No somos ángeles
Sinopsis de la película
Joseph (Humphrey Bogart), Albert (Aldo Ray) y Jules (Peter Ustinov) son tres presos recién fugados de la cárcel de la Isla de Diablo. En su huida llegan a una pequeña tienda familiar para robar ropa y algún dinero que les permita escapar de la isla en barco. A la espera del momento oportuno para embarcar, los fugados convencen al dueño para arreglar el tejado de su casa con el propósito de pasar inadvertidos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Were No Angels
- Año: 1955
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
Película
6.4
52 valoraciones en total
No sabemos cómo se escapan de la cárcel y ciertamente poco importa, porque lo que sí nos ha de interesar es ese brutal despliegue que realizan los tres actores principales, gracias a unos personajes llenos de contenido y excelentemente tratados, ver cómo se expresan y sobre todo su relación con la familia que regenta una tienda a la que caen casi por casualidad. Puede que No somos ángeles sea una película menor porque así lo consideró la crítica en su momento y porque con el paso del tiempo ahí ha quedado, como una más, pero en mi opinión es una película enorme que debería tener mejor consideración. Es un cuento de Navidad y como tal, peca de edulcorante y de buenas intenciones, es decir, exactamente como todas.
Estamos en Cayena, en la Guayana Francesa, y a partir de esa originalidad inicial todo sigue por el mismo camino. Encuentro que sus virtudes se basan en unos diálogos precisos, principalmente entre los tres presos y sus relaciones con los personajes secundarios, a menudo es un humor bastante negro, cuestión del todo acertada. En apariencia no son ángeles, ni reyes, porque ciertamente tampoco son tres si contamos con la actuación estelar y fundamental de su serpiente Adolphe, que se muestra fiel al instinto que la naturaleza le otorgó.
Puede que no guste demasiado por su aspecto teatral, por su buenismo, por el exceso de azúcar… Y ya si comparamos la filmografía de los nombres propios que aparecen en la película, incluido el director, puede que haya una percepción del todo injusta antes de verla que la infravalore. Una vez avanza se ve como un rayo, es mi opinión, es rápida y veloz, es una comedia inteligente, entretenida, ajustada a lo que demanda un cuento de Navidad y como tal, una película muy recomendable.
Curioso triunvirato de primeras espadas para una comedia navideña que sin embargo tiene un humor negro muy pronunciado que es verdaderamente notable y sorprendente, teniendo en cuenta la época en la que fue rodada. Michael Curtiz crea una atmósfera navideña y de redención, pero no precisamente como lo harían otros queridos directores como Frank Capra.
Humphrey Bogart está soberbio como fraudulento contable, Peter Ustinov saca una extraña ternura a su personaje y Aldo Ray se torna en un canalla encantador, para una comedia irregular, por momentos forzada, pero que sin duda, tiene capacidad para mantener el interés y el drama de una familia que intenta sobrevivir en el marco de la Isla del Diablo.
Dentro de la tónica general del reparto, hay que hacer sobresalir también a Joan Bennett, con una papeleta difícil. Sorprendente, eso sí, algunas de las resoluciones de los conflictos, aunque tampoco podía esperar otra cosa de unos reclusos de la feroz isla, aunque los seguidores del tipo de series de Seth Macfarlane seguro que entonarán alguna carcajada buena, aunque claro, por la época, pese al humor negro, determinados aspectos les parecerán algo ñoños.
No obstante, muy curiosa y que los aficionados de estos tres grandes actores gozarán.
A veces pienso que el Universo sigue siendo demasiado generoso con la especie humana. Llevamos 20 siglos después de que viniera ese gran mensajero que fue Jesús el Cristo -sin contar con los tantos siglos que le precedieron… y otros grandes maestros que también han traído su bello mensaje- y es muy, pero muy poco, lo que hemos aprendido sobre El Juego de La vida. Ya sabemos que se trata de salvar al mayor número de seres en dificultades, de vivir como buenos hermanos los unos con los otros, y de hacer sentir a cada hombre que, con nosotros, está libre de todo ataque… pero seguimos en ascuas, dando palos de ciego y maltratando, con ignorancia crasa, todo lo bello que nos han dado para vivir en la gloria.
