Cómo salvar un matrimonio
Sinopsis de la película
Un soltero impenitente decide salvar el matrimonio de un amigo demostrando que todas las amantes son infieles. La cosa se complica cuando el soltero ofrece instalar a la amante en un lujoso apartamento, cosa que ella considera una proposición de matrimonio.
Detalles de la película
- Titulo Original: How to Save a Marriage and Ruin Your Life
- Año: 1968
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
5.3
37 valoraciones en total
Desde luego no es un film para aconsejar porque es un producto sin trascendencia alguna. Dean Martin, ya maduro, es la estrella y Stella Stevens en pleno auge, la otra posibilidad, pero quien realmente llama la atención es Eli Wallach en un papel a descubrir y quien anima la trama. Va sobre una confusión de lo más tonta aunque bien llevada y aceptable para lo que es. El humor viene dado por la confusión y hay que decir que Dean Martin sabe muy bien cómo llevar ese papel y por eso tiene un pase la película.
Está claro que la afición a tener amante parecía algo impuesto en esa sociedad americana de clase alta o media alta, no sabría decir exactamente, es un tema muy trillado ya sea en dramas o en comedias y debía haber una especie de regla entre los caballeros a esa doble vida, como si resultaras alguien menos importante si no eras capaz de mantener a una amante. Así que el papel de la mujer resulta bastante pobre, si no denigrante según se mire. Pero en este caso está tocado con la suficiente superficialidad como para no ofender y llevar a la guasa el tema, con la mujer tiránica y la dulce amante.
Stella Stevens fue el icono sexi del momento y por aquellas fechas, por desgracia, Dean Martin y su amigo y compañero de tantas películas, Jerry Lewis, estaban un poco mosca entre ellos. Por lo visto Stella, al hacer la película, le cabreó más aún al señor Lewis. Los celos son muy malos, cualquier persona con miras hubiera preferido compartirla que perderla del todo. Una pena porque ambos actores juntos fueron lo más.
Dean Martin no canta pero cumple. En realidad, la película es un ejercicio banal de distracción sin mucha picardía, sin nada de picardía, digamos, pero ahí está y ahí seguirá.