Las alas de la paloma
Sinopsis de la película
Adaptación de la novela homónima de Henry James, que se desarrolla en Londres y Venecia a principios del siglo XX. Una joven de origen humilde es acogida por una tía millonaria que pertenece a la alta sociedad inglesa. Lo malo es que se enamora de un periodista pobre y sin prestigio que tiene vedado el acceso a su mundo. Entonces urde un maligno plan que consiste en que él consiga enamorar a una joven rica y mortalmente enferma, de ese modo, cuando enviude, heredará su fortuna y ningún obstáculo se opondrá a su boda
Detalles de la película
- Titulo Original: The Wings of the Dove
- Año: 1997
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
6.5
22 valoraciones en total
Henry James fue un autor de novela romántica, sin reconocimiento… tal vez más trabajada que el género tradicional, que siempre se ofreció menos cuidado. El éxito de sus novelas, tal vez se encuentre en esa intención, por profundizar en el terreno psicológico de sus personajes.
El autor no conectó totalmente con la sociedad de su época, incluso sus libros no se vendieron de manera fluida para hacerle vivir holgadamente de su literatura.
LAS ALAS DE LA PALOMA, no es de sus obras mas conocidas, y al igual que en otras, James, centra su historia en el conflicto que los protagonistas mantienen con ellos mismos además del propio entorno.
Protagonizada con soltura pero sin entusiasmo, Iain Softley, su director, maneja la dramatización de manera clásica, carente de sorpresas, marcando los acentos en aspectos menos atrayentes, cinematográficamente hablando.
La apruebo con un 5.
Está claro que adaptar novelas de escritores tan grandes como Henry James no es fácil. En todas las obras de este maestro escritor, hay tal amalgama de temas principales, de lecturas y de capas, que condensar toda su prosa en menos de dos horas de película es más que complicado. Porque Henry James habla de el cambio del siglo, del cambio de las clases sociales, de las revoluciones sociales, sexuales y de géneros, de moralidad y de religión, de sistemas de clases y de amores pasionales…
Por eso, esta segunda adaptación de Las Alas de la Paloma, lejos de ser una mala película, si es una cinta que cojea de falta de tiempo. Como toda buena película británica, sus localizaciones, ambientaciones y elegancia están más que garantizados, y por supuesto, como toda buena película británica, los actores realizan trabajos sutiles y complejos, comprendiendo muy bien la carga emocional e intelectual de la historia, y compensando ambas.
Pero el problema es que pese a abarcar todos esos temas de las novelas de Henry James no hay tiempo para desarrollarlos y se quedan en lo meramente anecdótico. Eso ralentiza el ritmo de la historia y hace perder el foco del gran conflicto de la trama durante demasiado metraje.
Pero Las Alas de la Paloma, es, imposible de negar, una película interesante y muy bien ejecutada (sólo hay que ver la manera en que está filmado el primer beso, en la primera escena de la película, o la última), en la que destaca una Helena Bonham Carter que realiza su papel a la perfección, de manera compleja, original, e intensa, debido a que en ella están las pulsiones eróticas, el encierro femenino, la moralidad e inmoralidad, el materialismo, el feminismo, la clase y la pasión de la que hablaba James.
La película nos narra la historia de una joven de origen humilde que es adoptada por su tia de la alta sociedad británica, que le prohíbe el amor por un hombre de baja alcurnia. Todo comienza a tambalearse cuando entre ellos aparece la figura de una millonaria americana, que rápidamente se hace inseparable de nuestra protagonista (Helena Bonham Carter) y de la que por accidente se descubre que tiene una enfermedad terminal.
Film que escapa de la frialdad demasiado característica que tiñe las películas de época para arrastrarnos a un laberinto en que amistad, conveniencia, amor, lealtad y más allá de todo, pasión se entrecruzan en un juego agridulce sin concesión a juicios o valoraciones morales.
Una cuidada fotografía, aliada de perfecto vestuario e inmejorables localizaciones nos regalan una joya del celuloide, que nada sería sin las interpretaciones más que memorables del trío protagonista. Altamente recomendable para todos los paladares.
