Las llaves de casa
Sinopsis de la película
Adaptación de la novela Nacido dos veces de Giuseppe Pontiggia (1934-2003), que trata sobre la relación del autor con su hijo discapacitado. La madre de Paolo muere durante el parto, y él nace con diversas deficiencias. Gianni, su padre, se niega a verlo y, con el tiempo, se casa y tiene otro hijo. Sin embargo, pasados quince años, toma la decisión de acompañarlo a un hospital de Berlín, donde el chico debe someterse a diversas pruebas. El viaje y la estancia en Alemania constituye para ambos una ocasión de conocerse y quizá comprenderse.
Detalles de la película
- Titulo Original: Le chiavi di casa
- Año: 2004
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
6.9
50 valoraciones en total
Los italianos son célebres en el mundo entero -entre otras muchas cosas- por su antiguo imperio, por la pizza y por la mafia. Pero si en algo destacan los italianos a nivel cinematográfico es en esa especial habilidad para tocarnos la fibra sensible. Lo consiguieron a través del neorrealismo (Ladrón de bicicletas), a través de la nostalgia (Cinema Paradiso), a través de la tragicomedia (La vida es bella) e incluso a través del formato televisivo (La mejor juventud).
Las llaves de casa, como podéis suponer, se inscribe también en esa línea de cine conmovedor que -prescindiendo de lágrimas, lagrimillas y lagrimones- es capaz de hacerse suyo al espectador más imperturbable en un plis-plas. Honradamente. Sin trucos, estrategias ni malas artes. Mostrándonos las aristas más peliagudas de la vida tal como son. Permitiendo que ese mismo público -lejos de verse teledirigido o aleccionado por nada ni por nadie- extraiga sus propias conclusiones.
Y si bien es cierto que Amelio parte con una baza de incuestionable poder emotivo (la discapacidad de Paolo), también es justo añadir que la inmadurez del padre, las confidencias de Nicole (impresionante Charlotte Rampling en ese demoledor monólogo espalda contra espalda) y las propias reacciones del niño (admitamos que, en muchos momentos, Paolo es un pelmazo de tomo y lomo), constatan fehacientemente que en este tipo de tragedias cotidianas no existen ni buenos ni malos. Solo combatientes.
Ocho merecidas estrellitas, pues, para ese cineasta que ya nos estremeció con Lamerica y que, como buen italiano, sabe de sobras que resortes tocar para llegar a nuestro corazoncito sin que su obra deje de ser absolutamente veraz, honesta y sencilla. Bravo Gianni!
Una película muy seria, con un corazón inmenso que hace latir la experiencia de aquellas personas poco comprendidas que, sacrificando casi por completo sus vidas, se dedican generosamente al cuidado de un familiar que no puede valerse por sí mismo.
Impresionante film que nos hace ponernos en la piel de ese padre que huye acobardado de su hijo cuando éste acaba de nacer con problemas físicos, porque se ve abrumado por la enorme carga existencial que ello conlleva, o esa madre que en la película llega a confensar, después de veinte años al cuidado continuo de su hija minusválida y con un autismo severo, que algunas veces mientras la mira se pregunta: ¿Por qué no te mueres?
Notable trabajo cinematográfico de Gianni Amelio, que nos narra una problemática humana sin ningún tipo de pasteleo ni azucarismo sentimental, todo lo contrario, lo expone tal y como es: algo dramático ante lo que hay que tener mucha fuerza mental, mucha valentía y mucha humanidad de la trascendente y bienaventurada. Una película para comprender y adquirir cierta empatía.
Fej Delvahe
Dirigido por Gianni Amelio ( Lamerica , 1994), el film se inspira en la novela Nati due volte (2000), de Giuseppe Pontiggia, basada en la historia de su hijo. Se rodó en Berlín (Alemania) y Noruega, entre mayo y julio de 2003. Fue nominada al Oscar a mejor película extranjera. Se estrenó el 10-IX-2004.
