El valle del destino
Sinopsis de la película
Pittsburgh, siglo XIX. Mary Rafferty (Greer Garson), una bella joven que proviene de una familia proletaria, entra a trabajar en casa de la rica familia Scott, que es la propietaria de la fábrica siderúrgica donde trabajan los hombres de su familia. Allí, Mary enseguida atrae la atención del apuesto Paul Scott (Gregory Peck).
Detalles de la película
- Titulo Original: The Valley of Decision
- Año: 1945
- Duración: 119
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes descargar una copia de esta película en formato HD y 4K. Seguidamente te mostramos un listado de posibilidades de descarga disponibles:
Opinión de la crítica
Película
6.6
27 valoraciones en total
Estupendo y elegante drama, adaptado de una novela de Marcia Davenport, a mí me ha recordado mucho en cuanto a su tema y al tratamiento que hace de ella, a Norte y Sur de Elizabeth Gaskell, en tanto en cuanto las dos nos relatan una historia de amor entre dos seres separados por barreras de clase, en el marco de la incipiente revolución industrial y comienzo del capitalismo, al tiempo que nos dan apuntes de las incipientes luchas obreras y sus primeros agrupamientos sindicales.
Pittsburg, finales del siglo XIX.
Los Scott son un clan familiar, dueños de las potentes acerías del país que dan empleo a miles de trabajadores en sus fábricas.
Greer Garson es la hija de uno de esos obreros. Su padre ( Lionel Barrymore), antiguo obrero de la fundición, perdió las piernas en un accidente laboral y culpa a los Scott de ello, a los que considera explotadores sin corazón que buscan enriquecerse a costa de la sangre de sus trabajadores.
Cuando Greer Garson decida ir a trabajar como criada a la mansión de los Scott, se abrirá una brecha enorme entre padre e hija, en la que éste, considerará como una humillación la decisión de la chica.
Para colmo, ésta se enamorará del hijo del dueño de la mansión ( Gregory Peck), aunque las diferencias irreconciliables de sus dos respectivos orígenes marcarán sus destinos.
Película que transcurre en un periodo de muchos años, está muy bien contada, de una manera suave y elegante, con indudable romanticismo, muy poco centrada en la crítica social sino que, más bien, hace hincapié en los valores individuales de las personas y en la importancia de no juzgar en base a prejuicios que sólo sirven para separar y ahondar, aún más si cabe, en las diferencias sociales y de clase.
Con un excelente reparto y soberbias interpretaciones, un guion estupendo en el que cada personaje está muy bien definido y una historia que ensalza los buenos valores, dejando de lado eso sí, toda crítica social, el espectador actual que se acerque a ella, encontrará una cinta muy gratificante sobre el valor de la generosidad y el individuo por encima de su origen o su clase.
Con la presencia de Donald Crisp, de Greer Garson, los irlandeses, y la siderurgia por medio es inevitable no acordarse de Qué verde era mi valle , aunque esta tiene que envidiarle.
Tay Garnett, conocido especialmente por El cartero siempre llama dos veces , construye un drama que me atrevo a decir que podía haber sido más, y es que creo que el guión es bastante bueno, resultando ser una película lenta en el buen sentido, pero no tediosa, donde llegan a pasar muchos años y parece que todo sigue igual, desde luego creo que la culpa es del director.
Las interpretaciones que es lo mejorcito de la película encontramos a un reparto totalmente conocido, donde destaca Peck en su tercer film, que se nota que sería un actor que apuntaría muy alto, los veteranos Crisp y Lionel Barrymore, Dan Duryea… y en el apartado femenino a Greer Garson, que por esta actuación sería nominada al oscar, Jessica Tandy perfecta como mujer pérfida, y por último también la veterana Gladys Cooper.
En resumen, una película profunda, cargada de rencores, y también de una romántica pasión.
Una historia de amor verdaderamente entrañable, sorprendentemente mágico y también imposible, que envuelven el mundo de una familia adinerada, fruto del esfuerzo familiar de antepasados, y del buen hacer del presente, una fundición que es el motor de una gran ciudad del siglo XIX. Dos familias enfrentadas por el odio y la enfermedad y unidas por ese amor antes citado.
