Prisioneros
Sinopsis de la película
Keller Dover se enfrenta a la peor de las pesadillas: Anna, su hija de seis años, ha desaparecido con su amiga Joy y, a medida que pasa el tiempo, el pánico lo va dominando. Desesperado, decide ocuparse personalmente del asunto. Pero, ¿hasta dónde está dispuesto a llegar para averiguar el paradero de su hija?
Detalles de la película
- Titulo Original: Prisoners
- Año: 2013
- Duración: 153
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Opinión de la crítica
Película
7.6
23 valoraciones en total
Lo que parecía un thriller más, sólo que con buenos actores, se ha convertido una de las películas que realmente me ha cautivado y me ha clavado al siento. Un thriller brutal, sombrío, asfixiante y brillante.
Te mantiene con un nudo en la garganta las dos horas que dura y no sientes el paso del tiempo. No es que juegue contigo, pero logra darte la sorpresa y dejarte con la espina clavada, aún pensando que lo sabes todo y que será el típico thriller. Además logra una atmósfera exquisita, muy cruda, digna de alabanza y rodada de una manera muy evocadora.
Las interpretaciones son geniales, destacando a Jake Gyllenhaal y a Hugh Jackman, el último de los dos hace (quizás) el papel de su vida, de los mejores de su carrera y alejadísimo de su carismático Lobezno.
Sinceramente, me he quedado de piedra ante esta película. Os recomiendo ir a verla, pese a que no sea ni de efectos especiales, ni explosiones. Ya van tres películas que me encuentro este año (la que nos ocupa, Gravity y The Conjuring) que sin revolucionar argumentalmente su propio género, sí que logran revolucionar a los espectadores. Sino puede haber más originalidad, que por lo menos sí que haya más intensidad. Excelente.
No sé si Prisoners estará entre las candidatas a premios cuando llegue la temporada de festivales y galas, pero debería. Sobre todo por su magnífico reparto, por su fotografía, y por la ajustada dirección de Villeneuve que, sin embargo, recuerda mucho al David Fincher de Seven y de Zodiac (llegando incluso a copiar algunos planos de esta última, aclaro en spoiler con spoilers).
La trama aborda un caso de secuestro infantil y la reacción ante el mismo de sus padres (sobre todo de un intenso y magistral Hugh Jackman), y de la investigación sin descanso que llevará a cabo un apocado y crepuscular detective (grandísima interpretación de Jake Gyllenhaal), para encontrar a las niñas.
Todo ello se enmarca en una pequeña urbanización de casas oscuras, rodeada de bosques y lluvia (magnífico diseño de producción y elección de exteriores), que dota de una atmósfera oscura y malsana a la mayoría de planos y secuencias. Planos y secuencias por otro lado muy bien montados y planeados, pues en todo momento se juega con el suspense y las luces y sombras, como metáfora de los caracteres y acciones de los protagonistas.
Porque de eso trata Prisoners de como un acto vil y despreciable como un secuestro infantil, puede sacar lo peor de nosotros mismos (el personaje de Jackman) en pos de intentar hacer lo correcto, y de como podemos encontrar la redención y la justicia (el personaje de Gyllenhaal), si nos mantenemos dentro de un código moral adecuado (pese a que haya momentos en los que renuncie a él con espantosas consecuencias, aclaro en spoiler). Es decir, prisioneros todos de nuestra ética, ya sea para bien o para mal. Prisioneros de nuestros sentimientos y de la motivación que nos empuja a partir de ellos. Prisioneros de una moral que está por encima de nosotros (el mensaje moralista-cristiano-de-doble-cara está muy presente a lo largo de todo el largo metraje), pero que no dudamos en corromper si con ello defendemos a quién queremos.
Pero cómo digo, aparte de ese mensaje, la película es un ejemplar thriller ¿neonoir? ¿american gothic? que funciona muy bien a lo largo de sus dos horas y media y que tiene un reparto magnífico (desde Viola Davis a Maria Bello, pasando por Terrence Howard o Paul Dano), inserto en una historia de giros imprevistos, diálogos inteligentes, suspense muy bien marcado y un final inesperado en cuánto a la identidad del secuestrador (que reconozco me sorprendió bastante, pese a que es fácil pillar la cuestión si estás atento a los detalles, aclaro en spoiler con spoilers).
