Las cosas que decimos, las cosas que hacemos
Sinopsis de la película
Daphné, embarazada de tres meses y de vacaciones en el campo, acoge como huésped a Maxime, primo de su pareja, François, que ha tenido que volver a París para cubrir a un compañero hospitalizado. Durante cuatro días, esperando el regreso de François, Daphné y Maxime se van conociendo y desarrollando cierta amistad, contándose sus respectivas experiencias sentimentales.
Detalles de la película
- Titulo Original: Les choses quon dit, les choses quon fait aka
- Año: 2020
- Duración: 122
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Opinión de la crítica
Película
6.9
44 valoraciones en total
Me ha parecido sublime y casi, casi un milagro al mostrarnos todo un mosaico de relaciones amorosas o más bien sentimentales de modo reconocible y además inteligente! También con esta sabrosa reflexión: ¿Qué hacemos con el deseo…? ¿Cómo lo vehiculamos…? Y todos los actores se lucen aportando sensibilidad y buenas dosis de sinceridad en todas las situaciones, algunas más profundas que otras pero todas interesantes.
Le hago la ola pues a su flamante director que ya nos deleitó antaño con El arte de amar , por ejemplo, y al que deseo le caigan unos cuantos César por ésta. El mío, míos, ya los tiene 🙂
Les choses qu´on dit, les choses qu´on fait (2020), en castellano Las cosas que decimos, las cosas que hacemos, es un drama francés dirigido por Emmanuel Mouret que cuenta cómo distintos personajes lidian con el deseo y razonan sobre el concepto del amor romántico.
Por Nicolás Bianchi
El estudio que propone Les choses qu´on dit, les choses qu´on fait sobre los distintos personajes que presenta y sus parejas es prácticamente un experimento de laboratorio. Todos los personajes son heterosexuales, políticamente correctos y no sufren ningún tipo de problema material. Cuando se planteen dudas sobre el deseo y la infidelidad no habrá otros factores fuera de las pulsiones sexuales y la racionalidad de cada uno de ellos. El único costado humano que se muestra es el de los vínculos de pareja, lo que eleva el tema a lo más relevante en el mundo de la película y la vida de sus personajes.
Maxime (Niels Schneider) es un escritor que busca inspiración y viaja a la casa de su primo en la campiña francesa para pasar unos días fuera de la ciudad. Al llegar lo recibe Daphné (Camélia Jordana), a quien no conocía y es la pareja de su primo, que por cuestiones laborales debió ausentarse por unos días. Daphné, montajista de documentales, está embarazada de tres meses y para entretener al invitado oficia de guía turística por algunos puntos de interés cerca de la cómoda casa de campo.
La conversación entre los extraños prontamente deriva en cuestiones de pareja ya que Maxime también busca superar un reciente desamor. Así ambos se cuentan sus historias afectivas recientes, lo que la película repone mediante flashbacks. Algunos patrones se repiten en las intricadas historias de los personajes: deseos que no siempre están en sintonía con los del otro, la posibilidad y la concreción de la infidelidad y el regreso reiterativo a las mismas parejas.
La película recurre a extensos diálogos en los que los personajes les dan mil vueltas y una más a la comprensión y racionalización de sus impulsos. El modelo para todos es la pareja heterosexual cerrada, lo que nunca se pone explícitamente en discusión. Las opciones son la auto represión o la traición. El primo Francois (Vincent Macaigne) se incorpora al ser narrado por Daphné, y el relato se va un tanto por las ramas para contar otra historia de parejas que bordea los mismos tópicos: deseo, infidelidad y amor como concepto cuestionado.
Las poco más de dos horas de Les choses qu´on dit, les choses qu´on fait son excesivas para una trama que se torna redundante. La película no juzga ni propone una valoración moral de lo que hacen los hombres y mujeres que se entremezclan en relaciones diversas. Los exhibe pero no los cuestiona. Por momentos es todo tan ascético, pulcro y rosa que se torna irreal. Los guiños levemente cómicos del guión y algunos giros que se presentan como sorpresivos permiten que el relato avance con un poco menos de sopor.
La película fue presentada en el Festival de Cannes del año pasado y recibió muchas nominaciones en los recientes premios César, el más importante de la industria francesa. En la historia del cine galo hay obras muchos más sugestivas, vanguardistas y profundas que versan sobre los mismos temas (Le Mepris, Belle de jour y decenas más). Les choses qu´on dit, les choses qu´on fait es conservadora en sus aspectos formales y narrativos si se la compara con aquellos títulos y, además, mucho menos interesante.
En un estilo que podría vincularse, de entrada, a Érich Rohmer nos
Llega una película francesa muy brillante. Digo de entrada, porque aunque la atmósfera pueda ser similar tiene una clara diferencia. En los filmes de Rohmer las transformaciones son silenciosas, no pasa nada espectacular y hay una especie de continuidad en la discontinuidad que pasa del corte de escenario que nos lleva de una situación a otra.. En la película de Emmanuel Mouret, en cambio, pasan muchas cosas. Muchos son los temas que aparecen en la película, aunque el hilo conductor sean los encuentros en los están implicados el deseo y el amor. Encuentros y desencuentros que, en parte, son producidos por el azar, que conducen a dilemas vitales y morales de complicada solución, donde también el conflicto entre egoísmo y altruismo está presente. Las cosas que decimos y, sobre todo, las que no decimos. Silencios y mentiras condicionan la trama de relaciones y sus malentendidos.
El ritmo narrativo es muy bueno, las interpretaciones bordadas, las piezas de músic clásica que constituye el fondo sonoro son también muy adecuadas. Las dos horas que dura la película pasan de manera fluida, manteniendo el interés y gozo de lo que sigue siendo el buen cine.
No hay drama en esta película, no hay celos, no hay dolor, solo la vida, solo el amor, entendido como un fluir constante, un cambio constante en la búsqueda de la felicidad a través del amor. Una peli que te reconcilia con la vida, ójala todos entendiéramos el amor como la búsqueda de la felicidad del ser amado. Cuanto narcisismo y cosificación hay actualmente en nuestra mirada hacia el amado.
La película engarza de manera muy fluida diversas historias que unos personajes van contando a otros y cómo eso les influye a su vez para el devenir de sus relaciones. Esas personas no son nada extraordinarias, diría que muy comunes pero lo que les pasa es lo que nos pasa o ha pasado a todos. Sus diálogos son sinceros (se huye de los diálogos brillantes-teatrales y lo que es mejor, se huye de los diálogos supuestamente trascendentales y vacíos casi siempre). Nos interesa cada vez más lo que les ocurre a estos seres y claro, empezamos a querer que sus historias vayan en la dirección deseada.
La música (clásica, sin estridencias pero perfectamente acoplada más que a lo que pasa, a lo que sienten los personajes) ayuda mucho, también la puesta en escena, discreta, elegante y sin pretensiones autorales.
Es de esas películas de las que apetece conversar con quienes hemos compartido la visión.
Y formidable el trabajo de Camelia Jordana.