Partisan
Sinopsis de la película
Alexander es como cualquier otro niño: juguetón, curioso e ingenuo. También es un asesino entrenado. Criado en un paraíso escondido, Alexander ha crecido viendo el mundo filtrado a través de su padre, Gregori. Cuando Alexander comienza a pensar por sí mismo, sus miedos toman forma, y el mundo idílico de Gregori se desenreda.
Detalles de la película
- Titulo Original: Partisan
- Año: 2015
- Duración: 98
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Opinión de la crítica
Película
5.7
58 valoraciones en total
El adoctrinamiento puede ser un arma peligrosa, y si se aplica desde el mismo momento del nacimiento es aún peor. La ópera prima del australiano Ariel Kleiman habla de esto, y lo hace también de comunidades viviendo alejadas de la sociedad, de asesinos a sueldo, poligamias y casi casi hasta de sectas. Tiene su mérito cuando más de la mitad de la película transcurre en largos silencios.
Alexander es un niño que siempre ha vivido en una comuna liderada por Gregori, que hace también de instructor. Poco a poco, algunos sucesos que experimenta le hará replantearse si todo lo que dice Gregori es cierto.
Partisan es una buena película no demasiado bien rodada, la historia es muy interesante, y menos mal, porque si no sería difícil de ver por su ritmo tan lento y sus silencios en cada escena. Entiendo que a veces la ausencia de palabras son necesarias para describir correctamente pensamientos y/o sensaciones, pero cuando se repite tanto puedes pasarte de frenada y quedar todo un poco demasiado frío, que es justo lo contrario a lo que pretendías. No obstante la historia te engancha con su fuerte primera mitad y su consecuente segunda.
Una vez terminada la película tuve la sensación de haber visto la segunda parte de una trilogía, que la historia ya estaba empezada antes del primer minuto y que, por supuesto, va mucho más allá de cuando termina. Un final un tanto amargo viendo cómo se desarrolla la trama y terminarla de manera tan abrupta sin explicar nada, con los múltiples posibles que pueden ocurrir es una put… mala jugada. A parte, toda la película esperando algún dato concreto, como en qué año sucede o en qué lugar. No lo descubren, y no me parece mal. Ahí ya cada uno se puede montar su teoría.
La actuación del francés Vincent Cassel (El odio, Irreversible) la veo especialmente sembrada, para un actor que ya considero de los muy buenos. Pues los matices del personaje de Gregori son muchos. Un perfecto líder, carismático, con oratoria afiladísima y que tiene un plan horrible. Y todo esto (casi) siempre con una sonrisa. Debuta y protagoniza el joven Jeremy Chabriel, seguimos la vida de Alexander desde el mismo momento de su nacimiento. La lentitud del ritmo de la película para explicar la trama perjudica sobretodo a su personaje, que cuando empieza a desarrollarse ya ha pasado más de medio metraje y no termina de alcanzar todo su potencial. No obstante, buena interpretación que consigue que acabes empatizando con él una vez tienes todas las fichas del puzzle.
Buena película que habiendo tenido un ritmo algo menos denso estaríamos hablando de un verdadero misil. Pues el hormigueo que te da por la espalda cuando empiezas a entender todo el tinglado es considerable. Interesante ver las técnicas físicas y psicológicas que utiliza el personaje de Vincent Cassel.
https://www.terrorweekend.com/2020/03/partisan-review.html
Creo que es una idea fantástica, pero parece que la película se estanca y se sume en una especie de bucle donde redunda una y otra vez en lo mismo, reiterándose. Pienso de verdad que si se ahondase más en el por qué y en el cómo sería una película maravillosa, porque da para mucho, pero es que llega un momento en el que ves que queda poco más de media hora y sabes prácticamente lo mismo que a los veinte minutos de metraje, dándote poquita información sobre casi la misma idea a cuentagotas.
No sé qué más decir, me ha dejado un sabor agridulce porque esperaba que me diese en algún momento las respuestas a las preguntas obvias que se plantean pero según avanzaba veía que no, que se iba a quedar ahí, en la idea y punto, no iba a arriesgarse .
Qué rabia.
