Pieles
Sinopsis de la película
Sigue la historia de personas físicamente diferentes que, por este motivo, se han visto obligadas a esconderse, recluirse o unirse entre ellas. Nadie elige cómo nace, pero la apariencia física nos condiciona para con la sociedad, aunque no la hayamos elegido nosotros.
Detalles de la película
- Titulo Original: Pieles
- Año: 2017
- Duración: 77
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes obtener una copia la película en formato HD y 4K. Seguidamente te citamos un listado de posibilidades de descarga activas:
Opinión de la crítica
Película
5
47 valoraciones en total
Seré breve, Pieles es una de las peores películas que he visto en mi larga carrera de cinéfila, y por lo que leo en filmaffinity, la opinión es generalizada. Ritmo demencial, actuaciones ridículas y un guión tan malo y falto de vida o humor ácido que da que pensar seriamente que hilos mueven nuestras subvenciones para financiar semejante bodrio. Y lo peor, son las críticas fruto del amiguismo que lo único que hacen es tirar piedras encima de nuestro desconcertante cine patrio. Lo dicho, lamentable. Entre ir a verla y que te arranquen los ojos con unas cucharillas de helado en una mazmorra de Biolorrusia, les aseguro que yo no me lo pensaba, avisados están 🙂
¿Qué pensarías de un fulano, si te dijese que en vez de piernas le hubiese gustado nacer con una cola de pez como la de La Sirenita de Disney?. ¿O de una chica que para soplar las velas de su cumpleaños tiene que tirarse un pedo porque lleva el ojete en el lugar de la boca y viceversa?. Pues esas, entre otras pajas mentales es Pieles: la película de Eduardo Casanova, a la que algunos han llegado a calificar de: transgresora, rara, interesante, bella… ¿Bella?.(Si esto lo ves bello, realmente tienes un problema). Señoras y señores, es un truño en toda regla. Lo único que consigue es captar la perplejidad del espectador. Y es que el bizarrismo barato que destila cada una de las historias va cogiendo consistencia con el paso de los minutos provocando la indiferencia cuando no la risa del espectador. Porque todo esto está muy visto ya y para ver el Show de los Monstruos prefiero ir al circo a ver a la mujer barbuda, si es que no la han jubilado ya, o American Horror History – Freak Show, donde los personajes, algunos siendo reales, no están deshumanizados.
Lo único transgresor de esta película es que la cinta obtuvo un premio en el Festival de Málaga. (No será el del público)… En fin, luego se quejarán de que la gente no vaya a ver cine español…
Algo extraño estaba ocurriendo. El debut en la dirección de Eduardo Casanova, el eterno Fidel de Aída, apadrinado por Álex de la Iglesia y arropado por buena parte de la flor y nata del cine español, se estrenaba exclusivamente en un solo cine de la ciudad de Barcelona. Sin embargo, el fenómeno era tal que la propia taquillera de los cines Maldà, acostumbrados a las mil y una piruetas para incentivar la venta de entradas, subió perpleja al escenario para inmortalizar el llenazo antes de la proyección. 170 personas se vieron obligadas a desplazarse hasta la recóndita sala para comprobar qué nos tenía preparado el mal llamado nuevo enfant terrible del cine patrio. Finalizada la sesión, llegó la clarividencia.
Me imagino las excusas. No se apuesta por el riesgo, la industria de Hollywood lo engulle todo, el público está aborregado, las descargas ilegales. Todas ellas justificadas en muchos casos. No en este. Casanova puede sentirse afortunado de haber podido estrenar Pieles en un solo cine de Barcelona. Cuántos jóvenes talentos que hacen plena justicia a su nombre suplicarían por tamaña oportunidad, la que desde luego no habría obtenido el actor sin su fama y sus contactos.
