Macbeth
Sinopsis de la película
Ésta es la historia de un líder guerrero, involucrado en una guerra y que se propone reconstruir la relación con su esposa. Se trata de una de las tragedias más importantes de la literatura. Adaptación de la obra de William Shakespeare.
Detalles de la película
- Titulo Original: Macbeth
- Año: 2015
- Duración: 113
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Opinión de la crítica
Película
6.2
71 valoraciones en total
William Shakespeare ha pergeñado alguna de las obras, iconografías y tramas más perdurables del legado cultural de Occidente. Su fuerza avasalladora perdura inmarchitable tras más de cuatro siglos, fuente inagotable de fascinación y seducción para generaciones de histriones y directores. El mundo del cine no ha sido ajeno al vigor y lozanía de unas obras deslumbrantes que han creado algunos personajes inmortales. Pero pocas veces se ha conseguido llevar con acierto las creaciones del bardo inglés al cine, demasiado deudor de unos textos tan bellos y poderosos que modificarlos pareciera traición. Por ello, la más acertada traslación a la pantalla de Macbeth vino de la mano de Akira Kurosawa y su Trono de sangre (1957), que es una recreación – libre pero fiel – de la tragedia, situándola en el Japón feudal.
La belleza y contundencia del texto es una joya y baste un ejemplo para ilustrar la profundidad psicológica de sus palabras: El más cercano a nuestra sangre es el más cercano a verterla. Por ello mismo resulta tan difícil trasladar al cine la riqueza y filigrana verbal que sustenta su trama. Ahora estamos ante un proyecto ambicioso que bucea en una de sus creaciones más memorables pero que acaba sucumbiendo a las dificultades y trampas de abordar semejante empresa. Permanece la finura y perfección de un escrito sin igual, pero se pierde de vista que lo que funciona en el teatro puede ser anatema para el cine. La servidumbre que conlleva el respeto hacia el material tratado hace que cinematográficamente estemos ante una pieza vistosa, exquisita, muy bien ambientada e interpretada, pero sin alma, sin verdad, sin fuerza, sin convicción.
Se hace difícil explicar los fallos que acumula esta cinta. Solo se hace patente viendo el resultado final y comprobando que sus muchas bondades parciales (fotografía, escenografía, actores, esplendor visual) no redundan en un conjunto satisfactorio. Se olvida que a veces hay que buscar imágenes, metáforas o temas visuales que sustituyan o recreen el texto original – ya que estamos ante un medio que atiende a otras reglas y directrices diferentes del teatro. Y el mero teatro filmado es tedioso, por mucha energía que derrochen sus intérpretes, por mucho dinero que uno se gaste en adornos y oropeles que traten de recrear la época que se refleja.
Película tediosa, cansina (pese a sus muchas batallas y su abundante sangre), repetitiva y fallida. Casi un documento a como no se deben de hacer las cosas aunque se hayan hecho bien y brillen sus buenas intenciones. Imperfecta y decepcionante.
Adaptar a Shakespeare debe ser lo más parecido a un marrón de proporciones épicas para un director de cine. ¿Cómo extrapolarlo a la gran pantalla sin ofender a los salvaguardas de tan magnánima obra? Muchos optaron por el escudo de la versión libre, léase Luhrmann o más recientemente Joss Whedon, pero pocos han tenido el coraje de rendirle fidelidad al espíritu del texto original con tan poca experiencia a sus espaldas como la que tenía el australiano Justin Kurzel antes de asumir tan temible reto.
El director no sólo supera el desafío con sobrada solvencia. Deja para la historia la adaptación total de Macbeth, una traslación casi definitiva que bendito aquél que ose querer rebasarla. Dificilísimo lo tendría para encontrar un binomio tan perfecto entre paisaje y fotografía, fundidos mediante una neblina y un cromatismo arrebatadores, asfixiantes, a la altura de una historia de ambición y poder que conduce a la tragedia teñida en sangre. Cuasi imposible captar de nuevo, con tanto rigor, con tanta eficacia, el obsesivo y peligroso bucle del protagonista por alcanzar su profético destino. Pero, sobre todo, ardua tarea la del pobre desdichado que quiera encontrar sustitutos para una sibilina Cotillard y un poderoso Fassbender. Ellos son, sin duda, los Macbeth perfectos.
