Lío en los grandes almacenes
Sinopsis de la película
Barbara (Jill St. John), la hija de Phoebe Tuttle (Agnes Moorehead), una millonaria poseedora de una importante cadena de grandes almacenes, se ha enamorado de un personaje honrado pero un tanto alelado llamado Norman Phiffier (Jerry Lewis). Para que su hija compruebe su incompetencia, su adinerada progenitora empleará a Norman en uno de sus establecimientos otorgándole los trabajos más difíciles y variados. Así pasará por la sección de deportes, zapatería, alimentación, mobiliario, etc.
Detalles de la película
- Titulo Original: Whos Minding the Store?
- Año: 1963
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
6.4
30 valoraciones en total
Escribía Groucho Marx en su libro Groucho y yo : Un crítico destacado escribió recientemente sobre una obra: Esto no es tanto una crítica, más bien una confesión. Pase buena parte de la noche última riéndome con una obra muy mala . Continúa el genial humorista diciendo: Ahí tienes. Ese crítico se pasó la velada riendo, pero finalmente decidió que era una obra muy mala. La única pretensión de ésta era hacer reír a la gente, y lo conseguía. Lo único que prometían era una comedia divertida, pero eso no era suficiente para el crítico aludido .
Perteneciente a ese lustro afortunadísimo (1960-65) en el que Lewis brilló como actor y como director, Lío en los grandes almacenes es un claro ejemplo de como este extarordinario comediante se había ido apartando de su desmedido histrionismo en patéticos gags que no lo requerían. Ahora, y ya desde comienzos de dicho lustro, todo encaja. Gags de mucho nivel combinados con la mímica más comedida de este genio dan como resultado secuencias brillantísimas que provocan una carcajada tras otra. Y en Lío en los grandes almacenes tan pronto nos doblamos de la risa como abrimos la boca asombrados y admirados del derroche de talento que exhibe Lewis en escenas como la de la máquina de escribir o cuando le dan a probar el paté de hormigas.
La dirección de Frank Tashlin es perfecta. Saca el máximo partido de todo lo que tiene a su alcance: del uso del color, de los punzantes y lucidísmos diálogos, del efecto subyugante de los grandes centros comerciales y, por supuesto, de las habilidades de Lewis y del resto de actores y actrices.
Como los grandes directores Tashlin hace fácil lo difícil. Y como nos reímos tanto, parece que no tiene importancia su trabajo y el de Lewis. Pues no, a mí no me la dan. Yo no soy como el crítico del que hablaba Groucho. Yo pasé hora y media riéndome y la película me pareció MUY BUENA.
Recuerdo que siendo joven y hace mucho tiempo, un sábado por la tarde en La Primera de TVE pude contemplar esta maravilla de película en companía de mi madre de mi abuela materna.
Pasamos una tarde francamente en la cual los tres, nos partimos el culo de la risa que nos dío, al ver las patochadas de mi admirado Jerry Lewis en esta película, creo que hasta el momento no nos habíamos reido tanto como en la película que les estoy comentando.
Bien es cierto que Lewis era en aquellos momentos, uno de los actores cómicos de mayor éxito en las décadas de los años 50 y 60, que sin duda fué para el su época más brillante y dorada protagonizando estas comedias,en colaboración con el gran Frank Tashlin, para mi uno de los mejores directores de cine de comedia, con el cual el duo Lewis & Tashlin harían juntos una filmografía de brillantes y estupendas películas del género de la comedia.
Cabe destacar entre muchas de sus divertidas por no decir desastrosas escenas, la de la máquina de golf y la de la aspiradora que todo lo traga a su paso esta última sin duda una de las mejores y más divertidas secuencias jamás filmadas de toda la película.
Un título que se debería recuperar para el mercado del DVD o del los futuros formatos audiovisuales Blue Ray Disc y HD-DVD pero que sin duda recomiedo ver, para todos aquellos que quieran pasar un rato de lo más divertido.
Si no fuera por ese marcado tufo a ego que lo lleva, ¡en tantos filmes!, a autoelogiarse o a buscar ser elogiado. Si no fuera porque se vuelve tan reiterativo el jueguito de jugar a hacerse el tonto, para enseguida descrestar con salidas ingeniosas. Si no fuera por ese afán tan evidente de aprovecharse (besos y más besos por abuso de poder) de las chicas preciosas que lo acompañan como actrices. Si no fuera porque succiona tanto de los grandes clásicos poniéndonos, inevitablemente, en un punto de comparación donde él casi siempre pierde. Y si no se repitiera tanto a sí mismo toda vez que siente que una rutina le funciona bien… creo que el cine de Jerry Lewis, no sólo se pondría en alto sino que conseguiría divertirnos un poco más.
