No hay flores para O.S.S. 117
Sinopsis de la película
El Servicio Secreto Americano envía a su mejor agente (OSS 117) para investigar la muerte de numerosos políticos. Haciéndose pasar por un despiadado asesino, William Chandler, OSS 117, se infiltrará en una organización terrorista justo en el momento en que se está preparando el asesinato de Heindrich Van Dyck, el delegado de las Naciones Unidas para el proceso de paz del Medio-Este.
Detalles de la película
- Titulo Original: Niente rose per OSS 117
- Año: 1968
- Duración: 91
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Opinión de la crítica
Película
4.3
64 valoraciones en total
Vista dos veces en mi vida, la primera, cuando tendría unos dieciséis años o así, pensé de ella esto:
Variante del personajes de James Bond, surgido de Italia y Francia, principalmente, pues era el héroe de ciertas novelas francesas.
Está competentemente realizada por Andre Hunebelle, un buen artesano con no pocas buenas películas.
Se sigue bien, resultando simpática.
Bonitas chicas, preciosos exteriores, apostura de John Gavin, que años más tarde fuera embajador de los Estados Unidos, aunque no recuerdo en qué país.
Preciosa fotografía de Tonino Delli Colli .
Sin embargo, en mi segunda visión, ayer concretamente, y ya en el año 2019, creo que la valoré en exceso positivamente, ya que me ha parecido bastante anodina en líneas generales.
Hunebelle, casi el padre del paso del agente OSS 117 al cine, no logra insuflar de dinamismo a la cinta, siendo en todo momento bastante insípida.
Hay muy poca acción, apenas tres o cuatro peleas cuerpo a cuerpo, bien rodadas, eso sí, pero la intriga es desnutrida y el ritmo parco para lo que se requería.
Se ve tranquilamente, mientras el tedio se apodera de uno.
No, no me ha gustado mucho que digamos.
Lo mejor, sin duda, ver a gente como la bellísima Rosalba Neri (haciendo de bailarina española) o a George Eastman, en un personaje de pocas palabras pero muy peligroso.
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Tras dejar en manos del blando Michel Boisrond la saga de Hubert Bonisssur de la Bath, alias OSS 117, André Hunebelle retomó el personaje con la cinta que nos ocupa, con lastimosos resultados. De tanto imitar a Bond, James Bond, nos movemos ya en el terreno de la parodia, con una realización plana y casposa que sorprende por su falta de humor. La misma idea de infiltrar al agente en una organización de asesinos de políticos es birriosa a más no poder. Incluso las peleas están mal orquestadas y aburren hasta la saciedad. Hubert adopta los rasgos en esta ocasión de John Gavin, un megainexpresivo galán que acabó sus días como acaudalado hombre de negocios, tras haber sido nombrado embajador en México por Ronald Reagan. Fue contratado para interpretar a James Bond en Diamantes para la eternidad, pero Sean Connery se subió al carro en el último minuto por una millonada. A pesar de haber trabajado con Douglas Sirk, Stanley Kubrick y Alfred Hitchcock (en Psicosis es el afortunado compañero de lecho de Janet Leigh), su carrera cinematográfica fue de mal en peor. Le acompañan en el desaguisado una chica Bond (Luciana Paluzzi, muy desmejorada) y un malo Bond (Curd Jürgens, tan grotesco como siempre). Robert Hossein incorpora a un malo untuoso y siniestro, papel en el que descollaba, y la exuberante Margaret Lee consigue casi pasar desapercibida, sin el menor sex appeal. Si hasta sale la siempre presta a desnudarse Rosalba Neri y no la reconocí, caramba. La fotografía del gran Tonino Delli Colli es risible, y no quiero desaprovechar la ocasión de pedir la cabeza de Piero Piccioni, culpable de una banda sonora realmente insufrible. Lo peor: ea aburrida, algo que jamás debería suceder con una película de estas características. Tocado de muerte, OSS 117 volvería a aparecer por última vez bajo los rasgos del simiesco Luc Merenda en OSS 117 prend des vacances, y descansaría hasta resucitar en las dos parodias de Jean Dujardin. Nunca fue gran cosa, pero aquí menos…