Dos mujeres, una buena, con una enorme actuación que le valió ser nominada para obtener un Óscar que no consiguió, Green Garson, extraordinaria interpretación, y otra mujer no tan buena, lógico cuando no te sientes amada, y una familia, la acaudalada, dividida por el futuro de la fundición donde solo el buen Gregory Peck quiere dejar el legado de la misma para su hijo pequeño.
Una gran entrega que le hace ser un peliculón y que recomiendo encarecidamente a los amantes del buen cine porque me parece que el tiempo la ha dejado bastante en el olvido. Por todo eso le doy un 9, porque es muy buena.
T. Garnett dirige una película humana, sosegada, seria y, desde el punto de vista cinematográfico, de porte distinguido.
Cuenta su historia con precisión y el juego de la cámara acentúa en cada escena lo que el director pretende resaltar. Son esos primeros planos que llenan la pantalla con los rostros de los protagonistas, esos planos medios que destacan un ambiente íntimo que invita a la confidencia o a la reflexión y esos planos largos que hablan de los horizontes a los que se aspira.
Prodigiosa combinación y destacadísima actuación del importante elenco.
Melodrama intenso y de profunda carga social y dramática pero también rica en matices entrañables, generosa en pinceladas de humor y elegante en los lances del corazón.
De la misma autora de, East Side, West Side, Marcia Davenport, novela que fuera llevada al cine por Mervyn LeRoy, se hizo antes una película basada en su segunda novela, The Valley of Decision, la cual publicó en 1942 y fue un gran éxito de librerías. En ella narraba la historia de cuatro generaciones de una prestante familia de Pittsburg, los Scott, y sirviéndose de sus vidas en relación muy cercana con los Rafferty, de extracción más modesta, conseguiría plasmar un poderoso reflejo del mal que generan los ciegos resentimientos, al tiempo que conseguía elevar, hasta la sublimación, una historia de amor entre dos seres, en apariencia desiguales, pero, con esencias estrechamente unidas.
>, es una magnífica semblanza de una sociedad como cualquiera otra que, además de estar colmada de grandes valores humanos maravillosamente recreados, da cuenta cierta de que, no son exactamente las clases sociales, ni las inclinaciones políticas, ni la nacionalidad… lo que determina el valor de las personas. Es cada individuo, en particular, quien debe ser apreciado o despreciado según sean sus acciones y su carácter. Lo demás, es prejuicioso, sesgado y estúpido.
La trama comienza en 1873, época en la que, tras una fuerte caída de la economía, comenzaba a producirse el resurgimiento de la industria estadounidense, al tiempo que los obreros consolidaban los sindicatos puesto que, los inmigrantes, venían padeciendo una explotación inmisericorde. Los Scott son propietarios de una gran fundición de hierro y acero que genera empleo a numerosos pobladores, y en sus terrenos tiene trabajo, Jim Brennan, amigo de los Rafferty… y luego lo tendrá la muy digna, Mary Rafferty, cuyo padre odia a muerte a los Scott, a quienes responsabiliza de su permanente discapacidad.
Pero, cuando se adquiere el conocimiento directo y a profundidad, a veces los prejuicios se comprueban… pero, en otros casos pierden todo su peso y se desvanecen como por encanto. ¿Qué ocurrirá en esta historia?
<
Adaptada la novela por John Meehan y Sonya Levien, era necesario hacer sensibles reducciones a la voluminosa historia, pero, lo que se conserva es, en gran parte, lo esencial y la confrontación de valores queda magníficamente plasmada.
El director, Tay Garnett, se dio el lujo de contar con un plantel de primera línea y su filme brilla con la presencia de la maravillosa, Greer Garson, el carismático y siempre digno, Gregory Peck, el polifacético e inagotable, Lionel Barrymore, los siempre precisos, Gladys Copper, Donald Crisp y Reginald Owen… y hasta la memorable Marsha Hunt, la encantadora y eterna chiquilla que tendrá en sus manos poner las cosas en su lugar.
Título para Latinoamérica: EL VALLE DE LA ABNEGACIÓN