LÍO EN LOS GRANDES ALMACENES se enreda en el colador porque contiene de todo lo que hemos dicho, es decir, Lewis se refleja aquí con todas las debilidades que, en su inconsciente, pugnaban siempre por salir a flote. Después de safarse del eterno galán Dean Martin, a quien de seguro envidiaba y odiaba por su gran suerte con las chicas en todos los filmes que hicieron juntos, Jerry Lewis pareciera ahora querer decirnos: Vean que yo también puedo ser galán. Por esto, siempre es doble en cada nueva actuación: medio idiota (para conservar al tonto que daba plata), pero repentinamente brillante e irresistiblemente seductor (para dar rienda suelta a su ego y a sus deseos reprimidos). El perfecto Jekyll & Hyde que luego retomaría directamente y con innegable acierto en El profesor chiflado.
Con todo, y contra todo esto, es posible divertirse viendo al clown armando líos -a lo Harold Lloyd en El hombre mosca-, en un almacén donde, la chica a la que hace su novia, es nada menos que la heredera de los dueños de la gran cadena… pero él no lo sabe y está conforme con que ella sea la modesta ascensorista. La suegra (Agnes Moorehead) si sabe que él es el novio de su hija y al igual que en Embrujada (la estupenda serie de tv), donde le amarga la vida al pobre Darrin, aquí decide deshacerse del que, por lo que ha visto, considera un completo idiota que su preciosa y valiosa hija (Jill St. John) no se merece.
El director Frank Tashlin vuelve a mostrarse efectivo en la realización de escenas catastróficas, y creo que aquella con la monstruosa aspiradora, además de divertida está bastante lograda. Se recuerda también al policía del tráfico experto en armar caos. Y, Ray Walston, vuelve a sentirse en lo suyo haciendo las veces del empleado dispuesto a cumplir, como sea, con los deseos de su jefa.
Podría extraerse una crítica contra la explotación y el abuso en las empresas, y una vez más, Lewis parece desear la feliz erradicación de la sociedad de consumo.
Título para Latinoamérica: UN LOCO CON SUERTE
Sin duda, la mejor comedia realizada por Frank Tashlin contando con Jerry Lewis como protagonista. El guión es hilarante y soberbio. Y las muecas de Jerry son más moderadas que de costumbre. Era el Jim Carrey de la época o Jim Carrey el Jerry Lewis actual aunque las comparaciones simpre son odiosas.
Una de las películas más divertidas de la década y que merece una revisión por parte de la crítica.
Nos encontramos ante una de las míticas películas de Jerry Lewis, la cual perdura al paso del tiempo de manera correcta. Sus gags siguen funcionando y muchas de sus escenas resultan totalmente divertidas.
En esta ocasión nos volvemos a encontrar con el típico personaje protagonizado por el genial cómico Jerry Lewis. Un joven totalmente patoso y despistado que intentará sobrevivir como sea a las situaciones totalmente inverósimiles que se le plantean. Como un buen Quijote luchando contra un enorme molino, intentará por todos los medios vencer todas las adversidades que sus jefes le ponen, a fin de que abandone su puesto de trabajo.
El personaje es realmente fantástico, y a ello ayuda una sobresaliente actuación de su actor, el cual demuestra que ha sido uno de los grandes cómicos de la historia del cine.
Lío en los grandes almacenes sigue divirtiendo y aunque cuenta con algunos momentos que no son tan efectivos como otros, hay que reconocer que en general todo su compendio es bastante bueno.
Se trata de una gran comedia, que hace reír a todo tipo de público, ya que las situaciones planteadas son bastante rutinarias pero llevadas al extremo, haciendo que esa gran vuelta de tuerca no resulte tan surrealista como uno pueda imaginarse en un principio.
En fin, película recomendable para pasar un rato divertido viendo nuevamente al genial Jerry Lewis observando situaciones incoherentes y llenas de gags, algunos de los cuales han pasado a la historia del cine como el famoso de la máquina de escribir.