Lobos humanos
Sinopsis de la película
A un policía de Nueva York se le ha asignado la investigación de una serie de terribles crímenes, aparentemente cometidos por un hombre lobo. Para atrapar al criminal cuenta con la colaboración de un médico forense. Sin embargo, el caso se irá haciendo cada vez más oscuro.
Detalles de la película
- Titulo Original: Wolfen aka
- Año: 1981
- Duración: 115
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Opinión de la crítica
Película
5.8
79 valoraciones en total
Juraría que es la primera vez que la veo, pero he soñado con imágenes de esta película, los lobos, las ruinas y la iglesia. Qué extraño ¿no?
Lobos Humanos es una película de terror, pero de una clase muy particular en la que el origen del terror es una forma de espiritualidad atávica, la pura rebeldía de la naturaleza que emparenta al hombre con la única pureza posible, que es la que emana de los más puros instintos animales. Los indios y los lobos son las dos grandes estirpes que Norteamérica persiguió y desplazó a través de los tiempos obligándoles a alejarse de sus territorios y a cortar por lo sano los vínculos animistas que los unían, a unos y a otros, a ambos con sus propios orígenes en la tierra.
Como ya haría Shyamalan en El incidente (aunque a una escala más planetaria) el hombre tiene que enfrentarse a las consecuencias de sus actos y en esto se basa la mecánica terrorífica de esta película, es decir, en el poderío de un elemento al que creímos dominar hasta que decidió aplastarnos con secretos que habremos perdido para siempre al alejarnos de nuestra raíz y al arrancar a aquellos que todavía guardaban la esencia de lo que fuimos.
El instinto humano es algo complejo y en cierto modo hermoso, pero cuando más afines nos encontramos a la propia humanidad, más despreciamos aquello que nos rodea, sostiene y alimenta. Y en este sentido, al anticiparse al talión que ejercerá un día la naturaleza contra nosotros, sus peores parásitos, Lobos Humanos se convierte en un adelantado y sangriento alegato ecologista en torno a un tema que nunca ha estado de más candente actualidad.
– ¿Porqué te hiciste policía?
– Porque me gusta matar
Seguimos siendo lobos.
Un importante hombre de negocios, su esposa y su guardaespaldas aparecen muertos, descuartizados, el veterano detective Dewey Wilson (Albert Finney), descubre que asesinatos similares han estado aconteciendo en Nueva York desde hace tiempo, pero hasta ahora las víctimas eran sólo indigentes.
La agente Rebecca Neff (Diane Venora) y el forense Whittington (Gregory Hines) participaran en la cacería del asesino con el detective Wilson, pero las investigaciones los conducirán hacia ciertas leyendas de los indios.
El título original no se refiere al apelativo alemán para lobos , sino que es una contracción de las palabras inglesas wolf (lobo) y men (hombres).
Pues las criaturas de la película no son hombres lobo tradicionales, son una especie de fusión anímica entre el indio americano y el lobo.
Los indios se convierten en lobos como reflejo de su unión con la naturaleza, seres que son lobos casi humanos, tanto en la inteligencia como en el aspecto, siendo una especie híbrida de lobo y hombre, aunque con las características principales del lobo.
La idea planteada sería, una manifestación de la espiritualidad del pueblo indio, los lobos habitan en una iglesia abandonada, que representa el reflejo de la espiritualidad de los americanos, la unión del hombre con la naturaleza es singularizado por los lobos, por lo cual aquí, lo salvaje, la parte bestial del humano, no es el lado oscuro del hombre, sino su unión con la naturaleza y la tierra.
La película genero por venta de taquillas la cantidad de $11 millones en EEUU solamente, además recibió seis nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, incluyendo cuatro a los Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films por mejor actor: Albert Finney, mejor director, mejor guión y mejor film de horror.
A la sombra de otros films de hombres lobo más conocidos como Un Hombre Lobo Americano en Londres o Aullidos tenemos estos Lobos Humanos que con una historia simple sobre la investigación de unos asesinatos logra una de las mejores películas de hombres lobo (cosa no muy difícil) gracias a la buena dirección del desconocido Michael Wadleigh, cuyo único referente era haber rodado la película Woodstock. Aquí demuestra un dominio de la cámara excepcional logrando momentos muy buenos gracias a la buena ambientación, la fotografía y la excelente banda sonora.
Un pero es que no tenemos transformaciones ya que se trata de personas que se transforman en lobos, vamos como los lobos maricas de Luna Nueva. Eso sí, no están exentos de ferocidad porque la película nos enseña buen gore para tratarse de 1981.
Buenos actores, buen director, banda sonora inquietante y escenas sangrientas al servicio de un guión algo simple. Film entretenido a pesar de ser largo.
Destacar la visión nocturna de los lobos que años después seria utilizada en Depredador por John McTiernan.
Lo mejor: Es una de las mejores películas sobre hombres lobo.
Lo peor: Que otros films inferiores tengan más prestigio.
La frase: Matan para sobrevivir, para proteger su terrritorio, su familía. El hombre mata por menos.- Un indio.
Aunque posee cierto interés, y en general resulta entretenida, la mayor parte del metraje se desarrolla de manera demasiado plana. El argumento puede vanagloriarse de no pocos aciertos, pero su realización es en ocasiones tosca y estereotipada (prueba de ello son las mareantes y nada atractivas visiones subjetivas de los cánidos). Un particular canto a la naturaleza que parece haberse esfumado en el tiempo.
Un empresario millonario, y su esposa, son masacrados por alguien o algo que solo se nos muestra a través de sus ojos (estas, y las posteriores imágenes de la amenazas, se nos muestran alteradas con una cierta saturación en los colores, al estilo de esos extras que tenían las videocámaras caseras de los 80, tomadas a unos 60 cm el suelo) como una forma que cerca y ejecuta a ambos y al duro chofer (un negro que había militado en los Ton Ton Macoute) guardaespaldas que los acompaña, presumiendo por el título de la película y por la pinta y actitud que tiene un joven Edward James Olmos que al comienzo hemos visto en plan lobezno encima de uno de los pilares del puente de Brooklyn, que la cosa apunta a licantropía y tema étnico.
Dewey Wilson (Albert Finney) es el policía encargado del caso, un tipo duro que luce como primo hermano de Harry Callahan ( Dios, las armas y las agallas hicieron América reza en un letrero que adorna su despacho, mientras le oímos decir que es policía, que le gusta matar y que es una costumbre a la que ha cogido cariño), y Rebecca Neff (Diane Venora) es la experta en terrorismo que le ponen de acompañante ante el desconcierto que sume a la policía por el extraño modo en que aparecieron los 3 cadáveres.
Basada en una novela de Whitley Strieber (autor también de las historias adaptadas en El Ansia 1983 y Communion 1989 ), y dirigida por Whitley Strieber (el tipo que tuvo a Martin Scorsese como asistente en esa magnífica joyita llamada Woodstock 1970 y que formo parte en la fotografía de ese magnífico documental de obligada visión y disfrute sobre Janis Joplin, Janis 1974 ), estamos ante un vacilón thriller de estética setentera (rodado a principios de los 80) que conjuga de maravilla esa atmósfera de duros policías soltando frases de esas que en su día era tachadas de fascistas, reaccionarias y demás memeces (seria risible hoy en día tomarse en serio estas salidas de pata de banco producto de una época que ya las usaba en plan vacile), con licántropos haciendo lo suyo, maldiciones indias sobre fondo ecologista, y una Nueva York excelentemente fotografiada dando brillo y esplendor a todo ello.
Sigue en spoiler por falta de espacio: