Mens

Un comentario en «Mens»

1. Hasta hace dos semanas, nada sabía de este título, por lo tanto ninguna intención tenía yo de verlo. Al descubrirlo en la lista de novedades de la plataforma de Video on demand a la que estoy suscrito, eché un vistazo a la ficha y la impresión que me dio es que se trataba de una especie de ridículo policíaco juvenil al estilo Detective Conan . De todas formas me quedó cierta curiosidad y decidí darle una oportunidad. De la misma forma que a veces apuestas y fallas, otras, felizmente, como es este caso, resulta que aciertas de pleno y descubres una cinta de calidad.
   
   De forma subyacente en Mens se defiende que es en el estilo dónde se halla la gracia de una obra. Estamos frente a un policíaco posmoderno, que desconfía de las certezas e hibrida con admirable artesanía diferentes códigos y lenguajes. La historia es perfectamente usual y probablemente conoceremos algún caso similar. El adolescente Jean acompaña a su madre a casa de su abuela, recién fallecida, a recuperar objetos personales de esa casa vacía. Entre otros recuerdos, Jean descubre una serie de papeles que recopilan información acerca de un crimen cometido en 1895, cuando la abuela era un bebé. Hasta ahí lo convencional, en adelante llega el valor, pues descubrimos que la directora mezcla texturas de la fotografía del siglo XIX con la imagen digital, lo surrealista se mezcla con lo policíaco, el género urbano se desarrolla en un entorno rural, la vigilia y el sueño conforman con conjunto indivisible y a la luminosa belleza del paisaje, notoriamente presente, se le encuentra un lado oscuro a través de ese misterioso asesinato de Louis, un hombre mudo y ligeramente retrasado.
   
   Prim se adentra en dicho relato sin aclarar si estamos frente a la lectura de dichos papeles legados o a un sueño de Jean. Las diversas historias que se entretejen dan a entender que las apariencias disponen de un crédito muy limitado y conforme más nos adentramos en el interior de las vidas privadas, más oscura se trona la existencia en esos espléndidos valles. Finalmente descubrimos que hay dos figuras femeninas como principales sombras de la investigación policial, y a la vez la directora nos invita a desconfiar que esa versión sea la buena y definitiva, que es muy posible que la mala reputación de esas mujeres fuese fruto de la maledicencia de los lugareños, y que, en suma, no es concluyente la resolución que aparentemente se adopta. No se trata por lo tanto de una crítica frontal al machismo ni a la vida rural, tan sólo una invitación a cuestionar y mirar críticamente lo que en apariencia podría parecer inofensivo y pastoral surcado por un hecho aislado, cuando en verdad, bajo la superficie amigable , habitan latidos extraños e inquietantes, robos, persecuciones, y mucha habladuría y maledicencia.
   
   Todo eso viene a sugerir que posiblemente hayamos heredado un relato construido a medida de los hombres, que unos poseen libertad sexual, mientras que ellas son tachadas de brujas y gente de la mala reputación por hacer esas mismas cosas. Aparte de eso, también es de alabar el estilo de la directora, muy capaz de dotar de atmósfera a la narración, de templarla a la vez que le añade diversos puntos de sutil comicidad, como negándose a dejarse llevar por la gravedad de los hechos. Y por eso digo que estamos frente a una afortunada casualidad, si no se llega a ofertar esta película en Filmin, me habría perdido una experiencia notoria, sugestiva, capaz de conciliar dos estilos marginales y nada tangenciales, como lo son los de Paul Vecchiali y Jean-Charles Fitoussi, a la vez que se nos ofrece un interesante relato de misterio que puede ser disfrutado en sí mismo, sin más.