Pecker
Sinopsis de la película
Pecker (Furlong) es un joven de 18 años aficionado a la fotografía en cuyo trabajo se fija una marchante de arte de Nueva York. Una exposición lo lanzará a la fama, pero también le creará no pocos problemas con sus familiares y amigos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Pecker
- Año: 1998
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
6.2
91 valoraciones en total
Baltimore: cuna del MIW (Movimiento Independiente Wateriano), reducto de las más bizarras y horrendas perversiones púbicas, origen y eclosión del liberalismo gay, museo vivo del Arte Underground, lugar de nacimiento de Pecker.
Neoyorkinos: gente que tiene que venir a Baltimore para ver Arte.
Arte: Aquello a lo que nadie hace ni puto caso hasta que viene Pecker y le saca una fotografía.
Ricky Fitts: personaje de American Beauty afín a Pecker. Le gustan las mujeres gorditas y raras y hace que la gente crea que las bolsas son chachi después de sacarlas en vídeo.
Vecinos de Baltimore: idílica comuna compuesta por gente que disfruta de sus vicios, compulsiones, obsesiones y rarezas, guardando asimismo un comportamiento social perfectamente irreprochable.
Vecinos del resto de Estados Unidos: colectivo de personas estrafalarias que no exhiben ni vicios, ni compulsiones, ni obsesiones, ni rarezas y que por tanto son objeto de burla y mofa de los escandalizados miembros del colectivo anterior (ver Vecinos de Baltimore).
Crítico de Arte: Persona sumamente rara que por algún inexplicable motivo se cree más normal que los artistas a los que representa.
John Waters: uno de los pocos directores de cine vivos a los que les importa una mierda si hacen una buena película y en cambio, les importa mucho más hacer SU película.
Pecker : una de SUS mejores películas.
Rozando constantemente la parodia, en ningún momento llega a hundirse en ella. Bordea la comicidad más dinámica con montones de escenas de un barroquismo humorístico donde lo de menos es lo que se cuenta, sino la manera en que se hace.
No destaca ningún actor sobre otro, y aunque Edward Furlong, es su indiscutible protagonista, al final nos encontramos ante una obra absolutamente coral.
¿Es divertida? Si… de manera bastante relajada.
… y no sólo porque lo encarne el gupísimo Edward Furlong (qué adolescente, allá por los 90, no se enamoró del rebeldillo de John Connor huyendo del T1000)… sino porque Pecker es tan auténtico, sencillo, comprensivo, encantador… un cielo de chaval!
Pero no se trata sólo de eso: un buen chico, su familia friki y sus amables aventuras.
Tampoco es, como algunos comentan, una simple colección de situaciones absurdas repletas de humor gamberro (en realidad apenas gamberro si pensamos quién dirige).
Pecker es mucho más, un cuento que, salvando las distancias, todos quisiéramos vivir: un mundo en el que lo auténtico, lo real, gana la batalla a lo vacío y lo frívolo, en el que el talento natural y el buen corazón son los valores que triunfan (qué bonito) y en el que, por fín, los paletillos sin glamour sacan los colores a los siempre estupendos y modernos habitantes de lofts con vistas a Central Park (lo que vienen a ser todos esos Tommis Hilfigers y Sarahs Jessicas Parkers o los patrios Ristos Mejides y Bimbas Bosés de la vida) Y nadie me puede negar que esto le gusta a cualquiera. Y más aderezado con amor, humor y arte. Qué más podemos pedir?
Y volviendo al tema Furlong: ¿Para cuando un papelazo para que este chico se luzca de verdad? Vale que está estupendo en casi todo lo que hace, que no es mucho (para fans, no perderse American History X o Cero en conducta), pero necesita un buen protagonista ya!!! (que al bodrio de Terminator 3 otro gallo le hubiera cantado con su presencia. Bueno, y con la de Linda, y con algo de talento y seriedad, y con algo de respeto por los espectadores… pero eso es otra historia).
Pecker (Edward Furlong) es un joven aficionado a la fotografía que disfruta retratando su entorno. Pronto se darán cuenta de su talento y su obra será bien recibida entre estirados y snobs, quienes encuentran en la misma algo original. Pero para nuestro protagonista será difícil combinar su vida cotidiana con su nueva posición como fotógrafo de moda.
La película podría pasar por una especie de biografía de Waters, quien, al igual que le sucede al personaje de Furlong, pasó de ser un excéntrico cineasta especializado en mostrar lo más desagradable (sirva como ejemplo Divine comiéndose un excremento en Pink Flamingos) a ser acogido por Hollywood y realizar películas con Kathleen Turner o Johnny Depp (antes de despuntar, contra todo pronóstico, como gran estrella de su generación).
Dejando de lado los símiles entre lo que nos narra esta cinta y la vida del director, lo cierto es que su humor (menos soez que el de sus primeros trabajos pero todavía marcado por cierta incorrección), los actores o lo entrañables que resultan algunos personajes hacen que su visionado valga la pena aunque no ofrezca, en realidad, nada nuevo.
Estimado Domiciano,
Sin duda cuesta bastante catalogar Pecker ya que ¿con qué comparamos?. Al final, se trata de si te ha hecho pasar hora y media entretenida y, bueno, en mi caso así ha sido. Quizá termina resultando más sencilla de lo que prometía, pero no hay que negarle originalidad.