Las pícaras aventuras de Drácula
Sinopsis de la película
Costante Nicosia es un extravante empresario, dueño de una fábrica de dentífricos, a quien el éxito se le ha subido a la cabeza. En un viaje de negocios a Rumania conoce al Conde Dragulescu, un vampiro, y luego regresa con la cualidad de chupasangre, por lo cual se replantea su vida.
Detalles de la película
- Titulo Original: Il cav. Costante Nicosia demoniaco (Dracula in Brianza) aka
- Año: 1975
- Duración: 100
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes conseguir una copia de esta película en formato 4K y HD. A continuación te detallamos un listado de opciones de descarga directa disponibles:
Las adaptaciones, revisiones y parodias que se han hecho en el universo cinematográfico de la novela de Bram Stoker son innumerables y abarcan todas las nacionalidades y géneros.
Y en el de la comedia el vampiro más famoso de todos los tiempos ha gozado de un tremendo éxito. El sr. Lucio Fulci nos trae uno de esos ejemplos.
Resulta muy difícil creerse que alguien como Fulci, conocido por sus películas de horror y violencia extrema, padrino del gore en su país natal junto a otros genios de la talla de Dario Argento o Mario Bava, firmase comedias italianas ligeras y subidas de tono como la que nos ocupa. Pero así es, mucho antes de revolvernos el estómago y provocarnos escalofríos con El Destripador de New York , El Más Allá o Zombi 2 , el cineasta italiano se atrevió con todo tipo de géneros y estilos, como era de esperar de un artesano como él.
En el humor ya hizo sus pinitos a comienzos de los 60 dirigiendo en más de una ocasión a la pareja Ciccio Ingrassia y Franco Franchi, y poco después se aliaría con Lando Buzzanca, otro actor experto en el género. Las Pícaras Aventuras de Drácula sería la última película que Fulci realizaría en colaboración con este último, una de tantas degeneraciones y parodias que salían del legendario conde de Transilvania (como si con Blacula y Drácula contra Frankenstein no hubiera sido suficiente) con guión de Pupi Avati, Mario Amendola y Bruno Corbucci.
El protagonista de esta historia es Constante Nicosia, un hombre de negocios repelente y supersticioso a más no poder que aparte de dirigir una fábrica de pasta de dientes con tiranía y sin ningún respeto por los trabajadores, es el propietario de un desastroso equipo de baloncesto local. Para más inri, le es infiel a su presuntuosa esposa Mariù y reniega de sus orígenes sicilianos, precisamente por ello, su tía María le lanza un maleficio que le traerá la desgracia.
En uno de sus muchos viajes, Constante se cruza en el avión a Rumanía con nada más y nada menos que el conde Dragulescu, descendiente de Drácula, que le invita a su castillo a pasar una noche, y sin nada que hacer el fin de semana durante su estancia en el país, pues allá va. La cosa no tiene mala pinta para él cuando el conde le presenta a tres chavalas monísimas que acabarán montando una orgía de agárrate y no te menees, lo malo es que al día siguiente se despierta con dos señales muy extrañas en el cuello y…¡con el conde a su lado! A partir de entonces su vida pegará un giro de 180º.
Estrenada un año después de El Jovencito Frankenstein , joya de la comedia que también parodiaba uno de los más grandes personajes de la novela de terror, de la que toma no pocas referencias (la esposa de Constante y su manera de ser son calcadas a la esposa de Frederick), Las Pícaras Aventuras de Drácula apoya todo su peso en el desparpajo y carisma de Buzzanca, una especie de Pajares a la italiana que en no pocas ocasiones consigue sacar simpáticas carcajadas con su histérica y mordaz actuación en un papel que le viene como anillo al dedo.
Fulci combina, con su particular mala leche y su afición por dinamitar géneros, la comedia más disparatada con el cine clásico de terror y añadiendo algunas gotas de ese erotismo ligero que tan de moda estaba en la época (aunque tergiversado a veces para mayor desgracia del público masculino), destacando sobre todo las ocurrencias y situaciones protagonizadas por Buzzanca, donde cabe recordar el baile que se marca con el gordo en la sala de fiestas o la escena en la que intenta morder a Olghina tras destrozar la cama.
Además del omnipresente actor principal tenemos a las guapas Sylva Koscina y Christa Linder, el impagable Ciccio Ingrassia haciendo de brujo, y la genial Valentina Cortese. Y nada menos que a Joe DAmato trabajando en la 2.ª unidad.
Para reír un rato a gusto, aun siendo muy irregular. Y es que las mezclas que hace el bueno de Fulci dan como resultado un producto extraño, bizarro, tan violento como descacharrante y de un humor negro subido, marca de la casa de su cine.