>, es una encantadora comedia de humor negro, con unos personajes entrañables, y donde el trío de truhanes está deliciosamente protagonizado por, Humphrey Bogart, Aldo Ray y Peter Ustinov, tres tipos llenos de malas intenciones, pero, con corazones de mantequilla, quienes tendrán, aquí, la maravillosa oportunidad de ser verdaderos ángeles, sin que sepan que lo son.
Joseph, Albert y Jules, son tres presidiarios que se han fugado y acaban de llegar a la Isla del Diablo donde son buscados por la policía francesa. Entonces, se refugian en la tienda-hogar de Felix Ducotel, quien, con su linda esposa, Amelie, y su flexible hija, Isabelle, vive en la mayor armonía… ¡siempre que no se aluda al arrogante primo André Trochard, propietario de la tienda que ellos administran!
Los Ducotel, acogen, sin mayores reservas, a los delincuentes y confían en que ellos les arreglarán el techo, sin llegar a sospechar que ellos no traen consigo buenas intenciones. Pero estamos en navidad, y a veces, ésta tiene su magia y es capaz de extraer la mayor blandura donde antes sólo había piedras… y entonces comienza un acto de redención y de reencuentro con los valores esenciales que, apenas se turbia, cuando se deja libre al destino para que haga lo suyo y ponga las cosas en su debido lugar.
Con un guion escrito por Ranald MacDougall, basado en la obra La Cuisine des Anges de Albert Husson, <
El director Michael Curtiz, logra un colorido y encantador ambiente navideño sin necesidad de acudir a muñecos de nieve, villancicos o Papá Noel. Su película está decorada con calor de hogar, con la más fluida necesidad de volverse solidarios, y con un entendimiento por los excluidos que hace que desaparezcan muchas diferencias.
La historia pasa tan rápido como un cometa y uno siente que muy gratos sentimientos le acariciaron el alma. Los Ducotel son una ejemplar familia… ¡y los tres fugitivos son unos tipos encantadores!
Si pasamos por alto lo absurdo del argumento la película se deja ver, unos presidiarios que se fugan de la cárcel, se refugian en la casa de unos comerciantes y estos los acogen en su casa como si los conocieran de toda la vida (ala! venga como en la peli es Navidad todo el mundo es buena gente). Es sorprendente sinceramente, yo no sé hasta que punto este hecho se acerca a la realidad y si en verdad en la Isla del Diablo había tan buen rollito a finales del XIX, pero aquí en mi barrio lo primero que haríamos sería llamar a los maderos o darles cerita hasta en el carné de identidad (bueno quizás más lo primero, dependiendo del tamaño de los fugados).
En definitva, que yo pasé por alto este despropósito porque estaba Bogie, Peter Ustinov, dirigía Michael Curtiz, Basil Rathbone (me encanta este actor, un tío que hacía fenomenal de villano cuyo jeto me acojonaba de pequeño en películas como El capitán Blood o Robin de los bosques )… e intenté disfrutar de ella lo que pude. Y lo conseguí hasta cierto punto, pues hay escenas que son graciosas, o por lo menos te sacan una media sonrisa, pero hay otras con un humor excesivamente ingenuo.
Para ser una comedia tiene un ritmo demasiado pausado, a lo que no ayuda que la totalidad de la película se desarrolle en la tienda-casa de la familia de comerciantes.
Una película poco interesante que se puede pasar por alto sin problemas, que no está ni mucho menos entre los mejores trabajos de Humphrey Bogart, ni de Peter Ustinov y ni mucho menos de Michael Curtiz.
Basada en una desconocida (al menos para mí) pieza teatral, esta película es una obra menor en la filmografía de sus protagonistas principales y director, que sale adelante precisamente gracias al oficio de ambos, Michael Curtiz en la dirección y Bogart como lider del grupo de fugitivos.
Se trata de un cuento de navidad, bienintencionado como todos, que, sin profundizar en el argumento, viene a demostrar el tópico de que muchos criminales son buenas personas en el fondo y que pueden ser mejor que determinadas personas honradas en según que circunstancias. Todo parte de la fuga de 3 criminales de la Isla del Diablo, a finales del siglo XIX, que por casualidad llegan a una tienda que regenta una familia en problemas a la que los criminales ayudarán desinteresadamente.
A pesar de que se ve con agrado, la película está lastrada por su procedencia teatral y por una ideología bienintencionada y romanticona, absolutamente trasnochada.