Mandrágora
Sinopsis de la película
Drama sobre la prostitución juvenil masculina en las calles de Praga. Un joven de 15 años, cansado de su hogar, decide huir y dirigirse a la capital checa, donde comienza a trabajar como chapero . Su vida de sexo y drogas tendrá subidas y bajadas…
Detalles de la película
- Titulo Original: Mandragora
- Año: 1997
- Duración: 126
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Opinión de la crítica
Película
6.4
72 valoraciones en total
He visto Mandragora durante las fiestas navideñas y no hay mayor contraste entre la realidad que nos envuelve durante estos días y el contenido de esta película, dura donde las haya, que nos muestra una realidad que no nos agrada saber de su existencia. Proxenetas, prostitución infantil, corrupción, drogas, desamor… son los temas que trata la película, sin ninguna concesión al sentimentalismo.
En ella el protagonista, un chico de 16 años, se ve sumergido en un submundo de una manera un poco casual y poco a poco se va atrapando más y más como una víctima en la tela de araña, hasta que ya no hay vuelta atrás.
El director nos ofrece una visión realista, casi documental , del mundo de la prostitución masculina en las calles de Praga. Vemos la transformación del protagonista y como va perdiendo la ingenuidad hasta llegar a la desesperación y la soledad más absoluta.
Recomiendo esta película a toda persona que quiera saber de la otra realidad, tan auténtica como la que vivimos cada día. Quizás no nos guste ver el lado oscuro de esta, pero sólo haciendole frente será posible algún día desvanecer esta pesadilla.
En el aspecto cinematográfico, Wiktor Grodecki, realiza un buen trabajo con una dirección, bajo mi punto de vista, impecable y logra con la cámara reflejar toda la expresividad que se puede sacar, sin dejar ningún momento vacío o fuera de lugar.
El dinero puede comprar la carne, la virginidad, la inocencia, la integridad, la dignidad.
El dinero puede comprar la evasión, la huida, el infierno, la soledad y la autodestrucción.
Pero hay algunas cosas que el dinero no puede comprar.
No puede comprar el miedo ni la limpidez en los ojos de un joven asustado.
No puede comprar su dolor, su sufrimiento, ni su martirio constante.
No puede comprar los latidos del espanto, ni de la rebeldía, ni del odio que nacen en lo más profundo del ser.
No puede comprar los gritos sordos de un alma que se pierde en la nada.
No puede comprar lo más íntimo que posee, lo que guarda en esa parte de sí mismo que nadie puede tocar.
No puede comprar su libertad.
La espantosa caída de Marek Nedela, la espantosa caída de tantos jóvenes en las sórdidas y asoladoras garras de la monstruosidad humana, no conoce límites. No hay canción que pueda expresar tanto dolor. No hay palabras, ni lágrimas, ni suspiros suficientes.
No existe un himno, ni un poema para los desgraciados como Marek, porque todo sería inútil para representar la destrucción de una vida que apenas acaba de empezar.
Una cámara, unos chicos, unas calles. Bares, antros, monstruos sin moral ni escrúpulos que mueven ese terrible círculo de la prostitución de los cuerpos, de los sueños arrancados, de las esperanzas destruidas, de las voluntades sometidas, de la prostitución, en definitiva, a aspiraciones patéticas: dinero y drogas para escapar de la repugnante realidad.
Un camino sin retorno, un círculo vicioso sin salida que convierte los días de Praga en el escenario mudo y sangrante de un horror que no tiene fin.
Brutal, hiriente y desgarradora denuncia de los suburbios de una sociedad decadente, vendida y arrastrada por el fango más infame.
Ninguna actividad ilícita representa la sencillez que muchos suponen, se necesita de condición mental para aceptar los hechos y aferrarse al camino elegido, para llegar a su cima con o sin compañía, se debe tener sangre fría y contar con egolatría suficiente, donde el otro difícilmente existe, de no ser así el fracaso al primer madrazo será duro, amargo e incluso podría ser mortal. Aquí se juega el todo por el todo, no hay contemplaciones todos se arriesgan por dinero, se les humilla no hay poder de decisión y se acatan a lo pactado.
Este es el cruel contexto de Marek un chico de 16 años que circunstancialmente se ha topado con un proxeneta, quien lo sumergirá en el mundo del sexo, las drogas y la pornografía como salida facil al entorno hostil que vive con su padre. Es así como a lo largo de dos horas podemos visualizar las implicaciones de una labor dura y sin descanso. Aquí arruinan la vida de unos y a su vez se trunca la de otros, no se les permite salir debido a los que administran el negocio o a la hipócrita sociedad implacable y tolerante que juzga y señala.
Te deja en estado atónito por lo desgarrador de las acciones y sus consecuencias, no es lágrima fácil, pides que se detengan un momento pero en cada minuto que transcurre se complican más las realidades.
Película de la prostitución juvenil checa en estado puro, la severidad del guión me hace compararla con Réquiem por un sueño de Darren Aronofski (Estados Unidos, 2000) o Principio y Fin de Arturo Ripstein (México, 1992).
Sin lugar a dudas notable 8.5
Tercera parte de una trilogía sobre prostitución infantil masculina, Mandrágora es un film difícil de digerir pero que merece ser visto. Estremece e incomoda por la dificultad del tema y la franqueza transparente con la que es presentado. Esa transparencia se puede percibir ya solamente con la elección del reparto de interpretación. Los chicos no son actores profesionales sino menores que se dedican precisamente a lo mismo que sus personajes. Hecho que no afecta a su interpretación que, bajo mi punto de vista, es impecable, sobretodo en momentos de dramatismo.
Toda la película está narrada con realismo (aunque a partir de la mitad de la película se podría hablar de patetismo, más bien). Grodecki coloca la cámara justo donde todo espectador no querría seguir mirando. Praga es escenario y objeto de crítica de una modernización mal llevada. De un turismo entrado en masa tras la caída del comunismo, y unos pueblos checos periféricos que tienen que mal vivir para que ésta brille.
Es un mundo sin elección. Donde a pesar de los intentos de escapada se recae. Donde para sobrevivir se necesita camaradería, sin embargo a pesar de los intentos de camaradería y fraternidad se está sólo. Donde la evasión viene a través de salas de juego, de drogas,… Es un mundo opresivo y así está representado, como una mandrágora: raíz con forma de hombrecitos de olor fétido pero poderes afrodisíacos, cuyo grito mata a quien intenta arrancarla .
Arrolladora (re-)creación de la naturaleza humana. Mienten quiénes dicen que los asesinatos, violaciones, torturas, crueldades… no son acciones y conductas humanas, ellas son la humanidad. Esta película es un auténtico reflejo de la desgarradora naturaleza humana.
Me ha encantado Mandrágora, pero… que a los espectadores nos guste debe conducirnos a una reflexión: y es que más allá de que esto es una película, y que los actores realizan una actuación, para mi gusto, maravillosa, es un problema verdadero: no es sólo una película, es el retrato de un problema real, es el retrato de la realidad y de la naturaleza humana.
Por cierto. He podido comprobar que en algunas webs, aparece reseñada como de género gay (¿?). Es un insulto, que me alegro de saber que filmaffinity no comete: es un drama social basada en hechos reales.