Le Mans 66
Sinopsis de la película
Se centra en un excéntrico y decidido equipo americano de ingenieros y diseñadores, liderados por el visionario automovilístico Carroll Shelby (Damon) y su conductor británico Ken Miles (Bale). Henry Ford II y Lee Iacocca les dan la misión de construir desde cero un nuevo automóvil con el fin de derrocar el dominio de Ferrari en el Campeonato del Mundo de Le Mans de 1966.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ford v. Ferrari
- Año: 2019
- Duración: 152
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Opinión de la crítica
Película
7.1
53 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Adam Stuart
- Andrew Burlinson
- Benjamin Rigby
- Brea Bee
- Bridie Latona
- Caitriona Balfe
- Christian Bale
- Christopher Darga
- Darin Cooper
- Ian Harding
- Jenelle McKee
- JJ Feild
- Jon Bernthal
- Jonathan LaPaglia
- Josh Lucas
- Lachlan Buchanan
- Marisa Petroro
- Matt Damon
- Noah Jupe
- Ray McKinnon
- Remo Girone
- Roberta Sparta
- Rudolf Martin
- Sean Carrigan
- Stefania Spampinato
- Tracy Letts
- Wallace Langham
- Ward Horton
- Wyatt Nash
Al verla esta tarde he quedado sorprendido de lo mucho que me ha gustado. Que gustado ni que niño muerto, me ha fascinado. Conozco a James Mangold de haber visto sus trabajos sobre Lobezno ( Lobezno inmortal (2013) y Logan (2017)), de los cuales el segundo, que cerraba la historia del mítico personaje de cómics, me encantó. Y viendo esta apasionante película que narra la historia real de 2 personajes que fueron de vital importancia para el mundo del automovilismo durante la década de los 60, no puedes hacer otra cosa que aplaudir lo más fuerte que puedas hasta que te duelan las manos. No soy ningún aficionado a las carreras de coches ni ningún otro deporte de motor, pero aún así he disfrutado absolutamente todo el metraje. Sin aburrirme siquiera por un momento, la peli me ha metido de lleno en su historia. He llegado a sentir la pasión que se encuentra dentro de los personajes principales con cada palabra, cada gesto, cada emoción. Todo eso te lleva con la misma velocidad que alcanza el coche que conduce el personaje de Bale. Y que actuación nos ofrece Christian Bale. Muy puro y pasional en cada esfuerzo que pone en lograr mejorar su coche de carreras. Junto a él tenemos a un igual de formidable Matt Damon, que hace todo lo posible para ayudar a su piloto, y de paso ambos afianzan una amistad que se refleja con bastante fuerza. Los 2 forman un equipo cojonudo que se apoya mutuamente y permanece unido frente a los problemas y adversidades que los temas extradeportivos le colocarán sobre la pista. Ojo a la enorme trascendencia que el film pone sobre la influencia de altos cargos de las empresas automovilísticas a la hora de elaborar sus coches de competición, sus equipos y demás miembros que se encargan de llevar esas máquinas de correr hacia la victoria. De ahí que se le coja cierta antipatía al personaje que interpreta Josh Lucas, siendo en esta historia el personaje más antagonico con diferencia. Las escenas más impresionantes, que son las de las carreras, son reales y desprenden ese aroma que se respira en la pista de competición a gasolina y neumáticos. Y esos coches clásicos. Son una pasada por lo bien recreados que están. Dichos vehículos nos transportan a los 60. La ambientación de la época es idónea en cada escena de la cinta. La película es totalmente entretenida y disfrutable. El ritmo que lleva es estupendo. Y con ligeros pero efectivos toques dramáticos que vuelven a la cinta aún más épica. Muy satisfecho con esta gran producción de amistad, drama y espíritu ganador. Gran trabajo de nuevo señor Mangold.
James Mangold es un cineasta que puede que no tenga un enorme prestigio, pero que lleva años y años cosechando éxitos, tanto críticos como comerciales. El tren de las 3:10, En la cuerda floja, Logan… Su currículum no es espectacular, pero sí sólido. Me fío de él, más o menos. Ford v. Ferrari es su último trabajo, y la verdad, le tenía muchas ganas. Pero qué puedo decir, he salido del cine decepcionado.
