Hombre rico, hombre pobre (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
Miniserie de TV de 9 episodios. Adaptación de un best-seller de Irwin Shaw que ganó cuatro premios Emmy. Narra la historia de los hermanos Jordache, cuyas vidas siguen caminos muy distintos. Mientras que uno de ellos alcanza con el tiempo el poder y la riqueza, el otro llega al borde de la destrucción. Como telón de fondo la guerra de Corea, las revueltas estudiantiles y la lucha de los negros por los derechos civiles.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rich Man, Poor Man
- Año: 1976
- Duración: 720
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes descargarte una copia la película en formato 4K y HD. A continuación te detallamos un listado de fuentes de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
Película
6.7
44 valoraciones en total
Fiel al libro de IRWING SHAW, publicado en 1.969, cuando el autor contaba 55 años. La obra ha sido bien adaptada
a televisión, gestionada con un buen puñado de actores que aportan credibilidad a una historia visualmente potente.
Una serie cuidada a la que el tiempo no ha maltratado, con un diseño de producción ágil y bien estructurado. Se ofreció una segunda parte, debido al éxito de la primera, nominaciones premios y audiencias, y aunque fue acompañada de éxito comercial, se había perdido la esencia de la primera.
Después de cuarenta años, HOMBRE RICO HOMBRE POBRE, se mantiene con idéntica fuerza que en el momento de su estreno en televisión.
Pude recuperar esta serie para verla de nuevo y me ha encantado, pues lo único que se muestra anticuado, son los peinados y las ropas de las protagonistas femeninas.
El retrato de una familia desarraigada y ofrecida con cantidad de detalles de esos que llegan y enganchan por intemporales.
Fiel al libro de IRWING SHAW, publicado en 1.969, cuando el autor contaba 55 años. La obra ha sido bien adaptada para entregarse con mayor fuerza dramática.
Un gran trabajo dotado de frescura y talento.
A finales de los setenta la más escalofriante encarnación del mal fue, sin lugar a dudas, Falconetti. En su vertiente más mezquina y barriobajera, se entiende. Contados eran los niños que no manchaban los gallumbos ante la simple mención de su nombre. Poco más adelante le surgió un duro competidor, aunque éste procedía de una acaudalada familia texana dedicada al negocio del petróleo. Socialmente antitéticos, en efecto. Nos estamos refiriendo al malvado J.R. Ewing, uno de los protagonistas de Dallas. Pero retornemos a Hombre rico, hombre pobre.
La serie en cuestión se emitía por Televisión Española en horario de máxima audiencia dentro de un célebre formato de programa denominado Grandes Relatos. Narraba la contrapuesta trayectoria social de dos hermanos, Rudy (Peter Strauss) y Tom Jordache (Nick Nolte), cuyas respectivas evoluciones se verían salpicadas por dramáticos acontecimientos repletos de codicia, lujuria y escándalos. Probablemente constituyó el primer serial concebido para espectadores adultos que disfruté con disciplinada regularidad, sin perderme un solo capítulo. Bueno, la verdad es que no fui el único. Hombre rico, hombre pobre alcanzó un extraordinario éxito capaz de paralizar a todo un país ante la pequeña pantalla para gozar y padecer de las venturas y desventuras de los hermanos Jordache. Los otros dos vértices de ese metafórico rombo dramático los completaban la atractiva Julie Prescott (Susan Blakely) y, como no, el diabólico Falconetti (William Smith). El pendenciero estibador portuario no obtuvo el reconocimiento profesional que espoleó las respectivas carreras de Nick y Peter, pero personificó, indiscutiblemente, la clamorosa popularidad que cosechó la miniserie. Para los privilegiados que no lo hayáis conocido, tan solo advertiros que era tuerto y que su imagen física recordaba vagamente la de otro malo memorable, Jack Palance.
Y por si fuera poco, la serie era excepcionalmente didáctica. Al margen de favorecer mi asimilación total y absoluta de diversos término del léxico italiano (como por ejemplo vendetta), me instruyó sobre el correcto manejo del garfio y me demostró fehacientemente como un ser humano podía tragarse un botellín entero de coca-cola sin pestañear. Eso sí, eructando preceptivamente al final.
Un hito.
Una interesante serie que a pesar de mi corta edad quedó grabada en mi mente como para volver a visionarla de nuevo. Todo un mito para la época en que se emitió. El tema de las diferentes escalas sociales era algo que movía masas.
Es de las primeras imágenes televisivas que recuerdo en mi vida junto a Mazinger Z, Yaki y Nuca, Sabadabada, Starsky & Hutch y otras tantas. Si bien, no recuerdo ni la trama, ni a los personajes, sí que se me viene a la cabeza recuerdos de que había un tal Falkoneti (con un parche en el ojo, creo) que era lo más malo del mundo. Recuerdo que la serie era cita obligada a todo ser vivo con televisor. Y recuerdo que en casa se vivió el último capítulo con un interés espectacular. Imágenes sueltas de ese último capítulo es lo que aun perdura en mi cabeza.
Creo que aun así no estoy capacitado para valorar esta serie, pero guiado por mi instinto, le meto el 8.
Varios años más tarde, oí que el actor que hacía del Falkoneti, no quiso hacer tras la serie, ningún otro papel de malo. Por lo visto, el hombre cuando caminaba por la calle, recibía pedradas acompañada de insultos de los viandantes. Y esto es curioso… de igual manera que la actriz Jennifer Love Hewitt, encargada de encarnar al personaje vidente de Entre fantasmas en la actualidad, dice recibir cartas pidiendo ayuda de gente con familiares recientemente fallecidos.
Esto te hace pensar que hay mucha gente que no sabe distinguir lo ficticio de lo real. Incluso aquí, en filmaffinity, puedes leer cientos de críticas de gente tratando de hundir a una película por no saber distinguir lo ficticio de lo real, un claro ejemplo podría ser Apocalypto.