La omnipresente mirada de un patriarca impostado nos sumerge con sosiego y extrañeza en un universo conocido pero lejano. Con ese gesto, Kleiman se apropia de nuestra mirada y la equipara a la del protagonista. Nos pone en la tesitura de un niño que afronta ya su más que inmediata adolescencia explorando, siendo partícipe del microcosmos que pone en sus manos ese patriarca interpretado por Vincent Cassel, pero entablando cada vez una curiosidad mayor con el medio, como si las enseñanzas impartidas no lo fuesen todo y obtener una perspectiva propia tuviese un valor añadido. Es ese el mismo proceso que el aquí debutante entabla con un espectador ya del todo familiarizado con la «coming of age», y lo hace ciñiéndose a cuestiones genéricas, como tratando de llevar esa categoría a un plano donde la pureza, esa ingenuidad difusa que se palpa en el ambiente, obtenga un sentido mucho mayor. Su visión se nos antoja desde ese prisma entera, ecuánime. No hay condicionantes que indiquen cual es la esencia y objetivos de ese patriarca hasta que se desmantela, poco a poco, una razón de ser menos transparente y, en especial, evidente de lo que a priori se podría deducir.
Kleiman reformula de este modo las constantes de aquello que prácticamente se ha convertido en algo más que un género, y es que la evolución vital ante el paso a una edad adulta ha obtenido una respuesta cada vez más notoria, pero en Partisan se desempeña de un modo distinto. No se trata, pues, de avistar una cierta transición en el periplo de Alexander —que también—, sino de comprenderla desde ese espacio creado por su mentor, Gregori, así como de vislumbrar esa relación entre ambos como un reflejo de lo que supondrá para el joven afrontar esa nueva etapa. Pero la confrontación entre ambos no es sugerida, como hacia preveer esa vertiente genérica desarrollada por el cineasta «aussie», desde una perspectiva que potencie sus cualidades como thriller, y Kleiman la afronta a través de un terreno dramático tan capaz de explotar su vertiente más psicológica como de transformar esa exploración ejercida por Alexander en un elemento indispensable para el desarrollo de un relato que no se conforma únicamente con exponer lo obvio en un vínculo cada vez más inconsistente, incluso esquivo.
Vincent Cassel y Jeremy Chabriel interpretan esa relación entre ambos con una madurez que se podría deducir de un actor como el galo, pero donde el joven actor otorga una réplica magnífica: tanto la expresividad que es capaz de otorgar, colmada en ese carácter entre inocente y taimado, como el temple sostenido ante una figura inapelable en ese reino, hacen de Alexander un ente poliédrico capaz de dotar de complejidad y mesura a un personaje sin cuya esencia sería inentendible el marco dispuesto por Kleiman. Algo que además ensalza cada escena compartida aunque sus mimbres sean simples, incluso apelando a una universalidad reinterpretada en ese contexto.
Partisan compone así un escenario que va más allá de su creación como tal, y emplea ese nexo para ir descubriendo sus posibilidades. Pero Kleiman no potencia esas virtudes únicamente desde una puesta en escena austera y definitoria, también lo hace a través de las imágenes, indagando en ese sustrato violento y tejiendo estampas tan expresivas como heladoras. Es en ese terreno donde el cineasta australiano logra traspasar el umbral entre una idea sugerente y la consecución de la misma, y precisamente ahí radica el triunfo de Partisan, en el hecho de saber componer tanto un universo propio como representaciones simbólicas capaces de quedar grabadas en la retina del espectador y de modelar su percepción con una composición tan sencilla como descarnada.
Crítica para http://www.cinemaldito.com
@CineMaldito
Atractivo drama psicológico australiano que deambula entre la fábula bonachona y un ambiente de asfixia opresiva, transitando con cautela y dosificando el corazón de la trama a cuenta gotas hasta que de golpe estalla con una violencia que se ensaña con la ingenuidad y la verdad. Interesantes interpretaciones de Vincent Cassel y el pequeño Jeremy Chabriel.
El director y coguionista Ariel Kleiman debuta pasando satisfactoriamente la prueba con esta propuesta tanto en la creación de ese mundo paralelo donde parece no existir el afuera y las originalidades que se producen al interior, jugando constantemente con la distribución de roles entre buenos y malos que van mutando con el devenir de una buena trama.
Con un paso sin galardones por el Festival de Sundance, la ópera prima de Ariel Kleiman se muestra entretenida, intensa y por momentos absorbentes, aunque también hay trances en los que se hace dispersa, inexplicable y un poco tediosa, pero en definitiva resulta atractiva.
Calificación Fanaseriecine: 7 sobre 10
Planteamiento absurdo, un tipo que vive aislado del mundo, con un harén a su disposicón y padre ¿amantísimo? de al menos una docena de hijos. Y las mujeres tan contentas.
Al mayor le enseña a disparar, y lo mete en un absurdo negocio que no se sabe bien de qué es.
Total, vamos al spoiler