Porque te vi llorar
Sinopsis de la película
Terminada la Guerra Civil (1936-1939), los hijos de las clases pudientes del nuevo régimen se disponen a iniciar una carrera vertiginosa de ascensos en la esfera social y económica. Un hijo de familia acomodada, católico y falangista, conmocionado por las lágrimas y las intenciones suicidas de una chica a la que pretendió en tiempos pretéritos, decide casarse con ella y darle su noble apellido a su hijo, fruto de una violación.
Detalles de la película
- Titulo Original: Porque te vi llorar
- Año: 1941
- Duración: 80
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Opinión de la crítica
Película
5
52 valoraciones en total
No entiendo por qué esta crítica no ha sido validada en FA.
La pongo de nuevo entre comillas:
¡Qué lástima la mezcla de política y cine en estas críticas! Claro que el fondo de esta película es lo políticamente correcto de entonces, como lo es lo políticamente correcto de estos últimos decenios en decenas de películas desde los años setenta hasta hoy mismo. Tuvimos nacional-catolicismo, ahora nacional-independentismo y nacional-pijo-progresismo.
Habría que fijarse en el buen hacer de Orduña, contando una historia de forma clara, con una planificación certera, que va al grano. Sí, el modo de decir las cosas es muy teatral, moda de la época, como es lo casual hoy. Con la diferencia de que a esos actores se les entendía y a los de hoy muchas veces no.
Muy buenas las escenas del folclore asturiano, que son un documento con casi ochenta años. Lo mismo el paisaje de entonces, bastante menos estropeado que el de hoy.
La miga empieza a los 20 minutos cuando a la señorita de buena familia se la ve con el hijo que ha tenido después de que en la guerra la violaran uno o varios rojos. (Porque en las guerras, entre otras muchas cabronadas hay violaciones, en un bando y en otro, ¿o no? Manadas han existido siempre).
Y cuando a la media hora aparece el violador (un atractivo y muy creíble Luis Peña) la cosa se pone a cien, ¡vaya historia! El violador es el obrero que viene a arreglar la radio del padre de la muchacha.
Es de esas películas que traman una buena intriga y que hace que disfrutes para ver el final.
Una curiosidad: Pastora Peña y Luis Peña eran hermanos.
Si así no es validada, no sé que se entiende aquí por libertad de expresión.
Terminada la Guerra Civil (1936-1939) y en pleno delirio victorioso, la España perdedora empieza a ser fustigada por haber estado del lado de la II República. En su momento fue una evidencia que los hijos de las clases altas afines al régimen franquista iniciaron carreras de meteórico ascenso en el plano social y económico. Pero según el film que ahora comento, quedaron, entre tanta embriaguez de triunfo, hombres honestos y genuinos provenientes de familias buenas, algunos católicos e incluso pertenecientes a falange
El gran director que fue Juan de Orduña (1900-1974), uno de los cineastas más prolíficos tras la Guerra Civil y también uno de los favoritos del público de la época, hace un buen trabajo en esta cinta, se ve en ella ese estilo propio de Orduña de estética ampulosa que gusta de hacer una lectura grandilocuente de la Historia de España al finalizar la contienda. Y en esta cinta, y encarnado en el protagonista principal sobre todo, se manifiestan los valores patrios de esa España Imperial que gozaba del favor del público. El guión de Santiago de la Escalera es ciertamente rebuscado y con un exceso de tono melodramático, si bien tiene un argumento original que llama la atención. Es buena la música de Juan Quintero y muy conseguida la fotografía en blanco y negro de Alfredo Fraile.
Cuenta también con un excelente reparto donde destacan Luis Peña Illescas, el protagonista joven, uno de los más cotizados galanes de la década de los cuarenta. La joven está muy bien interpretada por Pastora Peña Martínez-Illescas (por cierto hermana en la vida real de Luis Peña), que es una actriz esencialmente de teatro, pero que en los años cuarenta intensificó su carrera cinematográfica. Manuel Arbó, con más de doscientas películas a sus espaldas está muy bien como el pater familia, y Eloisa Muro, también actriz de teatro y más discretamente de cine, cumple con el rol de madre amantísima.
Creo que se puede decir que es una buena película de posguerra, que se ve de principio a fin sin pestañear, que hace una loa del soldado español, siempre con un enfoque tendencioso y maniqueo donde los rojos son unos diablos y los falangistas y adeptos al régimen unos santos y caballerosos señores.
