Mejor solo que mal acompañado
Sinopsis de la película
Neal Page (Steve Martin) es un ejecutivo de publicidad que quiere llegar a Chicago a tiempo para pasar el dia de Accion De Gracias con su familia. Pero su vida se convierte en una pesadilla cuando tropieza con Del Griffith (John Candy), un vendedor de cortinas de baño bocazas e insoportable, del que no podrá librarse durante un accidentado viaje.
Detalles de la película
- Titulo Original: Planes, Trains and Automobiles
- Año: 1987
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
5.9
42 valoraciones en total
De la innumerable cantidad de comedias yanquis tontas y predecibles de los 80, se destaca nítidamente esta, que aunque no deja de ser predecible y un poco tonta, está excelentemente protagonizada por dos señores comediantes, muy bien apuntalados por un guión bien balanceado, que sin salirse de los cliches habituales del género, mantiene un nivel mas que correcto, generador de risas pero sin caer casi nunca en la adoración del mal gusto y la escatología que vendría en los 90 para quedarse -lamentablemente- hasta nuestros días. Para pasar un buen rato y extrañar aquellos buenos tiempos.
En general no me gusta la comedia, me suele aburrir.
Esta es la excepción.
Una película extraordinaria, divertida, con un John Candy insuperable, en su papel cómico, y que está a la altura en los momentos serios.
Por más que la veo, no me canso de volver a verla, no tiene desperdicio, engancha desde el primer segundo, hasta el último, con un final inesperado, pero ejemplarizante.
Candy, lo mejor de la película, con diferencia, Martin solo pasable. Bacon un extra de lujo, que solo aparece unos segundos al principio, sin que pueda llegar a lucirse.
Lo incomprensible, es que el DVD esté descatalogado, cuando hay en el mercado del DVD, tanto producto prescindible.
En cuanto a la descripción que se hace de la película, en la cabecera de esta web, me parece totalmente desacertada, vamos tanto como la traducción al español, que se hizo del título original y que no tiene nada que ver con la película.
Decir que al personaje de Martin la desgracia le viene encima cuando se topa con Del Griffith (John Candy), un vendedor de cortinas para el baño bocazas e insoportable , denota que quien hace tal afirmación, o no ha visto la película, o peor aún, NO ha entendido en absoluto el transfondo y la temática.
Justo es todo lo contrario, el personaje de Martin, es un estirado y deshumanizado personaje, bien situado económicamente, que choca de plano con el personaje de Candy, un vendedor de pocos recursos económicos, jovial, muy optimista, extremadamente amable, y natural. Aunque eso si, bastante hablador, algo que puede llamar más aún la atención, en una gran ciudad, en la que el anonimato de los viandantes, y la falta de comunicación es lo habitual.
Esta película plantea con un humor muy blanco una situación que podría pasarle a cualquiera con un pelín de mala suerte, por eso mismo creo que me gustó tanto porque me identificaba con Steve Martin y me reía yo sola. Los protagonistas tienen un gran carisma y están fabulosos en sus interpretaciones. Por supuesto que acabas adorando a John Candy por la ternura y bondad que desprende su personaje, pero…También acabas comprendiendo a Steve Martin…
Antológica la escena del coche en la autopista. Desde ahí hasta el final es destornillante.
Esta película sólo tiene un fallo: la traducción del título. En la versión original es Planes, Trains and Automobiles (creo que es evidente su significado), en español ese patético encabezamiento de Mejor solo… sugiere una comedieta estúpida sin más finalidad que pasar el rato. Gravísimo error.
Esta vez, John Hughes fabrica una pelicula redonda. La química entre John Candy y Steve Martin es perfecta. Y añadiré que Martin jamás ha estado entre mis actores favoritos, pero aquí está magistral, de hecho, creo que es su mejor película.
John Candy es uno de mis actores fetiche. Un genio malogrado, un actor como la copa de un pino. Que nadie se engañe, bajo esos papeles de gordo bonachón se escondía un monstruo de la interpretación.
La odisea de dos tipo tan dispares como los personajes que interpretan Martin y Candy en su desesperado intento por llegar a sus hogares en el día de Acción de Gracias es la excusa para hacer un maravilloso estudio de valores tan hermosos y eternos como la amistad, la familia y el amor.
Película que hace reír, que conmueve, que tiene guiños, que encandila, que posee sketches sublimes, que hace pensar, que nos deja pegados al asiento.
Por favor, disipen de su cerebro cualquier prejuicio o estereotipo y prepárense a disfrutar de dos horas de cine con mayúsculas.
Es una suerte encontrarse de vez en cuando con comedias auténticas y buenas como ésta. Lo mismo que fue una providencial casualidad, aunque parezca al principio lo contrario, que el un poco estirado Neal Page (Steve Martin), tropezara con el gordito y simpático vendedor de anillos de cortinas Del Griffith (John Candy), obligados ambos a vivir los azares de un viaje pleno de sorpresas. A Steve Martin ya le habíamos visto en más comedias menos convincentes, porque presumo que trabaja mejor como hombre serio cuando encuentra un compañero como John Candy, pesadito pero amable, pura bondad y humanidad, que es quien lleva la voz cantante como actor cómico. Totalmente recomendable para pasar un divertido rato.