: un error lógico. La trama se vuelve convencional, porque aspiraba a ello. El tormento de los personajes y sus actos se subordina a ese tono de peli de espionaje que amenazaba desde los primeros cinco minutos de avanzada la cinta.
El resultado es un NI rotundo, y tengo el pálpito de que Assayas mezcló sin saber muy bien lo que quería en realidad.
Extrañísima. Es tremendamente complicado valorar esta cinta. Al final, en productos como Demonlover, tan formalmente ambiguos y caóticos, importa lo que saca en claro cada uno. Los personajes ¿han funcionado o no?, la parte final, ¿funciona o no?
Quizá esté rellenando la película con mi propia creatividad, pero voy a aventurarme a decir porqué, en mi caso, Demonlover funciona.
El film narra la peripecia de la ambiciosa Diane de Monx (Connie Nielsen), una alta ejecutiva de una empresa distribuidora de pornografía afincada en Francia, que acaba de cerrar un pacto de exclusividad con una productora de cartoons para adultos más importante de Japón.
Tras la firma del pacto, dos multinacionales especializadas en porno tientan a la empresa francesa para conseguir los derechos de distribución en la red: Demonlover y su rival Mangatronics.
Diane, es en realidad una espía industrial contratada por Mangatronics, hará todo lo posible para boicotear el acuerdo con Demonlover. Tras ser descubierta por los agentes de la empresa rival, Diane verá como todo el mundo que le rodea empieza a desmoronarse, nadie es en realidad quien parecía y el castigo que le espera por su traición será cruel e implacable.
Demonlover es un fascinante thriller erótico, película de suspense y relato de intriga futurista del cine fantástico francés.
El film trata sobre los conflictos de identidad, sociabilidad mediatizada por la tecnología, sexualidad singular y fijación por la imagen como única vía para el conocimiento. Nos presenta el complicado mundo del espionaje industrial y lo oscuro del negocio del porno en Internet.
La industria del entretenimiento audiovisual y sus feroces intereses, el espionaje entre competidores, las traiciones y deslealtades o sus políticas empresariales dirigidas a satisfacer la naturaleza de cualquier demanda.
La película lanza una crítica a aquellas compañías poderosas dispuestas a traspasar, toda frontera legal, ética o moral para ofrecer un producto que arroje beneficios y también, a los consumidores que buscan nuevos estímulos en las modernas tecnologías, seducidos por el enorme poder de reclamo de las perversiones pornográficas y violentas en Internet, incluyendo los videojuegos y los cartoons eróticos.
La película se sitúa en un mundo globalizado, absorbido por la codicia y la sed de poder, en el que los seres humanos esconden sus verdaderas identidades y deseos. Es un turbio retrato de una sociedad que vive encerrada en sí misma y busca cobijo en los lugares equivocados.
La película tuvo un presupuesto 7 millones de euros y genero por venta de taquillas la cantidad de $568,063, además recibió seis nominaciones a diferentes premios (incluyendo la Palma Dorada del Festival de Cine de Cannes), de los cuales gano tres de ellos.
Juego peligroso el que Olivier Assayas hace con esta película. Disfrazar su parábola sobre la ambición y el poder bajo una apariencia de thriller hace que mucha gente espere una determinada forma narrativa que nunca acaba de llegar, así como una dosis de acción que aparece muy dosificada. Solo así me explico que una de las películas más fascinantes que haya visto en mucho tiempo tenga una nota tan baja. Adoro su carácter introspectivo, el poderío de sus imágenes me cautivan y me arrastran hacia las interioridades de la historia, de la que nunca consigo salir hasta el final.
