La prueba

5 comentarios en «La prueba»

1. Soy consciente de haber sobrepuntuado ésta película. Ciertamente es comercial, comercial y por supuesto, comercial. Una historia muy trillada y una parte romántica en exceso predecible, pero, no obstante, entretiene muchísimo y te mantiene en vilo con sus giros constantes.
   
   Solo hay dos factores resaltables: la interpretación de Al Pacino -impecable, como siempre, hasta en productos cuestionables como éste- y que no se conoce la verdad hasta el final. Por otro lado, entre todos los actores descafeinados del mundo -Cruise, Pitt y cia- yo me quedo con Farrell, más creible que el resto en papeles de tipo duro .
   
   Para pasar una tarde entretenidísima sin más pretensiones y disfrutar sin prejuicios.

2. Me resulta incomprensible llegar a entender, la razón por la cual se sobrevaloran películas absurdas y otras, como LA PRUEBA, son denostadas con argumentos absolutamente peregrinos.
   
   Mi criterio es independiente, y como tal haré una crítica al margen de la mayoría. Probablemente no nos encontremos ante la mejor película del año 2003, pero si es cierto que resulta una muy digna manera de pasar dos entretenidas horas.
   
   Al Pacino ajustado a su papel, como siempre, aportando ecuanimidad a un trabajo brillantemente correcto. Collin Farrell se adapta perfectamente a un guión, que en un primer momento hubiera podido pensarse que le quedaba… digamos… desajustado.
   
   La trama es entretenida, los diálogos bien construidos, y el ritmo brillante. LA PRUEBA en su conjunto, resulta un satisfactorio trabajo de entretenimiento, del que deberían aprender otras historias elevadas por los críticos a unos pedestales ridículos, por lo innecesarios.
   
   UN 7

3. Típica película formula, que parte de un duelo interpretativo entre una estrella en ciernes (de aquella Collin Farell) y una estrella madura con peso (Pacino), estableciéndose entre ambos una relación discípulo-maestro, que actua como motor de la historia. Todo ello aderezado con un atractivo MacGuffin (espionaje, la CIA…) y una chica florero que pasaba por ahí (muy guapa por cierto). A pesar de tan buenos ingredientes, el resultado final es tremendamente fallido. Probablemente por que adolece de un guión tramposo lleno de giros previsibles (enseguida pillas las trampas), que conducen irremediablemente hacia el final más estúpido que un servidor recuerde.
   
   Aviso a navegantes: si a pesar de mis advertencias, decidís ver la película, por que admiráis a Pacino (como es mi caso), os aconsejo que desistáis igualmente, ya que este, probablemente consciente de la mediocridad del proyecto en el que estaba embarcado, actúa con el piloto automático, ofreciendo una de sus interpretaciones más olvidables.
   
   El que avisa no es traidor.

4. La película del eterno 6. No puedes amarla ni tampoco puedes odiarla.
   
   Es una película tan del género 6 que ni siquiera incluyendo un actor que me gusta tan poco como es Colin Farrell es uno capaz de verla mala. Roger Donaldson no se complica, y presenta una típica historia de agentes secretos, espionajes, venganzas y giros de guión. No, La Prueba no te va a dejar ojiplático con ninguna de sus resoluciones, pero te entretendrá lo suficiente como para mantenerte atento durante toda la película, cosa que no puedo decir de todas las del género.
   
   No es divertida en sí misma, quiero decir, no es Enemigo Público, pero tiene suficiente personalidad para brillar por sí misma.

5. La vi en la tele, en la sobremesa. Creo que ambas cosas, horario y hábitat (cómodo sofá en casa) es lo ideal para este tipo de películas, cuando no apetece tragarse los enésimos drama o comedia románticos habituales en las siestas televisivas.
   
   La película parece tener un tema atractivo. A quién no le apetece enterarse de lo que se enseña en toda una academia de espías, y qué decir si es la de la CIA, nada menos.
   
   El enlace es hacer aparecer a un protagonista como chico listo, con algún trauma respecto a su padre (historia que se menciona constantemente) y que pivota sobre otros dos: uno el enigmático instructor, y otro, una compañera de promoción. Hasta ahí puede valer.
   
   El problema es que quiere dotarse a la trama de un constante elemento sorpresivo, que pronto pierde su función pues se convierte en todo lo contrario: previsible. A partir de ahí la trama pierde todo su fuelle y yo en concreto me deslicé plácidamente hacia el desenlace intuido, con ya sólo el interés de rubricar que lo que había supuesto se confirmaba.
   
   En resumen, que no es ninguna joya, pero como transcurre entretenidilla y sin demasiadas comeduras de coco, se deja ver si no tienes nada mejor que hacer.