Magic – El muñeco diabólico
Sinopsis de la película
Los espectáculos de magia de Corky empiezan a triunfar cuando los combina con la ventriloquia. Gracias a su muñeco Fats, alcanza pronto la fama. Pero el muñeco, que parece tener una mente propia, quiere controlar a su amo y consigue desencadenar una serie de acontecimientos que sembrarán el terror por doquier.
Detalles de la película
- Titulo Original: Magic
- Año: 1978
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
Película
5.9
80 valoraciones en total
Conozco al Richard Attenborough actor que es magnifico pero en su faceta como director no lo conocía y me ha sorprendido muy gratamente en esta cinta horrorosa, no por su calidad que es al contrario sino por el tormento y el horror por el que deben de pasar los pobres diablos con personalidad múltiple en la que el gran Hopkins aquí lo borda en una de las mejores y mas dramáticas actuaciones de su vida. Es una película tristemente muy olvidada por la critica y los fans del terror y es una lastima pues se trata de una cinta espectacular en casi todo su metraje con altas dosis de humor muy macabro y de locura frenopatica que te ponen los pelos de punta. Las interpretaciones de los tres principales actores son tan sublimes que parecen reales. Para mi una de las mejores producciones de los años 70 sin discusión alguna. Attenborough nos adentra en el oscuro mundo de la magia y la ventriloquia desmesurada y desbordada en un Hopkins aparentemente tímido pero muy funesto si sus propósitos no se ven colmados, creando un clima denso de tensión perpetua durante toda la filmación entre los tres protagonistas o cuatro si incluimos al grosero muñeco. El final es sorprendente y te queda con la boca abierta, aplaudiendo la gran obra que el director británico me ha brindado en una hora y media buenísima contandonos las desventuras de un joven ventriíocuo que anhela llegar al éxito.
Magia es hacer una película como esta en 1978 y que provoque más inquietud que el 90 % de las películas de terror del panorama actual con todo lujo de efectos y trucos a disposición de directores y guionistas. Hablando de esto, seguro que James Wan (el único director que parece merecer la pena del género en estos días) se tropieza con esta película y le da por hacer un remake.
Y es que Magia es una película muy espectacular con muchos alicientes más allá de la interpretación de un adecuado Anthony Hopkins. Es una película muy oscura, inusualmente oscura para la época incluso, que recrea bien las implicaciones psicológicas que derivan de la condición del protagonista. Sin embargo, me hubiera gustado que Attenborough hubiera explotado mucho más la parte del thriller psicológico y hubiera presentado una cinta un poco menos accesible pero mucho más trascendental, ya que se queda en lo superficial en lo que verdaderamente importa de ella. Hubiera estado muy bien adentrarse en la mente de ese Anthony Hopkins y dejar un poco el lado romántico de la cinta que ocupa en el fondo el 70 % de la misma. Ann-Margret está sensacional, pero su personaje y su relación con Coarky nos importa bastante menos que Fats.
Una película ideal que ha envejecido muy bien a la que le falta un poco del cine de Polanski. Acaba siendo casi un slasher en detrimento del factor psicológico que debería reinar en la película, pero no cabe duda de que podría ser uno de los pilares de un género que no tardó en explotar hasta casi entrado el nuevo milenio.
Después de fracasar con la superproducción bélica Un puente lejano, sir Richard Attenborough, dirigió al año siguiente una excelente cinta de suspense que pasó desapercibida. Para interpretarla volvió a contar con los servicios del gran Anthony Hopkins que con su trabajo demostró lo bien que se le daban los papeles de lunáticos.
La película cuenta la historia de un mago de las cartas, llamado Corky, que también se dedica a la ventriloquía, gracias a la cual triunfa en un exitoso programa televisivo. Un buen día lo deja todo cuando los productores de la cadena le obligan a pasar un reconocimiento médico. Decide volver al barrio donde se crió en el que se encuentra una antigua amor de la infancia. Sin embargo, su agente consigue dar con él y descubre la verdadera forma de ser del mago ventrilocuo.
Magic merece la pena porque cuenta con un reparto artístico y técnico de primer nivel. El guión es de William Goldman y está basado en un libro suyo, la música es de Jerry Goldsmith, la dirección de Richard Attenborough y los actores son magníficos. Con estos mimbres era difícil que la película fuese mala. No puedo pasar por alto al muñeco que maneja Hopkins. Una marioneta de facciones inquietantes que le tiene dominado y controlado todo el tiempo. El tímido Corky es manejado a su antojo y le obliga a hacer todo aquello que él por si solo no se atreve. De esta manera resulta paradójico comprobar como es el muñeco quien controla a su dueño.
El filme contiene buenas escenas de suspense y sorpresas varias que atrapan al espectador desde el comienzo.
Y hay quien las crea, para que todos puedan oirlas y hacerles partícipes, sin que se den cuenta, de su locura. Jack Nicholson creó al demente interesado (Alguien voló sobre el nido del cuco), Anthony Perkins al inducido y Anthony Hopkins al loco de atar, al que se esconde detrás de un subterfugio simpático para dar rienda suelta a todo lo que quiere ser pero su timidez no le deja.
En Magic un jovencísimo Anthony Hopkins interpreta a Corky, un mago que ve aumentada su suerte y fama a raíz del uso de un muñeco como complemento cómico de sus trucos. Pero a punto de dar el último salto al estellato, Corky se siente asustado y se retira a una vieja cabaña al lado de un lago donde una antigua amistad resurgirá y enfrentará a sus dos fuertes personalidades…
Hopkins está simplemente brillante en todo lo que hace y en este Magic consigue hacernos creer su papel desde el primer segundo que aparece en la gran pantalla. Está rotundamente vibrante en cada mueca, movimiento de manos y palabra. Hasta tal punto que en mi opinión que recae todo el peso de la película sobre él y es que eclipsa al resto de sus compañeros de reparto.
La historia es narrada quizás con demasiada lentitud y puede llegar a desesperar al más pintado. Sin embargo, a mi me tuvo clavado en la silla hasta la salida de los créditos casi sin pestañear, descubriendo cada minuto como la trama se iba volviendo poco a poco más perturbadora. Añadir también que la historia puede transmitir cierta sensación de déjà vu y es que no es la primera vez que los ventrílocuos forman parte de uno de estos terroríficos cuentos.
Muy recomendable al que guste el terror de antaño, con altas dosis de suspense más que de sustos, un argumento sin demasiados altibajos y uno de los actores más memorables de todos los tiempos.