Los chicos del Preu
Sinopsis de la película
En Madrid, varios jóvenes muy aficionados a la música están a punto de ir a la universidad. Algunos de ellos conocerán el primer amor o tendrán que sufrir el rigor de un intransigente catedrático que en raras ocasiones aprueba a sus alumnos. Otros, en cambio tendrán que afrontar problemas más serios: la difícil comunicación con sus padres o los esfuerzos de éstos para pagar sus estudios.
Detalles de la película
- Titulo Original: Los chicos del Preu
- Año: 1967
- Duración: 88
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes conseguir una copia la película en formato HD y 4K. Seguidamente te citamos un listado de fuentes de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
Película
4.7
37 valoraciones en total
Pedro Lazaga consiguió hace ya más de cincuenta años dirigir de manera muy correcta una película divertida, sobre todo para aquellos entonces en que la candidez era un atributo generalizado de aquella Epaña que entraba poco a poco en la modernidad. Un buen guión de Pedro Masó le da un ritmo narrativo muy acorde con una peli cuasi musical que habla de unos jóvenes con aficiones cantarinas que cursan el último curso tras el Bachillerato que entonces se llamaba Preuniversitario. El Preu era casi la iniciación a la edad adulta, cuando los jóvenes se ennoviaban y se disponían a acometer, al año siguiente, sus estudios universitarios, tras unas duras pruebas pues el Preu era muy difícil.
Por supuesto y como digo, las relaciones entre jóvenes eran bastante modositas pues con Franco y una potente moral católica la cosa no daba para más.
Yo diría que esta cinta es ya un clásico de nuestro cine con sus dosis de ñoñería y sensiblería pero con gracia y encanto, como otras pelis de Lazaga. A ello se une el toque Masó que con su saber hacer consiguió una obra muy exitosa en su momento y que batió records de taquilla.
Era una película decorosa, pulcra y de la que guardo un bonito recuerdo. No había grandes conflictos y los que había se resolvían rápido con un abrazo o un besico. Romances de la época, lindas chicas como Karina la cantante de éxito, o el bien plantado y cantante igual Camilo Sesto plan muy joven. Emilio Gutiérrez Caba, María José Goyanes o Cristina Galbó que ya apuntaban maneras. Sin olvidar a Margot Cottens, Rafela Aparicio, José Orjas, López Vázquez o Alberto Closas, todos muy bien.
Aunque yo aún no estaba en Preu, mi tiempo se acercaba pues fui yo la última hornada Preu y la peli también te ayudaba a hacerme una idea de cómo iba a ser la cosa. En resumen, película entrañable pues esto del cine está muy vinculado con la edad en que se visionó la película y las resonancias emocionales que tuvo en uno.
A mí, el recuerdo de este film me produce cierto efecto añorante e incluso melancólico.
Las hemos visto mil veces, esas películas de instituto americano que pasan con más pena que gloria por las pantallas pero ¡ay amiga! si salen las calles de tú ciudad y los personajes y situaciones entran en el acervo común te toca la fibra sensible de la nostalgia.
El prolífico Pedro Lazaga tiene la fórmula para contarnos una historia, no se complica con los personajes, definidos desde el primer fotograma, con un guion que se sustenta en los problemas universales de la adolescencia que lleva a estos chicos de aquí para allá durante un curso preuniversitario y que tras tanta experiencia como director de cine lo resuelve con solvencia.
Junto a actrices y actores profesionales encontramos otros prometedores que empiezan una dilatada carrera y otros más enfocados al mundo de la música yeyé y aquí quiero destacar a una olvidada Marta Baizan que junto a Karina o Camilo Sexto resulta una gran desconocida que para más abundancia en un momento de la proyección defiende que para qué sirve estudiar si después te encuentras a tu príncipe azul te casas y lo dejas todo como así parece que le ocurrió tras unos pocos epes sin ningún éxito y algún papel más desapareció sin vuelta atrás para ser simplemente rescatada décadas después en algún recopilatorio de cantantes españolas yeyés.
A no perderse un par de postales madrileñas: el arranque de los créditos con la pandillita paseando por ese Madrid del 67 entre un público atónito a lo nueva ola francesa mientras suena Los chicos del Preu y una escena costumbrista del mercado de Legazpi que atentando contra toda ley laboral podías ganarte un dinerillo descargando camiones codeándote de madrugada con el lumpen madrileño.
