¡Qué dilema!
Sinopsis de la película
Ronny (Vince Vaughn), un soltero empedernido, y Nick (Kevin James), un hombre felizmente casado, son amigos incondicionales desde los tiempos de la Universidad. Además son socios de una empresa de diseño de automóviles y luchan por conseguir un importante proyecto que contribuiría a ponerla en marcha. Ronny pasa el tiempo con su novia Beth (Jennifer Connelly) y Nick, con su esposa Geneva (Winona Ryder). Un día Ronny ve a Geneva con otro hombre y comienza a investigar por su cuenta para saber quién es y por qué Geneva está traicionando a Nick. Pero este descubrimiento lo pone ante un peliagudo dilema: ¿debe o no debe decirle a su amigo lo que sabe?
Detalles de la película
- Titulo Original: The Dilemma
- Año: 2011
- Duración: 112
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Opinión de la crítica
4.4
60 valoraciones en total
Y claro, se aprovechan y te ponen bodrios tan desustanciados como ¡Qué dilema! o cómo juntar un montón de talentos y dar como resultado la basura más desoladora que he visto en muchísimo tiempo.
Si quieres que te traten como a un espectador idiota, si quieres que te den lecciones de moral y de vida todo a cien, si quieres ver a gente como Queen Latifah o Jennifer Connelly degradando su carrera, si quieres ver 112 minutos de comedia sin esbozar siquiera una semisonrisa y si quieres, eso sí, alucinar con el homenaje del ocurrente guionista a Apichatpong con el nombre de cierta señorita vietnamita, ésta es tu película.
Cine muerto.
Insufrible el tono machista, homófobo y la estulticia que recorre toda la película, que simplemente consiste en mostrarnos, ¡durante dos horas de reloj!, a un adulto, no muy bien desarrollado emocionalmente, haciendo patochadas mientras trata de meterse en donde no le llaman.
Si el incauto espectador consigue llegar al final del metraje, sin sufrir ningún percance neuronal, dará con el verdadero dilema: ¿De dónde sacó Ron Howard el guión de semejante desvarío?… ¿Del zoo?, ¿Le tocó en la tómbola?, ¿Organizó un concurso en primaria?… qui lo sá.
Impresionante que con la fotogenia que siempre acreditó Winona Ryder no hallan logrado un solo plano decente de ella.
La gran baza con la que cuenta la película es el cho de que tenga gracia o carezca de ella. Lo que ocurre es que ésto es directamente proporcional al hecho de que la gracia que te haga Vaughn.
Todo el conjunto está fabricado y concebido a su alrededor, solo con el fin de que sus ocurrencias sean las más originales, o de que sus chistes sean los más graciosos. Todos sus gestos su exagerados para crear su producto.
Cual si se tratara de un Woody Allen de brocha gorda, intenta (al menos en el doblaje) hablar casi tan rápido como el neoyorquino, pero al no tener su sagacidad, todo se queda en menos de lo que aspira.
Sobresale en el reparto una Ryder que, por ser el motor de una historia central, acapara muchos planos en los que demuestra que le ha sentado bien estar alejada de todo esto por un tiempo. Quizás Vaughn pueda tomar nota en algún momento y regalarnos un tiempo sabático.
Por lo demás, se trata de un fallido intento de explorar las relaciones matrimoniales utilizando una infidelidad como detonante de situaciones rocambolescas y que, en ocasiones, son llevadas al límite para lucimiento de la estrella.
¿Existe un dilema en una película sin dilema cuyo título incluye un dilema?
Vamos a ver… el argumento es que Vince Vaughn se entera de que la mujer de su mejor amigo (Winona Ryder) está teniendo una aventura con Channing Tatum. Bueno, es Winona Ryder y todos sabemos que Winona, aparte de viejuna, tiene cara ya de loca… pero claro, en la película está casada con Kevin James. Sí, con Kevin James…
Par que se haga una idea de lo que estoy contando aplicado a nuestra cinematografía: sería como si Jordi Mollá se entera de que la mujer de su mejor amigo (Cayetana Guillén Cuervo) está saliendo con Mario Casas y descubrimos que el cornudo es Santiago Segura. Perdona, el único dilema aquí es saber por qué la palabra ‘dilema’ aparece en el título de la película.
Y luego Vince Vaughn no sabe si contarle a su amigo la infidelidad de su mujer y se vuelve muy raro y su prometida, Jennifer Connelly, piensa que ha vuelto a viejos vicios… y ese bla-bla-bla y ronroneo interminable para una película y dilema que no da más allá de cinco minutos y un cortometraje. Sin contar que la película es una boñiga llega el dilema… ¡Qué dilema! ¿Se lo cuento o no se lo cuento? Lo que sería un mal corto se transforma en una insufrible película, pero con dilema.
El dilema para el espectador es suicidarse o acabar con el ultraje y trauma a los veinte minutos…
Fabula moral presentada en formato de comedia que resulta simplista y demasiado esquemática. Es una de esas películas que se puede resumir con una pregunta: ¿Qué harias si te enteras de que la pareja de tu mejor amigo le es infiel? A todos nos han hecho esa pregunta un día de cena entre amigos y ha servido para amenizar la sobremesa con un debate bastante pueril, ¿verdad? Pues eso mismo ocurre en el filme, tras unas cuantas situaciones llevadas al límite, meteduras de pata varias y no pocos discursos morales, Ron Howard nos da su recetilla para comportarnos correctamente ante estas situaciones y, listo, asunto resuelto tan ricamente. En fin, ideal para que la usen los profesores de ética en sus clases de secundaria.
El principal acierto de la película es decantarse por el tono ligero de la comedia pues es, precisamente, en sus partes dramáticas donde el filme se hace más dificil de digerir. No obstante, la película siempre tiene un tono menor del que no logra salir y que hace de ella un producto prescindible y un tanto banal.
El reparto es curioso, encantadora Connelly, ampulosa Ryder (ellas más carimáticas que ellos), simpático James y Vaughn, con su eterna cara de crápula, soportando la mayor parte del peso de la trama.
En definitiva una comedia prescindible, un poco cogida por los pelos, mejor para ver gratis cuando la estrenen por televisión que pagando una entrada en un cine.