No me malinterpretéis, no tengo nada en contra del trabajo de Mangold. Visualmente, Ford v. Ferrari (o Le Mans 66, que es el nombre que le han puesto en España por alguna razón) aprueba con nota. Las carreras son eléctricas. vibrantes, y el montaje contribuye y mucho. Son pura adrenalina, mejores incluso que las de Rush, película con la que es inevitable compararla. La banda sonora y los efectos de sonido son también fantásticos. Por desgracia, el resto de la película no me parece que esté a la altura.
Para mí, el problema de Ford v. Ferrari está en el guión. Un guión escrito, y perdón por el involuntario juego de palabras, con el piloto automático. Todo el recorrido argumental de la película es tremendamente previsible. Y yo de Le Mans no tengo ni puta idea, pero he visto bastante cine y sé cómo va a desarrollarse prácticamente todo. En Rush (y bueno, en muchas películas de este rollo) pasaba algo parecido, pero esta al menos lo suplía con una construcción de personajes mucho más detallada. Rush se preocupaba por retratarnos a Hunt y Lauda, sus preocupaciones, su estrés, su tumultuosa relación personal. En Rush, los personajes importaban más que el evento. Aquí el enfoque es el opuesto, lo que para mí es un error garrafal.
En Ford v. Ferrari, la historia se antepone a los personajes. Muchos detalles técnicos, muchas escenas profundizado en aspectos que a mí, personalmente, me importan bastante poco. Miles y Shelby pasan a ser vehículos (os juro que no lo estoy haciendo a propósito) para contar la historia, pero acabo la película sin haber conectado con ellos. A su relación le falta profundidad. A sus emociones, atención. Miles es el tío pasional e impredecible, y Shelby es… pues eso, el que lleva un gorro de cowboy. Casi todo lo que sabemos de ellos está contando a través de diálogos recitados por otros personajes. Diálogos excesivamente explicativos y en ocasiones bastante lamentables, dicho sea de paso (se ve que el público es imbécil y si no le recalcas dos o tres veces que Miles tiene que adelantar dos veces al piloto italiano no se va a enterar). Damon y Bale son mejores actores que Hemsworth y Brühl, y sin embargo, los dos últimos superan a los dos primeros.
Y si los dos protagonistas no están bien trazados, mejor ni hablemos de los secundarios. Jon Bernthal fija la mirada fuera de campo y sonríe. Una vez, y otra, y otra. Ese es su personaje. A veces ni siquiera sé por qué sonríe, pero da igual, queda muy sentido, supongo. El ejecutivo maligno es ridículo, y en ningún momento entiendo la inquina que le tiene a Miles. Está ahí porque el guionista consideró que era necesario añadir un villano en traje de chaqueta, y punto. El equipo de Ferrari es una puta caricatura. Y añadamos que la película dura dos horas y media, y no puedo decir que pasen volando. Tal vez es porque no estoy implicado.
En resumen, Ford v. Ferrari tiene un envoltorio estupendo, y hay talento tanto detrás como delante de la cámara, pero su narrativa me resulta lánguida y genérica, muy de película de temporada de premios . No le veo personalidad, y fuera de las carreras, no le veo sangre. No me parece una mala película, pero sí bastante olvidable, lo cual es casi peor.
Puntuación: 5,8
Este tipo de películas sobre temas tan minoritarios como el automovilismo, y más cuando se trata de una competición algo más desconocida (no es la más popular F-1) y ambientada hace décadas, pueden enfocarse de dos maneras:
– una es hacer una cinta que tome como trasfondo el automovilismo, pero buscando ante todo un entretenimiento, espectáculo sin más para los que son aficionados y para los que no (sobre todo para estos últimos, que son la mayoría). Aquí, cualquier parecido con la realidad, tanto en los personajes como en el desarrollo de las carreras, es pura coincidencia, ni se pretende. Ejemplos podrían ser Días de trueno , o sobre todo la disparatada Driven , con el inefable Stallone.
– la otra sería un tipo de película con rigor histórico y técnico, para reflejar de la forma más fiel posible cómo eran este tipo de carreras. Entonces el problema es que puede convertirse en un pseudo-documental que hará las delicias de frikazos de las competiciones del motor, pero resultará tediosa para el público general, que además no entenderá buena parte de los aspectos técnicos. En esta línea se encuentra la célebre cinta de Las 24 Horas de Le Mans de Steve McQueen, y la magnífica Grand Prix de John Frankenheimer. En cualquier caso el nicho de espectadores de estas dos claramente son aficionados al deporte del motor. Pero ambas tienen el gran acierto de entregar una recreación dramatizada. Es decir, una historia de ficción con personajes ficticios, aunque tomando como inspiración, respectivamente, una carrera (Le Mans 70) o campeonato real (el mundial de F-1 de 1965), y personajes reales. Se tomaba así la prudencia de no querer contarnos en ningún momento unos hechos reales al 100 %, algo que sí pretende hacer Le Mans ‘66, y es ahí donde naufraga estrepitosamente.