A mí me ha gustado, y creo que si uno puede hacer abstracción de estos mensajes ya sabidos y propios de los vencedores en la posguerra española (y en cualquiera), el resto del film de Orduña es bastante digno y entretenido, amén de todo un documento de la época. Juega en su favor que el metraje es breve, pues sólo dura 80 minutos.
… aunque sea norteamericano, esto lo digo por lo de Vanilla Sky (2001). Pero bueno, qué historia más heavy, encima para estar en 1941 y para ser apta para todos los públicos. Si es que hay momentos que parece una comedia romántica. Eso sí, los que se quieran acercar a Porque te vi llorar lo mejor que tiene que hacer es pasar de la sinopsis porque además de confundir acaba dando la clave de su jugada maestra. Una que más o menos a la mitad del metraje adiviné con eso de que ¿sabes lo que estaría guay? Que….. Entonces sería un peliculón? . Quizás no llegue a tanto pero la idea es acertadísima y no digo más para no dar pistas. Para los más curiosos, acudid al SPOILER.
En fin, lo del remake lo digo sobre todo porque este clásico de Juan de Orduña es demasiado desconocido y tiene dos o tres cosillas que pueden quedar un poco desfasadas a los ojos de pleno siglo XXI. En cambio, lo del ambiente franquista, además de ser muy cierto, retrata la violencia republicana, con paseos y ejecuciones sumarias a los pocos días del golpe militar, es indispensable para el desarrollo de la trama. Aún así, lo más interesante es el modo de juzgar algo tan terrible como una violación. A veces se ha considerado que si un hombre cumplía quedaba lavado su delito como si a ella le diera igual con tal de lavar su vergüenza . Pero aquí no es precisamente así.
Una historia llena de incoherencias cuyo mensaje resulta ser que los soldados republicanos son los peores del mundo y los soldados de las filas nacionales son los más entrañables lo que se refleja también en el risible personaje de la madre del héroe franquista de la historia que es descrita como una mujer de infinita ternura y rebosante de bondad. Juan de Orduña consigue mantener el interés de la historia aunque pesen detalles absurdos como el hecho de que la protagonista no recuerde la cara del hombre que la violó ya que cuando conoce al que se hace pasar por el padre de su hijo no repara en que son personas distintas pero cuando llega el desenlace nos encontramos con una apología franquista de la peor especie y entonces nos arrepentimos de haber consumido el producto. Esta obra a nivel ideológico es basura y puede indignar mientras que a nivel cinematográfico tiene algunos alicientes, entre ellos ese tono histriónico y sobreactuado con el que actuan los intérpretes que es lo que le da cierta gracia. Orduña revela cualidades como narrador pero la historia es rabiosamente tendenciosa, tiene algo que se podría llamar veneno ideológico y el espectador sostiene una lucha psicológica con una obra que le está entreteniendo pero que al mismo tiempo le puede estar causando rechazo. Se palpa una cierta habilidad narrativa y unos diálogos enloquecidos que llaman la atención desde el punto de vista cinematográfico. El film tiene valor como documento y no es peor a nivel de estructura argumental que otras muestras del cine franquista de los primeros años 40. En resumen es un film nefasto por su ya mentado veneno ideológico pero interesante cinematográficamente por su tono histérico y por captar bien la esencia de lo folletinesco.
Película propia del proseletismo de los valores que encarnaba el régimen victorioso de la recién acabada contienda nacional en la que se ensalza también al catolicismo. De esa manera se exponen las dos posiciones del punto de vista maniqueo de la visión política de aquella época, las hordas de milicianos capaces de violar a una joven justo el día de su petición de mano (dentro del marco de lo más alto de la sociedad noble de Asturias), y al joven caballero nacional, resistente del cerco de Oviedo, católico, que se enamora de esa mujer cuando la conoce al acabar la guerra, y que se decide a casarse con ella para borrar la mancha que supone el tener un hijo fuera del matrimonio aunque haya sido en tan terribles circunstancias.
A pesar de lo rebuscado del guion la cinta tiene interés por la buena dirección de Juan de Orduña, así como por su montaje. Es digno señalar también la costumbre del cine de esa época de mostrar vistas y pasajes del folclore del lugar donde se desarrolla la acción, en este caso la costa asturiana. Indicar la curiosidad de que la pareja protagonista, que hace de forzado matrimonio, Pastora y Luis Peña, eran hermanos en la vida real.