Porque si la película ha llegado donde está, hasta el punto de colgar el cartel de completo en los cines Maldà, sin duda mucho más lejos de lo que merecía, es por su campaña mediática. No por su talento ni su irreverencia ni su frescura. Simple y llanamente por Fidel. En su afán por provocar, Casanova ha terminado pariendo un engendro bastante más desagradable que cualquiera de los personajes con los que ha querido subvertir nuestra cinematografía. Vestigios de Almodóvar, retazos de Vermut, ínfulas de Dolan, toques de Paco León. Inspiraciones de aquí y de allá que el actor ha despedazado hasta formar un mejunje que, lo más frustrante de todo, jamás consigue sorprender.
Lo peor que le puede pasar a una película como Pieles es la previsibilidad. Desnudos que se reiteran, pedos que se prevén, castraciones que pueden vaticinarse minutos antes de suceder. Perdida la capacidad de asombro, que sólo se produce a cada salto sobre las barreras de la sutileza, llega inmediatamente el tedio. Ni la incrustación anárquica de canciones molonas ni el irritante sello cromático logran salvar la función. El espectador termina hasta el gorro de la melodía de Matt Monro y de los tonos lila y pastel. Sin duda, el mayor regalo que le brinda Casanova a su público se encuentra en la duración del metraje: 77 minutos que pueden parecer 120.
Pero lo más molesto de todo no está ni en la fotografía ni en la banda sonora. Ni siquiera en el malogrado trabajo actoral, especialmente llamativo tratándose de intérpretes muy versados en la comedia. Lo peor de todo es el manido, superfluo y demagógico mensaje de Pieles. La belleza está en el interior. Moralina facilona que curiosamente suelen explotar los que más se rodean de la gente guapa. En todo caso, a la belleza ni se la busca ni se la espera en la primera y esperemos que última incursión de Casanova tras las cámaras. Para alcanzarla sólo se requiere una máxima. La del buen gusto.
Transgredir era algo que podía hacerse hace dos o tres décadas, pero hoy ya no, Eduardo. Llegas 30 años tarde. El mundo al que artísticamente perteneces, el de la gloriosa época del primer Almodóvar, ha desaparecido. Nadie se escandaliza ya por lo que se ve en Pieles . Es más.. se lo toma a chufla. Se podría decir que el reparto de campanillas de la película es de lo poco salvable en esta absurda película que no deja de ser un corto (cortos) estirados. Y ni por esas alcanza siquiera los 80 minutos.
Pieles es una película tan pretenciosa y tan pensada para no dejar indiferente, que a los pocos minutos de comenzada su proyección, ya te es indiferente. Te da igual lo que les suceda a los personajes. Te importa un bledo que haya colores rosas hasta en la sopa y morados hasta en el tupé, que los desnudos sean marca de la casa continuada, con profusión de penes saltarines o que el maquillaje esté a ratos bien y a ratos menos bien.
Y eso es lo peor que a una película como esta puede pasarle: que te deje indiferente. Otro gallo habría cantado si se hubiese hecho en 1981. Ese era su momento, Eduardo. Hoy ya no tiene sentido.
Después de ver la película de este joven Eduardo Casanova sólo se puede pensar una de dos opciones: o es una genialidad o es una basura. A mí que me perdone, pero incluso tildarla de basura sería demasiado benévolo. Es aburrida, es histriónica, de mal gusto, no es agradable de ver, no tiene nada que me haga sentir que no he perdido mi tiempo, y eso que la he visto hasta el final.
Una de las cosas que menos me gusta de criticar una película como ésta es que puedo ser tachado de insensible, de homófobo, o de incluso no tener pajolera idea de cine, pero yo soy un espectador y sé cuándo algo me gusta y cuándo me repugna, y ésta me parece de las peores películas que he visto en mi vida. Si Eduardo Casanova sigue haciendo este tipo de cine, no dudo que tendrá su público, pero que conmigo no cuente más.
Mención aparte. Si esta película ha recibido algún tipo de subvención (seguro que así ha sido), es para hacérselo mirar al que regala nuestro dinerito público para semejante bazofia. Es que la gente no sabe apreciar el cine español , perdone, a mí me encanta el buen cine español, no este, no esta cosa. Esto es una tomadura de pelo.