Una mezcla de ambos planteamientos se produjo, de forma muy acertada, en la estupenda Rush de Ron Howard. Pero si esto era lo que se pretendía en Le Mans ‘66, el resultado ha sido equivocado, porque al final es una película claramente orientada al espectáculo palomitero con el grave error, que a mi juicio condena la cinta, de querer, presuntamente, contarnos unos hechos y personajes reales. Y no lo hace, porque casi todos los aspectos técnicos, cronológicos, o deportivos que aparecen, están manipulados, o directamente inventados, falseados. Es decir, que el rigor histórico que se supone debe tener, no existe por ningún lado.
Director y guionistas juegan con la baza a favor que el 99,9 % de los espectadores de esta cinta no tendrán ni idea de cómo se desarrollaron realmente los hechos que ocupan la película, el célebre duelo entre el gigante norteamericano Ford y el prestigioso Ferrari a mediados de la década de 1960. Para situarnos, convendría saber que en aquella época, el campeonato del mundo de resistencia, con coches tipo GT y sport-prototipos, era una competición con tanto prestigio o más que el mundial de F-1, y la carrera reina era las 24 Horas de Le Mans.
Desconociendo esta historia, posiblemente la película incluso dejará un buen sabor de boca: escenas más o menos espectaculares de carreras, sonido atractivo, actores populares… incluso hay buenos y malos, épica, drama… Es decir, que la película cumple correctamente con el factor espectáculo. Y digo correctamente sin más, porque también en el apartado técnico esperaba algo más. No está mal resuelta, pero tampoco se hace gala de unos medios técnicos apabullantes. Incluso antes de verla pensaba que habrían utilizado de forma más amplia efectos digitales para recrear ciertos coches de carreras de la época, o diversas zonas del circuito de Le Mans, y luego no es así. De hecho, algunos aficionados echarán de menos un buen número de coches de la época que no aparecen, y peor aún, como varios otros son burdas recreaciones que ni siquiera se parecen a los originales. Resulta sorprendente como la película de McQueen, rodada en 1970, sí era capaz de mostrarnos algunas réplicas extraordinariamente fieles, y en cambio en esta, 49 años después, con unos medios técnicos infinitamente superiores, aparecen algunos coches totalmente falsos, inventados (pocos, cierto, y sólo al final, pero ahí está el dato). Además, algunas escenas en pista de Le Mans quedan desangeladas y se echa en falta algo más de tráfico en pista, público, etc.
En cuanto a los actores, pues Matt Damon está en su línea, como una paella sin sal, y el que más se esfuerza es Bale, que este sí es un actorazo, pero tampoco será su papel más recordado. Además, por desgracia, el penoso doblaje daña bastante el resultado final. Imagino que en V.O. ganará enteros.
Pero vamos al meollo de mi crítica: la historia y su rigor. El guión se basa en el libro de A. J. Baime Go like hell, pero mientras que este autor hacía en su obra una versión novelada manteniendo el rigor y con un buen trabajo de investigación, aquí los guionistas se han tomado todas las licencias habidas y por haber, y aunque evidentemente se toman como base unos hechos reales, el error imperdonable es que lo haga con falsedades y gazapos históricos de primer orden. El espectador normal, tan feliz, se irá a casa creyendo que ha visto una historia real, pero los cuatro frikazos que saben cómo fue esta historia en realidad (entre los que me incluyo), pues se van pensando que vaya invención peliculera, no se entiende por qué todo debe contarse con tantas mentiras.
En Rush, aunque los hechos se contaban de una forma que buscaba el espectáculo y llegar al gran público, se respetaban de forma fiel muchos aspectos deportivos, como resultados de carreras, los coches que aparecían, etc, algo entiendo que imprescindible en una historia real llevada a la pantalla, y que además hacía las delicias de los aficionados al motor. En cambio, en Le Mans ‘66 no sucede lo mismo. En la zona de spoilers dejo unos cuantos ejemplos de ello.
Salgo del preestreno encantado. La actuación de Bale en sinergia con la de Damon ha sido soberbia.
