Los Dreggs
Sinopsis de la película
Cuando una criatura come-hombres de las cavernas aparece con una fortuna en diamantes en bruto en torno a su cuello, la hija del doctor Chambers, Denae, contrata a uno aventureros de rescate para encontrar la fuente subterránea de las joyas.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Phantom Empire
- Año: 1989
- Duración: 83
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Opinión de la crítica
Película
3.5
28 valoraciones en total
Fred Olen Ray, gran cultivador de la roña espacial y del arte popular bajuno en general, intenta, con The Phantom Empire, dar una vuelta de tuerca ochentera y psicotrónica a lo que gente como Michael Carreras o Kevin Connor hicieron por el cine de aventuras de serie B en los años 60 y 70, incluso a lo que realizó el bueno de Roger Corman en sus primeros divertimentos prehistóricos. Tirando del hilo, uno llega a ese mundo perdido que nos mostró Harry Hoyt, aunque ahora el legado de Verne y Burroughs se regurgita en clave inevitablemente cómica, en lo que viene a ser una parodia indisimulada de este tipo de cine/literatura de evasión.
Pese a abrirse con una surrealista decapitación, la película pronto deja a un lado la sombra del gore y se sumerge en una clásica (y blanca) aventura fantástica con personajes carismáticos y cientifismo de manual, casi se diría que una visualización desprejuiciada -y también un poco mongui- de lo que un niño soñaría tras leer Viaje al centro de la Tierra si tuviera cierta inquietud por el cine de terror o por las hazañas épicas de un Richard Corben.
Batiburrillo pop con Sybil Danning luciendo escotazo y Jeffrey Combs paseando su graduado en la prestigiosa universidad de Miskatonic, la película es un desastre autoconsciente hecho con cuatro duros que busca la complicidad de su público potencial (no me preguntéis cuál es) apelando a lo más bajo del arte popular, una odisea chorra plagada de anacronismos, amazonas buenorras y chistes malos que encuentra en el sentido del humor y el sense of wonder más cafre sus principales razones de ser. Pues eso, tan mala como entrañable.
Lo mejor: su delirio absoluto, su falta de mesura.
Lo peor: lo chapuzas que resulta todo.
Los Dreggs es una de esas películas ochenteras (los cardados la delatan) que salían directamente en video y que intentaban suplir la falta de capital con personajes estereotipados e historias imaginativas. Con frecuencia la puesta en escena parecía la que podrían rodar hoy en día cuatro amiguetes en la sierra con su cámara de video. Unas chicas bonitas luciendo palmito (esas las hay de todos los presupuestos) y un guaperas marcando paquete redondean el plantel.
Los títulos de crédito duran más allá del minuto 10, intercalándolos con escenas de la película. Todo el mundo tiene que enterarse de quienes han participado en esta maravilla.
Veamos algunas de las perlas que nos ofrece el guión. Al inicio un hombre sufre el ataque de una criatura con una máscara de monstruo de los chinos. Entonces contrata a un detective y su compañera para adentrarse en las profundidades de una gruta para buscar al bichejo. Las historias cuentan que en las profundidades hay una cámara cubierta completamente de piedras preciosas.
Digamos que es Viaje al centro de la tierra de Verne pero en plan yanki y obviando cualquier lógica científica.
– ¿Vamos a hacer espeleología? Vayamos en vaqueros ¿para qué pensar en la libertad de movimientos y mantención del calor corporal?
– Las criaturas son voraces carnívoras ¿para qué vamos a ir armados hasta los dientes?
– Vamos a adentrarnos durante semanas en una cueva ¿para qué llevarnos comida, sacos de dormir, herramientas, etc.? Llevamos una mochilita y listos. La prota lleva un bolso de señora en lugar de mochila. Alucinante.
– Aparece una cavernícola en bikini que era prisionera de las criaturas. He de suponer que la chica ganó el concurso de belleza Miss Alabama y esto es lo mejor que consiguió.
– Cuando las criaturas atacan, no lo hacen con sus enormes dientes, ni golpeando con los puños. Se limitan a agarrar y pegar tirones.
Luego llega la parte futurista, en la que destaca una rubia con los pechos más grandes que la cabeza y unas hombreras más grandes que los pechos. Llegaban los 90. Sí, es la de la cartelera.
– Tiene naves espaciales y robots, pero su arma no es una pistola de rayos láser, si no una espadita calcada a la de he-man
– Salen escenas de dinosaurios, pero me huelo que están sacadas de otra película distinta, porque unca se ven humanos y dinosaurios juntos.
En fin, una puesta en escena muy infantil que sirve para echarte unas risas. Sólo para fans de las cutrepelis de los ochenta. En esa época en TVE (la única cadena que había) sólo se emitían clásicos de Hollywood y la única carne que se mostraba eran las azafatas del 1, 2, 3. Estas pelis que ahora parecen cutres y desfasadas en esa década eran una delicia para los sentidos.