Como rezaba el cartel de promoción: A los 17 todo es importante y es que ninguna generación lo ha tenido fácil a esa edad cuando eran insultados con palabras como melenudo y yeyé.
Pues me ha gustado, que queréis. No es una obra maestra ni falta que le hace, pero entretiene. Cierto que a los chavales jóvenes y no tan jóvenes les podrá parecer jurásica y hasta risible, es lógico, pero esa época existió y la película la muestra con bastante fidelidad. Con sus pequeñas exageraciones propias de una comedia, por supuesto, pero muy fiel a la realidad. Por cierto, para el que no lo sepa, el antiguo PREU (Preuniversitario) era el equivalente al posterior COU, o sea, al actual último curso del bachillerato de la LOGSE.
Dirección muy correcta y con buen ritmo del solvente Pedro Lazaga, guión divertido que mezcla comedia con los típicos romances adolescentes, muy inocentes, castos y puros, faltaría más (hablamos de 1967) y números musicales a cargo de unos por entonces críos Karina y Camilo Sesto, simpatiquísima la primera y mucho más soportable que de adulto el segundo. Bien reflejado el ambiente preuniversitario de entonces, aunque lógicamente edulcorado y sesgado, puede que demasiado. Algún toque de conciencia social muy buenista , como no podía ser menos.
Del resto de interpretaciones destacan, entre la chavalería, unos excelentes Emilio Gutiérrez Caba y María José Goyanes, que ya iban para figuras, así como Cristina Galbó. En cambio resulta demasiado soso un irreconocible Pedro Díez del Corral, nada hacía presagiar el buen actor en que se convirtió. Entre los mayores, perfecto como casi siempre Alberto Closas y destacar a uno de mis secundarios favoritos del cine español, el gran José Orjas. Pero José Luis López Vázquez presenta su peor versión, la que yo llamo ozorista , o sea ridículamente sobreactuada.
En resumen, divertida comedia sesentera, con un muy digno nivel de calidad global en cuanto a guión, dirección e interpretaciones y muy superior a otras de semejante tema y época (la mediocre Margarita se llama mi amor , por ejemplo). Eso sí, mucho más recomendable para carrozas que para jóvenes watsaperos .
A estas alturas es un clásico del cine español aunque el film es demasiado sensiblero y artificioso como para satisfacer del todo. Pero aparte de tales defectos la cinta guarda la gracia y el encanto que siempre caracterizó al cine de Lazaga, el responsable de muchas películas de grato recuerdo
que aquí filmó con decoro y simpatía una historia acaramelada donde cada vez que existe un conflicto como una pelea entre compañeros, una bofetada mal dada por motivos de índole sentimental o un suspenso inesperado se resuelve todo al momento con una sonrisa, con un beso o con un abrazo. Pedro Masó planificó un producto comercialmente hábil y de hecho la obra triunfó plenamente en taquilla. Los chicos del Preu refleja una época de la sociedad española digna de ser añorada y es una película sana despojada de todo lo que no sea decoro y pulcritud.
Creo que fue en esta película donde conocí al gran Emilio Gutiérrez Caba. Yo por aquel entonces tenía que ser muy chica pero por algún motivo me impactó la presencia melancólica del actor, su aire distraído y relajado, su naturalidad en pantalla. Después he podido comprobar que es uno de los mejores actores españoles que el cine ha dado.
En «Los chicos del Preu» su Andrés es un buen hombre en esencia pero también con las debilidades propias de la juventud inexperimentada, con un punto de inocencia refrescante común a todos los personajes. Esta juventud de «Los chicos del Preu», la de finales de los años sesenta, va a las discotecas, fuma, baila, se pone vestidos cortos, toca en grupos de música y entre ellas hablan de chicos con toda desenvoltura. Eso sí, hay un respeto máximo de todos para todos, y eso es algo que realmente se agradece.
La película es básicamente agradable, entretenida, como digo inocente a pesar de los distintos pequeños dramas que viven los «chicos del Preu» y sus familias. Realmente la historia que de verdad destaca es la de Andrés y Loli, con una muy mona Cristina Galbó. Ella, Loli, me parece un personaje interesantísimo: es una mezcla incomparable de sumisión y autoridad. Tan tierna y dulce como dura y orgullosa. Una mujer con carácter, aparentemente blanda pero celosa y posesiva, entregada y altiva. Su escena en el hospital con Andrés te emociona sinceramente. Muy bonito.
Pasable.