Kurzel lo tenía todo: obra de Shakespeare, presupuesto holgado, actores de lujo… y coge todo eso y nos presenta este mejunje de batallas a cámara super lenta, montaje confuso y contemplativo, violines chirriantes, narrativa cachazuda y fotografía sombría, que no hay quien vea un pijo ahí. Tras ver la peli, tienes que ir derecho al oculista a que te gradúe, porque tanta vela y tanta bruma propicia el desarrollo indiscriminado de las dioptrías, cual si fuesen setas de monte en noviembre.
Esta nueva versión de Macbeth, lejos de ser una gesta épica, es un coñazo. Lo podría decir más fino, pero no me da la gana. Es como querer degustar una exquisitez en un restaurante de postín y que te terminen sirviendo un Mcpollo.
No acierto a comprender cómo con estas mimbres Kurzel ha facturado semejante bodrio.
Macbeth de Justin Kurzel es impactante, muy cuidada visualmente y consigue transformar los bellos paisajes escoceses en un infierno.
Empieza mostrándonos a Macbeth como un héroe en el campo de batalla, un luchador con el deseo por lograr la victoria siempre y que es reconocido por los demás por su valentía y cualidades, pero ese deseo por lograr más se ve incrementado por las profecías de las hermanas fatídicas transformándose en codicia y la obsesión empieza a apoderarse de él. En ese momento surgen las dudas, si libra una batalla interior, que queda resulta en cuanto habla con su mujer. A partir de ese momento se transforma, se crea un monstruo y desaparece el hombre, ve sombras y conspiraciones, la locura se apodera de su ser y es entonces cuando su mujer se da cuenta que ha perdido al hombre que amaba para siempre y ya no queda rastro de él.
Fassbender y Cotillard están excelentes, resultando creíbles en todo momento y transmitiendo lo que requiere su personaje en cada situación.
Los impresionantes paisajes de Escocia ven como cambia su color verde por el rojo, esa niebla, la lluvia y la desolación consiguen un descenso a los infiernos muy logrado.
Muy recomendable
Fastidia bastante cuando acudes al cine a ver ilusionado una película de la cual tienes altas expectativas, y llevarte la gran decepción. Habiendo visto las adaptaciones cinematográficas de Macbeth de Orson Welles, Roman Polanski, y del maestro Akira Kurosawa, ésta es sin lugar a dudas la más fallida de todas.
Antes de empezar con la crítica negativa, tengo que destacar que la fotografía y el apartado artístico en general sí que me fascinó bastante, tiene cosas muy interesantes y de gran poderío visual. Lo mismo sucede con la música, muy buena. El problema es que el conjunto en si no funciona, y ambas no acompañan en absoluto a la película.
A mi parecer, el principal fallo del film son la dirección y el guión: ¿como puede una adaptación de Macbeth dejar al espectador tan frío? Escenas importantes de la obra -como el encuentro con las brujas videntes al principio, o el momento en que enloquece- carecen totalmente de fuerza, y dejan completamente indiferente. Las mismas escenas en El trono de sangre una de las tantas obras maestras de Kurosawa -y la mejor adaptación de la obra de Shakespeare a mi parecer- quedan tope grabadas en la mente, y transmiten mucho. Pero aquí ya las he olvidado prácticamente al día siguiente, y ni su intento de hacerlo visualmente bonito ha servido para evitarlo.
Por otro lado, adoro a Marion Cotillard, me parece una actriz excelente. Pero muy a mi pesar, es la peor Lady Macbeth que he visto hasta el momento, pero volvemos a lo mismo ¿culpa suya o de la dirección? Y más de lo mismo con el coloso actor Fassbender, aunque éste está un poco más acertado.
Supongo que de tratarse de otra temática/adaptación, no me habría sentado tan mal, pero tras haber visto los otros Macbeth y encontrarme con esta producción que contaba con tal magnitud de medios y presupuesto, con ese reparto de actores tan increible, etc, que haya sido el film del Festival de Sitges que me haya dejado más frío de todos, y que no haya logrado transmitirme absolutamente nada, ha contribuido a esta gran decepción. Un Macbeth que carece totalmente de dramatismo y que sustenta la totalidad de su película en su apartado artístico ¿cual es su razón de ser?
https://revista.tviso.com/author/ruben-seca/