Enoch
Las alas de la paloma , pudo ser la típica adaptación cinematográfica académica de James Ivory (con las virtudes y defectos que ello implica), sin embargo, un director irregular como Iain Softley se le adelantó, con resultados más que interesantes. Los personajes no son tan contenidos emocinalmente, y expresan sus sentimientos y pasiones en una forma mas abierta que las películas de Ivory. En este sentido, se agradece la incorporación, sin púdores, de la sexualidad entre los personajes. Destacables interpretaciones del trío protagonico, Helena Bonham Carter (una loba con piel de oveja) es una víctima de las circunstancias, sin embargo no duda en manipular a las personas que la quieren para lograr sus objetivos, Linus Roache convincente con los dilemas de su personaje y Alison Elliott adorable con su cándidez y nobleza de espíritu.
El guión con inteligentes diálogos, transmite al espectador esa sensación de peligro de que cualquiera de los personajes puede hablar de mas, y poner al descubierto sus verdaderas intenciones, a esto ayudan acertados silecios y miradas.
En el plano formal, destacaría el uso de movimientos modernos de cámara, pero sin caer en lo rebuscado y una fotografía que remite al colorido de los cuadros de Klimt. Objetaría cierta espectacularidad innecesaria en la película, que no viene al caso, ya que se trata de un relato de época esencialmente intimista, así como también, ciertos énfasis musicales reiterativos.
¡Qué maravilloso placer el que produce leer los cuentos y novelas de Henry James y cuán agradable es ver sus obras llevadas al cine en lo cual, por fortuna, se ha acertado en un buen número de casos! Profundo conocedor del comportamiento humano y dueño de un gran estilo narrativo, James gozaba además de una gran capacidad para detectar donde había una historia original que consiguiera rozarnos el alma, mientras con gran agudeza deja abierta la piel de las más sensibles y complejas problemáticas humanas.
Las alas de la paloma (1902), está catalogada como otra de sus grandes obras. Infortunadamente me debo su lectura, pero la versión cinematográfica que ha realizado el director inglés Iain Softley, me ha dejado plenamente satisfecho porque he sentido su capacidad de llegar hasta el alma de sus personajes, consiguiendo que digan más con sus miradas y gestos que con sus propias palabras. Y es aquí donde el espectador tiene que asegurar una disposición plena y satisfactoria al momento de apreciar el filme, porque de lo contrario, terminará rozando apenas la epidermis de una obra que goza de una profundidad de sentimientos, de una calidad humana y de una brillantez que la hace digna de toda perpetuidad: Como historia de amor, como lucha de clases, como tratado de la ambición… y como apología de la dignidad, LAS ALAS DE LA PALOMA se desenvuelve sensiblemente y con una fuerza emocional que te remueve las entrañas.
Basta ver esa imperiosa y apasionada escena de amor entre Kate y Merton durante la fiesta de las máscaras, ese decisivo encuentro entre Milly y Merton cuando ella ya sabe la verdad, o esa última e impactante entrega entre Kate y Merton, donde el alma aflora irremediablemente… y ahí se tiene momentos de cine excelso complementado con una arrobadora banda sonora de Edward Shearmur que te posee poro por poro.
En cada uno de los miembros de este triángulo amoroso hay una gran fuerza interior, y hagan lo que hagan, consigues acogerlos sin emitir juicios de índole alguna, porque en su interior hay fuerzas muy poderosas que se debaten en ese común duelo entre el ser y el tener… donde por fortuna imperará la única razón que puede traer paz al cuerpo y luz al espíritu.
Helena Bonham Carter, Linus Roach y Alison Elliott, lucen magníficamente como ese trío de buscadores de la felicidad que, por caminos diversos y enrevesados, consiguen llegar a ese sitial que tanto agrada al Gran tentador, donde se deja exaltada a la especie humana y la evolución sigue enhiesta su camino.
Y encontrarán aquí, la gran prueba de que el romanticismo de Venecia no es más que otro mito, pues es la magia que envuelve los sentimientos de los enamorados que allí llegan, y la fascinación de aquellos que, al conocerse, consiguen enamorarse, lo que hace que todo luzca bello. Esto es, en términos generales, lo que hace posible que éste o cualquier otro lugar, se torne inolvidable. Justa pues la expresión de Merton: Yo tumbaría todo esto y construiría casas para los pobres.
Un inevitable parentesco entre esta historia y la de Retrato de una dama, que Henry James publicara dos décadas atrás, es posible advertirlo fácilmente, siendo los personajes centrales una suerte de variación de los que ya conocimos en aquella novela.
LAS ALAS DE LA PALOMA es un magnífico ejemplo de romanticismo cinematográfico.