Los secretos del corazón
Sinopsis de la película
Un matrimonio trata de superar la muerte de su hijo de cuatro años en un accidente automovilístico. Adaptación a la gran pantalla de la novela homónima de David Lindsay-Abaire, ganadora del Premio Pulitzer en la categoría de drama.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rabbit Hole
- Año: 2010
- Duración: 91
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Opinión de la crítica
Película
6.5
67 valoraciones en total
La muerte no afecta a todos por igual,unos se la toman desde el principio con resignación e intentan llorar solos, otros no pueden mas que llorar y llorar, otros cabrearse,otros gritar,otros patalear,otros menospreciar a los de nuestro alrededor,están los que simplemente les destroza, y no pueden seguir con la vida que llevaban.
Todo se refleja en la película, un film absorbente, que te mete en el sufrimiento de los protagonistas, pero siempre desde un modo sutil y con un toque de humor, preciso y muy acertado, pasas de reírte a llorar, casi sin darte cuenta.
Dos muy grandes papeles los de la maravillosa Kidman(que no siempre sabe elegir los papeles, pero que cuando acierta, demuestra que es una gran actriz), y Aaron Eckhart que tiene un magnífico papel en esta película.
Banda sonora muy apropiada, montaje preciso, narración pausada y muy bien hilada, muestra lo que necesita el director y no mas de lo que pide el guión.Y una de las cosas que mas me han gustado, que han sido los escenarios.
Para mi, maravillosa película que recomiendo insistentemente, si puede ser en versión original, gana mucho.
No sé si el drama americano actual pasa bajo la atenta mirada de American Beauty de Sam Mendes aunque el arranque de Rabbit Hole y presentación de su personaje principal, Becca (Nicole Kidman), puede recordar a Carolyn (Annette Bening) cuidando su jardín. El orden e imagen familiar vive en esas plantas perfectamente cuidadas… pero las de Becca están en un estado ‘embrionario’. Algo falla… y más cuando un ‘invitado sorpresa’ te mata una de ellas delante de tus ojos. Toca arrancar lo que se ha convertido en una mala hierba… aunque la que tiene clavada el matrimonio protagonista del filme de John Cameron Mitchell es penetrante y enraizada hasta lo más profundo del corazón.
Siempre he sentido fascinación por estos dramas de matrimonios al borde del abismo por la muerte de un hijo. La habitación del hijo de Nanni Moretti, En la habitación de Todd Field, Todo sobre mi madre de Pedro Almodóvar o Barry Lyndon de Stanley Kubrick son algunos de esos ejemplos. Y en todos ellos siempre me atraído, desde un punto de vista dramático, la devastación terrible a la que son sometidos sus protagonista. Todavía extraña más la dirección a cargo de John Cameron Mitchell después de sus devaneos erógenos y orgásmicos en Shortbus y la genial Hedwig and the Angry Inch. Rabbit Hole no tiene nada que ver con las anteriores pero en menos de una década el director ha sorprendido con cada proyecto en un fascinante rara-avis. El cartel, eso sí, nos avisa: veremos a una calidoscópica Nicole Kidman en diferentes estados emocionales. Pero una vez dentro de la madriguera vemos un extraño hilo en el montaje, con forma de dibujos, que funciona como vaso comunicante con un gran todo. No es que hable del perdón sino del perdón universal para seguir adelante. Un agujero negro existencial que traza el averno de lo desconocido y del que sólo se puede salir mediante la religión o la ciencia, mediante la fe de creer en algo externo que dote de sentido la desgracia.
Es curioso como los personajes de la burguesía americana acometen a su época de la preparatoria o primeros años universitarios ante las crisis personales. La marihuana o la tentativa de infidelidad bajo la mirada de la promiscuidad es un punto en común de Rabbit Hole con American Beauty pero el filme de John Cameron Mitchell no pretende ser una nueva Juegos secretos sin ‘little children’ sino una amalgama del tradicional drama americano con pareja desquebrajada desde un prisma novedoso. Ese prisma lo aporta un personaje que al principio parece erigirse como la evolución de ese hijo perdido pero finalmente es la catarsis del drama y… la salvación. La mejor secuencia de la película se lleva a cabo uniendo ambos momentos en cámara lenta como explosión del clímax dramático de la cinta que deja a esa pareja nuevamente a salvo de esa curva con precipicio pero con un carretera llamada vida por recorrer.
Una gran película, diferente basada en un trío de actores que consiguen un resultado memorable (sería injusto olvidar a Dianne Wiest) y que se entregan a una historia de sentimientos profundos, de soledades, de amarguras, de resabios familiares… en fin de la carne de la que estamos hechos los humanos de nuestro mundo occidental apacible y establecido (excelente la ambientación).
Nicole Kidman está totalmente creíble incluso en algunas situaciones de difícil verosimilitud, y da una lección auténtica de contención y matices en su actuación, soportando el peso de la película. Aaron Eckhart le da muy bien la réplica, con presencia y solvencia y Dianne Wiest consigue dar transcendencia e intemporalidad al positivo mensaje de la película: la solución, la línea de superación y mejora está en ti mismo y en los tuyos aunque el dolor se instale en ti para quedarse.
