Me perteneces
Sinopsis de la película
Peter Kirk es un atractivo playboy que se ha casado con una atractiva doctora, Helen Hunt. Al poco tiempo los celos van a hacer que Peter sospeche de todos los pacientes masculinos de su mujer, para desesperación de ella.
Detalles de la película
- Titulo Original: You Belong to Me
- Año: 1941
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
Película
5.6
23 valoraciones en total
Peter Kirk, es un multimillonario ocioso, para quien todos los días son de vacaciones. Helen Hunt, es una médica, para quien ir a los Alpes suizos es su compensación por el trabajo de todo un año. Es en estas nevadas montañas –donde tantas personas salen complacidas después de esquiar… y algunas otras salen en camilla hacia un hospital- que, Helen, entre los complacidos, va a conocer a Peter, quien termina como los segundos, pero profundamente a gusto con la singular y bellísima doctora que le ha tocado en suerte.
Desde ese instante, entre ceja y ceja de Kirk –quien entre la prensa tiene fama de playboy- se queda clavado un objetivo irresistible: Enamorar a Helen. Lo va a conseguir, pero ¿conseguirá conservar a una profesional a quien las mujeres buscan por la calidad de sus servicios… y los hombres, especialmente, por su belleza?
Comedia de muchos quilates, con una mordaz crítica contra el machismo y los celos, al tiempo que hace una eficaz apología de la realización e independencia de la mujer, ME PERTENECES fue primero una progresista comedia escrita por Dalton Trumbo, con el título El marido de la doctora (The doctor’s husband), que de inmediato interesó al director Wesley Ruggles, logrando con ella el que, probablemente, sea el punto más alto en su filmografía, después de Cimarrón.
Para dar vida a los especiales personajes, se necesitaba a dos actores de fuerte carisma que dieran la talla precisa y que pudieran compenetrarse profundamente… y ya, la magnífica Barbara Stanwyck y el polifacético Henry Fonda, habían dado prueba de esto en su éxito anterior Lady Eve, que hicieran a las órdenes del gran Preston Sturges. Lo logrado aquí, no desmejora en nada su trabajo anterior y la Stanwyck luce con un esplendor que amenaza con salirse de la pantalla.
El guión, encargado a Claude Binyon, preserva los excelentes apuntes críticos y los magníficos diálogos de Trumbo, y aquel le añade ciertos toques de screwball comedy y varios elementos que desenmarcan la historia de sus orígenes teatrales. Algunos momentos son bien hilarantes, hay lugar para escenas muy románticas, y de situación en situación, Henry Fonda conseguirá dejar muy bien ilustrado lo ridículos que pueden resultar, ciertos hombres, cuando se dejan dominar por los inmaduros impulsos de celos.
Magnífico el personaje de Billings, el jardinero (Edgar Buchanan), la suerte de sabiduría que, en ocasiones, es más fácil encontrar en un hombre humilde en permanente contacto con la naturaleza, que, en aquellos que han leído mucho… pero no han vivido nada. Y muy bueno también el rol de Moody, el mayordomo (Melville Cooper), la suerte de empleado que sabe dar las respuestas que de él se esperan.
Inmejorables las metáforas de que se sirve, Ruggles, para hacer apuntes muy acertados: Los cuernos con que termina Kirk cuando persigue a su esposa hasta la fiesta con el malditamente apuesto, Frederick Vandemer (una suerte de Flash Gordon, en palabras de Helen)… o la mojada que le da Billings a Peter, luego de ofrecerle otra de sus acertadas respuestas.
Con ME PERTENECES, se pasa un rato delicioso.
Título para Latinoamérica: SOLO TUYA
Floja screwball lastrada probablemente por un deficiente guión, ya sea por la historia original de Trumbo ( The Doctors Husband ) o por la adaptación de Claude Binyon y el equipo de escritores de la Columbia.
Desde el grotesco inicio, que me recordó a la también espeluznante Two-Faced Woman – canto de cisne de la Garbo -, pasando por todos los giros existenciales de los protagonistas hasta el ridículo final redentivo – con el sutil mensaje propagandístico tan típico de Trumbo -, todo el peso de la comedia recae en hacer pasar por graciosas las compulsivas reacciones celosas del marido rico ante el trabajo como médico de su mujer y sus pacientes masculinos. El resultado es que Fonda, en vez de parecer celoso, tiene más bien pinta de insoportable oligofrénico. Y no creo que sea por culpa de su actuación.
Lo que me parece más curioso de la película es que otro de esos subliminales mensajitos que suele ofrecer Trumbo, se lo aplicaron a él mismo con todo el peso del Comité de Actividades Antinorteamericanas a posteriori. Paso a desarrollarlo en spoilers.