Salta a la vista que estamos en un filme muy bien dotado en lo visual. Me cautivan como en ninguna otra película las imágenes del Tokio nocturno, la manera que tiene la cámara de observar y seguir a personajes (esta película les pertenece más a ellos que a su trama). Un aspecto del que desgraciadamente muchas películas de intriga están carentes (quizá sea Michael Mann de los pocos que se curran bien ese aspecto) y por eso me resulta tan atractiva respecto a otras. Pero cuantas veces no hemos visto películas visualmente impresionantes pero carentes de una historia atractiva, personajes bien definidos y con conversaciones interesantes? Ni las cuento. Es ahí dónde reside la grandeza de Demonlover. Las imágenes podrán ser un deleite para la vista, pero lo que realmente consigue que me crea la película es el aire verídico que viene dado por esos diálogos que parecen posibles que salgan de personas que se mueven en esas esferas, con unos personajes muy bien confeccionados a nivel de guión e interpretados con gran naturalidad. Te los crees y consiguen que puedas ver sus adentros, que puedas creerte lo que dicen y lo que les sucede. En todas sus películas, Assayas demuestra ser dueño de un oído muy sensible a la hora de captar el hablar de la gente y un gran sentido para desarrollar historias con coherencia, de manera que no solo parezca posible, si no probable. ¿Quién nos niega que el juego de intrigas de esta película no se pueda dar en la realidad?
También es de agradecer que en su ánimo por trascender convencionalidades, Assayas complete la parte visual con la conjunción de una estupenda banda sonora que multiplican sus efectos y la ambientan con mucho más acierto que toda esa música contemporánea, con lo que la atmósfera (ya de por si muy conseguida) resulte palpable.
Sospecho que parte del embrujo de este filme reside en Connie Nielsen, más atractiva que nunca, que se hace valer desarrollando de manera natural un personaje con carácter, que nos hace olvidar al resto de sus personajes y actúe de tal manera que no lo parezca, y así vemos a su personaje en vez de a su persona. Me encanta como refleja esa dualidad moral, su angustia y sus dudas. No le recuerdo una actuación más brillante. Es la sal de esta gran película.
Señoras y señores, esto es cine con mayúsculas: una harmoniosa comunión forma y fondo. Una de mis preferidas en cuanto a cine europeo se refiere.
Sobre Demonlover hay mucho que hablar. ¿Es buena o es mala? ¿Realmente importa? No se. Analizándola fríamente es una mala película. Sus imágenes me irritan, su montaje epiléptico me molesta mucho, su vaivenes con la cámara son lamentables. Ahora bien, ¿no es eso lo que busca Assayas? Los personajes se pasan toda la película hablando de la verdad, sobre mundos virtuales y sobre la dificultad de sentir.
Por eso Assayas los encierra en un complejo esquema argumental, no les deja tener imágenes propias. Es una película muy cruel, me ha recordado a Psicosis de Gus Van Sant, ambas hablan sobre la imposibilidad de que el cine continúe utilizando ciertos mecanismos que están a todas luces anticuados. Sin embargo, Assayas va mucho más allá que Van Sant. Muchos de los tópicos que aparecen en este film están presentes en otras obras maestras del cine actual, pero Assayas nos las muestra como falsas, como mentira
El problema de Demonlover es que no hay ningún cabo al que asirse, ninguna imagen que nos ponga sobre alerta ante este juego. Le falta una imagen que por fin nos diga: esta es la verdad, a partir de aquí se han ido construyendo mundos artificiales. Falta esa escena y eso obliga a partirte los sesos para llegar a la conclusión de que todo es mentira, de que todo existe de una forma virtual, no real y de la posibilidad de que el cine puede crear objetos reales.
También hay que considerar hasta que punto es necesario utilizar unos instrumentos (narrativos, dramáticos…) malos para construir un discurso coherente. Es decir, ¿tiene sentido el film de Assayas? ¿No sería más lógico hacer un A través de los olivos, un Elephant o un Vento di terra buscando imágenes propias que tengan alguna trascendencia en lugar de negar todas las imágenes, negar el mundo? Para responder a eso hay que volver al Psicosis de Van Sant. ¿Una mala película? Sí, pero no. ¿Puede ir el cine más allá de la experiencia real de sus protagonistas, constituirse en un artificio que tenga un significado real? Creo que si, pero me parece más válido hacer Gerry que Psicosis. Demonlover es una película valiente, diferente (aún utilizando mecanismos trillados), pero a la que le faltan imágenes que puedan decir que hay un camino válido a seguir, que se puede alcanzar.