Ni tan siquiera le hace falta profundizar mínimamente en un tema colateral interesante (la fe frente a la ciencia en estos casos y en general) quizá apostando por la capacidad que tenemos para superarnos, y sin necesitar, por ejemplo, los grupos de autoayuda tan en boga en USA.
En fin, deleite de sentimientos que se agradece con tanto entretenimiento de mensaje vacuo y superficial y una Kidman que parece ir a por todas.
Durante un par de años he tenido que soportar burlas, comentarios, incluso gente que me ha traído revistas de su casa (¡!) para enseñarme que lo mío con Nicole Widman es fanatismo y no realidad.
Ahora, tras terminar de ver Rabbit Hole (Rabbit Hole, 2010) puedo volver a levantar la barbilla, entornar los ojos y mirar de frente para decir: ADORO A NICOLE KIDMAN.
Nicole es dueña y señora de la cinta, te absorbe, te atrae, te contagia en su contención, lloramos con ella, nos estremecemos con sus desgarros, sonreímos cuando lo hace y nos pesa en el alma cada una de las palabras que pronuncia. No ves a Nicole Kidmna interpretar, ella es el personaje, ella sabe dar cada matiz sarcástico, irónico, frío, doloroso. Es un personaje complicado pero ella sabe dar cada mirada y cada gesto en el momento preciso para otorgarle una gran profundidad y complejidad.
Ha vuelto a hacerlo, ha vuelto a gritar entre sollozos, a coger aire con ese timbre tan particular que tiene, ha vuelto a ser ese alma frágil y esa mujer elegante con la piel más bonita del mundo. Nicole Kidman ha vuelto y Rabbit Hole es un recital interpretativo de los que solo una actriz que merece pasar a la historia puede hacer.
La película trata sobre la superación de la pérdida de un hijo por un matrimonio de clase media-alta. Pero no es un drama al uso porque mientras el marido intenta afrontarlo como la sociedad espera y se niega a perder el recuerdo de su hijo, ella parece por momentos querer olvidarlo todo y simular que no ha ocurrido, que su hijo no ha existido. Pero son todo lecturas que yo saco porque el filme rueda y eres tú el que va sacando las lecturas del viaje que te propone.
El otro gran tema de la cinta es la búsqueda de consuelo tras una pérdida: los grupos de terapia, la religión, la familia, experiencias similares, el cónyuge… cada uno busca el alivio en un lugar diferente.
La película trata sobre el dolor y esto no es sencillo de explicar.
El guión se basa en una novela ganadora del Pulitzer que por supuesto no he leído y que no tendría inconveniente de hacer ahora, tiene unos diálogos muy sabios, muy estudiados y muy profundos, y sin en embargo nunca cae en el maniqueísmo o en la pomposidad. Está en la barrera, pero que en gran media es por lo bien dirigida e interpretada que está.
Hay más que apreciar sobre el guión y es lo bien sembrada que está la información, la forma en la que te vas enterando de quién es quién y qué relación tiene en la historia sin explicaciones absurdas sino avanzando hacia delante la historia. Como lo hace la vida (que se nos muestra en una escena de manera muy pulcra).
No puedo empezar esta crítica de otra manera: Cinéfilos, Nicole Kidman ¡¡ha vuelto!!. Así es. Después de unos cuantos años dando tumbos en el panorama cinematográfico (que si Australia, que si Invasión, que si La brújula dorada,… en fin, toda una serie de sinsentidos) una de las mejores actrices de Hollywood vuelve, y además a lo grande. Si algo tiene Rabbit hole que se deba destacar por encima de lo demás, son sus intérpretes principales. Tanto Nicole Kidman como Aaron Eckhart realizan unas actuaciones magníficas. De hecho, en todo momento, he tenido la sensación más de estar viendo a dos personas sufriendo un dolor interno que a dos actores haciéndonos creer que sentían. Además, el director ha plasmado en cada fotograma una sensibilidad supina, dificil de superar. Intenta evitar en todo momento mostrarte o dejarte claros los sentimientos de los personajes principales, y en lugar de eso prefiere hacerte intuir qué es lo que les pasa. Desde un principio te deja claro que alguna especie de drama han vivido sus personajes, una desgracia que no han conseguido superar. De ahí en adelante deja de ser directo para dejar al espectador que llegue a sus propias conclusiones. Eso, en una dirección, es de agradecer. Por último, y por no centrarme nada más que en dos o tres aspectos de la película, me pareció también remarcable la actuación de Dianne Wiest, una actriz que nos tiene acostumbrados a papeles modestos, pero con una gran calidad y carga emocional, y aquí no es para menos.
Rabbit hole es una historia dura, muy dura. Es un drama, pero no sensiblero. No manipula, sino que realmente llega a conseguir, casi desde su inicio, que el espectador empatice con ella, y, por supuesto, con sus personajes.