Tal vez, peque un poco de centrar la trama en Jackman y Gyllenhaal y dejar al resto de actores un poco de lado, y de cierta sensación de déjà vu (sótanos oscuros, cadáveres inesperados, vecindario siniestro… desarrollo similar a Seven y Zodiac ) que le quitan un poco de pegada, pero son detalles nimios que no hacen sino recalcar las grandes virtudes que posee esta película. Desde ya, en el podio de las mejores del año.
Espero que no me caigan muchos negativos y muchas gracias si me lee alguien y me valora positivamente.
Respecto a la película en sí, es tan buena como pueda serlo Seven, Zodiac o Heavy Rain (PS3): pretendida complejidad argumental, atmósfera oscura, giros de guión y un metraje excesivo, aunque los defectos son eclipsados por unas actuaciones muy correctas, una fotografía estupenda y una buena banda sonora.
La película puede verse como algo más que una historia de secuestro. Se nos plantea un dilema moral más allá del ¿Qué haría yo en esa situación? . La pregunta es si la tortura puede estar justificada en algunas situaciones, hagan ustedes debate político si les apetece.
En cualquier caso, no creo que sea necesario dar razones para verla, ya que su nota en FA (justa o no) es anzuelo más que suficiente.
Un apunte antes de pasar al spoiler: ante la extrema religiosidad del resto de personajes, se nos presenta a Loki (con nombre de dios embaucador de la mitología nórdica) como un hombre descreído interesado en la astrología y masonería (tatuajes y anillo). Keller, por su parte, es un paranoico obsesionado con la supervivencia, aunque sus precauciones no le sirven de nada finalmente porque hay tragedias que no pueden anticiparse.
A continuación resumiré todos los puntos del argumento para intentar deshacer las dudas que hayan podido quedar tras su visionado.
¿Qué harías para salvar a tu hija? Este es el mayor interrogante que nos plantea la película. A lo largo del metraje nos somete a dilemas morales, nos hace preguntarnos sobre nuestros propios principios, ¿haríamos lo mismo que Keller Dover (Jackman), o nos mantendríamos pasivos? ¿Tendríamos la sangre fría suficiente para ello, aunque nuestras acciones pudieran suponer salvar a dos niñas? ¿Podríamos convertirnos en aquello que nunca pensamos ser?
Todo comienza en una calle normal, de un barrio cualquiera, un día de acción de gracias como cualquier otro, cuando dos niñas, hijas de familias sencillas, de repente desaparecen sin dejar rastro. Las sospechas recaen en el conductor de una caravana que estuvo aparcada en el barrio en el momento del secuestro. Cuando la policía deja libre al joven por falta de pruebas, Dover toma una decisión, aún en contra de sus principios religiosos y morales, y considera que es la única manera de averiguar dónde están las niñas. Por su parte, el detective Loki (Gyllenhaal) intenta desesperadamente resolver el caso y encontrar a las niñas, aunque Dover le eche en cara una y otra vez que sus esfuerzos no obtienen resultados.
La película nos plantea esas dos formas de ver el secuestro. Una desde el punto de vista de un padre completamente desesperado, dispuesto a hacer lo que sea, aunque vaya en contra de todo lo que cree y de todo lo que es, para encontrar a su hija. Y otra desde el punto de vista del detective que se esfuerza por encontrar a las niñas y al secuestrador, y que a su modo también se desespera.
Villeneuve ha creado una atmósfera agobiante, con exteriores llenos de lluvia intensa, de nubes de tonos grises. Ha jugado con luces y sombras para aportar intensidad a la imagen. Y ha conseguido un película envolvente desde el primer minuto, absorbente, que nos atrapa y casi no nos deja respirar durante las casi dos horas y media de metraje.
El guión es brillante, solido, inteligente, con giros inesperados. Cuando creemos saberlo todo o casi todo, la película nos sorprende una y otra vez.
A lo largo del film se nos van aportando pequeñas pistas sobre el final, pero no es hasta ese final inesperado que hilamos todas y cada una de las hebras que se nos han ido dejando a la vista.