La acción tiene lugar en Berlín y Noruega, en 2003, a lo largo de una semana. Narra la historia de Gianni (Kim Rossi Stuart), de unos 35 años, casado y padre de un bebé de pocos meses, técnico de una fábrica de electrodomésticos de línea blanca. A los 19 años dejó embarazada a su novia, que murió en el parto, tras dar a luz un niño, Paolo, con parálisis cerebral, del que se desentendió sin conocerle. A petición médica, cuando Paolo (Andrea Rossi) tiene ya 15 años, Gianni accede a acompañarlo a Berlín para una revisión médica.
La película explica las muchas capacidades de las personas con discapacidad como Paolo, paralítico cerebral, con discapacidad cerebral y motriz. Anda con autonomía, pero con gran dificultad, y no acierta a distinguir entre la seguridad y el peligro, lo bueno y lo malo. Es un chico dicharachero, inocente, cariñoso y simpático. En el Hospital berlinés, Gianni conoce a Nicole (Charlotte Rampling), madre de una niña discapacitada física y mental profunda, de 20 años, a la que dedica desde que nació toda su vida. Las confidencias entre ambos demuestran a Gianni que ser padre de un hijo con discapacidad puede ser fuente de felicidad. La interacción entre padre e hijo da paso a la constatación de que Paolo es una persona encantadora. Los sentimientos de culpa, ahogados en un olvido forzado, emergen en Gianni de un modo incontrolable. La tensión dramática se apoya en los temores iniciales de Gianni ante el encuentro con el hijo, la vivencia de las pruebas médicas, alguna de las cuales le resulta insoportable de ver, el extravío del chico, el relato de Nicole, el conocimiento de Nadia (Alla Faerovich) y de otros chicos y chicas con discapacidad y la explosión de los sentimientos de culpa. Durante una semana padre e hijo aprenden no sólo a convivir, sino también a conocerse mutuamente y a descubrir su afecto.
La música hace uso de emocionantes solos de piano, violín, flauta, saxo, guitarra y de marimba y vibráfono. Hacia el final añade dos canciones conmovedoras: Deus do fogo e di justiça (Virginia Rodrigues) y Quanti anni hai (Vasco Rossi). La fotografía hace uso de primeros planos psicológicos, planos largos, luces dispersas, colores tenues y encuadres marcados por una ligera inestabilidad de la cámara. El guión centra el realto en los personajes y su mundo interior, sin sentimentalismos innecesarios. La interpretación del niño es extraordinariamente natural y fluida. Sobria y soberbia Charlotte Rampling. La dirección impone un ritmo pausado, acorde con el sentido intimista y reflexivo del relato.
La película apuesta por la normalización de las relaciones entre las personas sin discapacidad y con discapacidad.
Opino que el argumento pueda ser triste: un padre de mediana edad descubre a su hijo de 15 años, disminuido psíquico y físico, que abandonó cuando contaba con 19 años, y durante cuyo nacimiento muere la madre. Pero la película es absolutamente enternecedora y, para mi gusto, absolutamente optimista y esperanzadora. El enriquecimiento progresivo que estas dos personas van adquiriendo durante su relación es mutuo y al final de la película tengo la sensación que es el padre quien más ha salido ganando, descubriendo y practicando qué es el amor paterno por encima de todas las demás cosas de la vida, resolviendo finalmente una deficiencia afectiva propia a través del amor y el reconocimiento del status del hijo. Estupenda película.
Sobre el papel una historia conocida y tratada en similares peliculas. Un niño con problemas mentales y deficiencias. Lo dicho, muchas peliculas. Pero en manos de Amelio, un director que se toma su tiempo pero que cuando aparece hay que hacerle caso, la pelicula rebosa encanto.
No tiene ninguno de los elementos bucólico-hollywoodienses ( ya me entienden ), es sensibilidad a la europea. Tal vez les provoque el llanto, no lo sé, pero lo que seguro les provocará ( y no encuentro palabra mejor ) es congoja. Congoja porque uno es testigo de una historia tan real como dramática y hermosa. Y puede que no haya mas planteamiento, nudo y desenlace que el del interior de sus personajes, maravillosamente interpretados por cierto. Es de esas peliculas que conectan al espectador aunque a muchos pueda incomodarles con la enfermedad y con la vida.
Hay que dejarse llevar, y además está Charlotte Rampling, que solo por eso bien vale un vistazo.