Conocer una parte de la historia de uno de los mejores preparadores de coches de la historia, como fué Carroll Shelby, junto a la gran ayuda de Ken Milles, tanto al volante como en la parte mecánica, siempre es interesante, y más si lo adaptas a la gran pantalla con estos monstruos.
Desde Rush no salía tan satisfecho tras ver una película enfocada al mundo del motor, la pasión y el buen gusto se notan desde el primer fotograma.
La construcción del film sigue un patrón lógico. Nos ponemos en la piel desde el primer momento de dos grandes amigos, Carrol Shelby (prestigioso preparador de coches y piloto) y Ken Milles (una de los pilotos más legendarios de la historia de Le Mans y un impresionante gurú del motor). Interpretados por Christian Bale y MatT Damon, consiguen transmitir a la perfección la pasión por el motor y una amistad con altibajos en ciertos momentos.
La película, pese a centrarse mucho en la carrera, también se centra en el factor humano, en conocer y conectar con las personas que estuvieron detrás del volante y construyendo cada pieza.
El ritmo del film es sobervio, bajo mi punto de vista, no se hace lento en ningún momento. El director ha sido capaz de mantener mi interés a lo largo del largometraje y centrar mi antención en cada escena.
La adaptación al mundo de la época es también sobresaliente. Desde el primer fotograma viajas en el tiempo y te trasladas a los 60. La ropa, las cámaras, los coches, incluso la forma de comportarse de la gente, hacen que este apartado sea también creíble.
Por supuesto la parte que concierne al aspecto visual es impecable. Un orgasmo visual para disfrutar de coches clásicos como el legendario Ford GT que ganó Le Mans 4 veces seguidas, construido por Carrol Shelby y Ken Milles, o los Ferraris preciosos de la época, así como Porsches clásicos o Alpines entre otros.
El circuito de Le Mans ha sido perfectamente adaptado para simular al de la época, siendo de hecho prácticamente calcado al original, que combinado con el rugido de los motores, no defraudará a nadie.
Por supuesto no todo es bueno. El toque Hollywood es innegable, y esa falta de realismo en algunos momentos puede que no guste a todo el mundo.
Quitando este pequeño detalle, en definitiva Le Mans 66 se cuela en la lista de peliculones dentro del género del cine de Motor. Una película sobresaliente a modo documental , donde podemos aprender de forma sobresaliente parte de la historia de Le Mans, disfrutar de sus coches y conocer a genios del motor como Carroll Shelby o Ken Milles, y ya de paso, conocer algo más de historia del clásico constructor, Ford.
Puede que no llegue a la altura del clásico de Steve McQueen en algunos aspectos, pero desde luego, está muy cerca de su grandeza. La mejor película del género desde Rush.
Una película recomendada para cinéfilos, pero sobretodo, para amantes de la conducción, para todos aquellos que sienten algo por el motor, y sobretodo el mundo del racing. En esta película volvemos a una época donde esta competición transmitía auténtica pasión, y nos da un soplo de aire fresco para olvidarnos de lo monótono y aburrido que se ha convertido la alta competición de motor en estos días…
Apostar por una película aparentemente de motores y que resulte ser una gran película es un atrevimiento que solo pocos consiguen, es todo un hallazgo. Mi enhorabuena a los valientes que se adentraron en esta batalla llena de ignorantes que de entrada nunca apreciarían la historia fielmente contada y estampada en esa gran pantalla con sensibilidad y nivelazo de ese mayestático binomio de reparto. Esta película despierta sensaciones de Valentía y de Piedad, de Respeto y de Honestidad, Leyendo criticas te das cuenta de los prejuicios y de la ignorancia que hay en este país cuando aparecen coches en escena como coprotagonistas, con solo leer algunas criticas uno se da cuenta del nivel de estos críticos he aquí algunos ejemplos: una carrera de coches que no pasa de segunda marcha (el confidencial) por cierto muy bien traído eso de las marchas, no me lo esperaba en una peli de coches, muy ingenioso! hay una que especialmente me han hecho sangrar los ojos: Hasta la saga Fast & Furious tiene mas alma (el periódico) esta critica se comenta por si sola…Mi más sincera Enhorabuena para ese critico que le iría mejor trabajando en cualquier trabajo en este mundo que no sea el de critico. MI CONSEJO? id a verla sin prejuicios y que seáis vosotros mismos quien saquéis vuestras propias conclusiones.