Hay escenas realmente impresionantes, no solo por su contenido, sino también por la intensa fuerza interpretativa de los actores.
El elenco es simplemente genial. Por supuesto, hemos de destacar el duelo interpretativo entre Jackman y Gyllenhaal, pues ambos lo bordan. No sería nada sorprendente que en la temporada de premios ambos se lleven unos cuantos bien merecidos.
Jackman brilla con su actuación, ha construido un personaje creíble, bien matizado, se ha metido en su piel y ha proyectado sus emociones en la pantalla. Dover es un hombre que pasa de tener una vida normal, a estar amargado, herido, deprimido, hundido, desesperado, medio ido y que casi ha perdido el norte. Y todas estas emociones las vemos incluso cuando no hay palabras, nos deja boquiabiertos con esa fuerza interpretativa.
Gyllenhaal por su parte, nos regala una interpretación del detective Loki fantástica. Taciturno, agobiado y desesperado por resolver el caso. Al mismo tiempo, inteligente y con arrojo.
Respecto al resto del reparto, Paul Dano es digno de mención especial. Terrence Howard, Melissa Leo, Maria Bello, Viola Davis, todos completan perfectamente al dúo protagonista.
Es inevitable establecer algún pequeño paralelismo con grandes thrillers como Seven, Zodiac o la fantástica Mystic River. Pero Prisioneros brilla con luz propia y se ha ganado un lugar entre los mejores thrillers por méritos propios.
Una película que nadie debería perderse, y de ser posible disfrutar en V.O., para poner notar todos esos matices en las voces originales de los actores. Su larga duración se hace corta mientras se ve, pues la película nos mantiene tan expectantes, que el tiempo se vuelve relativo.
Si no habéis visto la película, no leáis el spoiler. Pues Prisioneros es una de esas películas que se ven con la respiración contenida precisamente por no saber qué será lo siguiente.
Es posible que se tarden muchos años en superar -o igualar- algunos de los mejores thrillers de los últimos años. David Fincher, responsable de esa Obra Maestra de los 90 llamada Seven (1995) y de la excelente Zodiac (2007), ha creado una escuela y puede gustar más o menos pero es una actitud fácil de asumir. La última en sumarse a la corriente es Prisioneros (Prisoners, 2013), el debut en Hollyood de Denis Villeneuve, nominado al Oscar por Incendies y que este mismo año ha estrenado además Enemigo (Enemy), un trabajo igualmente de altura.
Como Fincher, Villeneuve sabe cómo conseguir que una imagen sea clave a la hora de hacer que la historia avance, en lugar de relegarlo todo al guión y a las oportunidades que se puedan presentar. Los cabos, atados desde el mismo libreto en mayor o menor medida, son decisivos pero aquí hay una exposición de la imagen hacia la narración. Es así tan importante un elemento del encuadre como aquello que se dice, y es a través de este trabajo que Prisioneros funciona a tan buena altura. Notablemente dirigida, con algunos momentos que recuerdan al citado Fincher (casi cualquier secuencia bajo la lluvia es brillante, como lo eran en Seven ) y otros puramente Villeneuve (esos acercamientos a los edificios, con lentos travellings), se trata además de una película con un reparto muy notable. A Jackman, que rara vez está mal, se le unen un inspiradísimo Jake Gyllenhaal, y unos secundarios de oro como Melissa Leo o Paul Dano, que sacan mucho partido de sus personajes.
Prisioneros podría evitar algunos pequeños deslices que la harían más importante, pero consigue equilibrar el drama familiar y la intensidad psicológica de forma que la comunión entre ambos tonos es casi perfecto. Villeneuve debuta en Hollywood con fuerza, aunque un poco más domado que en Enemy , a todas luces un trabajo más personal, más abierto a interpretaciones. Ojo a las brillantes imágenes que consigue extraer Roger Deakins (maestro de los claroscuros, véanse los planos de Dano) y a la partitura de Jóhann Jóhannsson. En definitiva, un thriller enérgico, bien ejecutado, con algunas imágenes tremendamente poderosas y que es capaz de mantener el interés durante sus dos horas y media de duración. Buen cine, con la ambición justa para cumplir las expectativas que genera, y un acertado final.