Millonario de ilusiones

5 comentarios en «Millonario de ilusiones»

1. No pasa por ser de lo más apreciado de Capra pero, actualmente, destella como una magnífica películad de su director, divertida, lúcida y llena de sabia madurez. La película guarda un uniforme y estupendo ritmo, y pese al final feliz tan caro al cine de su autor, no resulta tan legitimamente ingenua como obras maestras de éste como ¡Qué bello es vivir! o Juan Nadie .

2. Una de las últimas películas de Capra, que a mí me ha resultado de un tono muy diferente a las habituales de su realizador, sigue de todos modos indagando en la búsqueda del sueño americano pero esta vez me ha parecido una película más desesperanzada ( a pesar del obligado y poco creíble happy end) y más escéptica que las anteriores, donde siempre dejaba sitio para la redención y la consecución de la paz de sus personajes.
   
   Frank Sinatra es un tipo que regenta un hotelucho en Miami. Juerguista y vividor, soñador e irresponsable, vive con su hijo de ocho años y están a punto de desahuciarle. Recurre a su hermano mayor ( Un magnífico Edward G. Robinson), para pedirle un préstamo que le saque del apuro.
   
   Éste, es todo lo contrario a él. Es un hombre que ha trabajado duro toda su vida, jamás se ha permitido un dispendio y ahorra dólar a dólar todo lo que gana. Cuando va a visitarle con su esposa ( Thelma Ritter ), le ponen una condición. O sienta la cabeza y se casa con una buena mujer ( Eleanor Parker) o se llevan a su hijo.
   
   La película aborda temas muy interesantes, pero me parece que el guion no está muy bien construido. Toda la primera parte del film funciona bien en la presentación de los personajes y en el antagonismo de los dos hermanos. También la parte de la presentación de Eleanor Parker, aunque luego resulta muy desaprovechada.
   
   Los diálogos tienen mucha enjundia y sirven para reflexionar acerca de las diferentes maneras de vivir y de plantearse los sueños.
   
   Uno, desprecia el dinero y ama por encima de todo su libertad. Asume riesgos y vive la vida intensamente. Pero tiene cargas familiares que no es capaz de sobrellevar. El otro, es trabajador, prudente y rutinario. Su vida es más aburrida que un día sin pan, pero es capaz de proporcionar a él y a los suyos, toda la seguridad y estabilidad que necesitan. La cigarra y la hormiga frente al sueño americano.
   
   Creo que la peli no estaría nada mal si se hubiera dosificado un poco mejor el guion. El tercio final resulta un poco atropellado frente a la primera parte que, por el contrario, es bastante lenta y reposada. El final resulta poco creíble después de todo lo que nos han contado.
   
   Dicen que Capra no supo adaptarse a los nuevos tiempos y que por eso estas películas en esta década ya no funcionan. No estoy seguro de que fuese así. De hecho, yo creo que Un gángster para un milagro funciona muy bien y es posterior a ésta.
   
   Simplemente, quisiera saber quién le escribió los guiones de sus películas de los años 30 y 40 y quién le ha escrito el guion a ésta. Quizá ahí está el truco.
   
   Por cierto, si esta peli funciona es por los excelentes secundarios. Edward G. Robinson, Thelma Ritter, Eleanor Parker y el niño son lo mejor de la peli.

3. Dentro de la importante filmografía de este director, este film no es precisamente una de sus grandes obras. Pero que duda cabe que mantiene su línea, quízás en el final sea uno de los más flojitos, siempre partiendo de la base tan magnífica a las que nos tiene acostumbrados. A destacar los papeles protagonistas, con un Edwar G. Robinson magistral, así como el papel del niño. A pesar el tiempo transcurrido es una película que se puede ver con simpatía.

4. La canción High Hopes ganó el oscar. Pero ahí no termina su carrera. Ha sido usada para películas de animación, por ejemplo: Hormigas (1998).
   
   Sinatra la cantó mucho, con un niño solo en este film, y con todo un coro de niños para su album All the way (1961). Otro coro infantil apoya a Doris Day en su album de 1964 With a Smile and a Song donde también la canta.
   
   Se oye por la megafonía en ese deporte al que los americanos van acompañando a sus hijos, el beisbol.
   
   A la muerte del autor de la letra Sammy Cahn en 1993 se estableció por su testamento la fundanción High Hopes en u´na clínica para diabéticos en Boston. El objeetivo es llevar ánimo y esperanza a los niños afectados por esta enfermedad.
   
   Finalmente fué usada mediante un oportuno cambio de letra como canción de la campaña presidencial de Kennedy en 1960, también la cantaba Sinatra

5. Tony Manetta (Frank Sinatra) es el propietario de un hotel en Miami, Florida, el Garden of Eden. Allí vive con su hijo Ally de once años y sus días los pasa como un Adán fascinado con las Evas aunque, últimamente, luce muy dedicado a Shirl, su última conquista. Los impuestos comienzan a ponerlo en vilo y, con una mentirilla sobre su hijo, el hotelero acude a su hermano Mario para que le preste el dinero que necesita cubrir. Temiendo que el niño esté realmente enfermo, Mario y su esposa Sophia (los siempre efectivos Edward G. Robinson y Thelma Ritter), viajan desde Nueva York para ver en que pueden ayudar… o a quien pueden casar.
   
   Desde entonces, en el característico tono de comedia a la Capra, con los habituales personajes nobles, persistentes, esperanzados e inconformes… y algún Don Fabuloso de por medio, la aventura nos lleva por una serie de situaciones donde, el amor de un niño por su padre, pondrá a varios seres, emocionalmente desperdigados, a reencontrar el camino que los acerca a la unión y a la felicidad.
   
   La película resulta entretenida y es la clase de historia que recomendamos para ver en familia ya que puede resultar muy grato y edificante si se comenta y reflexiona al final.
   
   Se añora un poco, el virtuosismo de otros tantos filmes de este grandioso director italo-americano, y siento que los principales faltantes provienen del guión ya que, los diálogos carecen de la agudeza de otrora, al personaje de Tony le falta coraje, y se resiente el trato despectivo y burlesco que asume Mario con su hijo Giulio, con quien, en ningún momento se redime.
   
   Pero, a su favor, la película posee una agradable ambientación, un conjunto actoral que hace grato cada personaje, una relación padre-hijo de verdadero significado y una canción ganadora del Oscar merecidamente: High Hopes, bellamente cantada por Sinatra y el talentoso niño, Eddie Hodges, quien representa a su hijo Ally.
   
   Luis Alberto Álvarez, un gran amigo y excelente crítico de cine, fallecido hace algunos años, llegó a decirme, en dos o tres ocasiones, una frase que todavía recuerdo: Es siempre mejor una película regular de un gran director, que una buena película de un mal realizador. No la considero una frase que sirva como regla general pero, al terminar de ver este filme, se me vino a la memoria, porque, aún con sus debilidades, Capra es Capra y hay una magia indescriptible en todas y en cada una de sus realizaciones.
   
   Título para Latinoamérica: UN HOMBRE SIN SUERTE.